El paso a paso en busca de la Copa en Qatar: Messi reabrió la esperanza ante México
Este 26 de noviembre se cumple un año exacto del choque en el que la Selección Argentina, de la mano de su capitán, sorteó una prueba de fuego en la que sólo cabía la victoria.
Por Redacción EG ·
26 de noviembre de 2023
LA SELECCIÓN ARGENTINA llegó a su segundo compromiso en el Mundial de Qatar todavía conmovida por el duro e inesperado golpe que le proporcionó Arabia Saudita en el debut. De ser considerada como candidata a ganar la competencia, su continuidad en el certamen pasó a ser un interrogante: ya no había margen de error.
A la preocupación por la dura derrota, el capitán e insignia, Lionel Messi, le había puesto un manto de tranquilidad: "Que la gente se quede tranquila que este grupo nunca los va a dejar tirados", declaró.
La hinchada argentina, una vez más y como ocurriría en cada partido del campeonato, dio cabal muestra de su aliento incondicional y multitudinario, y fue muy importante para promover la levantada del equipo. El estadio Lusail era nuevamente el escenario en el que la Albiceleste debía ganar para seguir con vida.
Se trató de una verdadera final por la urgencia y así la tomó el equipo de Lionel Scaloni, al que no obstante le costó imponer sus condiciones ante un planteo de mucha presión por parte del elenco dirigido por el Tata Martino, que achicó todo lo que pudo los espacios y cortó los circuitos futbolísticos que Argentina podía armar con Rodrigo De Paul como inicio y Lionel Messi, Lautaro Martínez y Ángel Di María como final.
En ese incómodo panorama transcurrió la primera parte: sin que la Scaloneta pudiera vulnerar a los aztecas ni llevar peligro al área rival. En el segundo tiempo había que patear el tablero para revertir el panorama.
Sin embargo, en medio de la incomodidad y el atosigamiento al que lo sometían, apareció quien tenía que aparecer: el mejor jugador del mundo. México se distrajo por un segundo y le dio a Messi el metro necesario para cambiar la historia. El 10 recibió el pase de Di María y sacó el latigazo exacto de zurda, desde afuera del área, que se metió en el ángulo izquierdo del arquero Ochoa, cuyo esfuerzo por evitar el gol fue estéril.
El grito del capitán, a los 64 minutos de juego, pareció el de una final, esa que Argentina estaba obsesionada con disputar y para lo cual necesitaba imponerse para comenzar a enderezar el camino. Y a partir desde tanto del desahogo cambió el trámite de un encuentro que hasta ahí se presentaba muy complicado.
Scaloni dispuso el ingreso de quien se convertiría en clave en el devenir del Mundial: Julián Álvarez, y plantó una línea de 5 con 3 centrales (Cuti Romero, Nicolás Otamendi y Lisandro Martínez) y Nahuel Molina y Marcos Acuña como laterales.
La Selección Nacional comenzó a justificar el resultado y lo rubricó a los 87': De Paul tocó corto para Messi en un córner, Leo abrió para Enzo Fernández, que había reemplazado a Guido Rodríguez, y metió sacó un inolvidable remate que se clavó en el ángulo y decretó el 2-0 final.
Sin dudas, fue el partido de la resurrección. El que volvió a poner la casa en orden y le devolvió la esperanza al país futbolero. Messi apareció cuando debía aparecer y fue determinante. Y los cambios del técnico lograron el resultado esperado y le abrieron las puertas del equipo a dos jóvenes que llegaron pidiendo permiso y se convertirían en fundamentales: Julián Álvarez y Enzo Fernández.
La siguiente parada sería Polonia y allí habría que ratificar con otra victoria el renacimiento del conjunto y la clasificación a la siguiente instancia de un Mundial que Argentina tenía entre ceja y ceja.
DISEÑO DE PORTADA: MATÍAS DI JULIO
