Primera División

Corazón partido: el electrocardiograma de Martín Demichelis en River

El entrenador de River lleva casi un año y medio lleno de vaivenes que afectaron la salud futbolística del equipo para bien y para mal.

Por Adrián Wowczuk ·

26 de marzo de 2024

SI EL CASI UN AÑO Y MEDIO DE MARTÍN DEMICHELIS al frente de River debiera graficarse con un electrocardiograma, podría decirse que las caprichosas líneas trazadas por los picos de alegría y desazón hablarían de un corazón castigado, con latidos disparejos y bombeos irregulares de sangre Millonaria de pura cepa inundada de emociones fuertes. 

Tal como si se tratara de la sal o de los alimentos grasos que pueden perjudicarlo, el corazón del DT debió evitar las alusiones a su antecesor convertido en mito: Marcelo Gallardo, la vara alta que el nuevo responsable del equipo estaba obligado al menos a igualar.

Las palpitaciones iniciales transcurrieron dentro de los ritmos esperados. En medio de buenas demostraciones en el plano local, el primer examen fuerte para el corazón de Demichelis arrojó una arritmia preocupante en el marco de la Copa Libertadores, en Río de Janeiro, donde River cayó sin atenuantes y por goleada: un 1-5 que dejó huellas que rápidamente pudieron ser cicatrizadas con la medicación más adecuada: una buena dosis de superclásico.

 

Imagen El 1-5 en Río de Janeiro con Fluminense castigó las fibras del corazón de Demichelis.
El 1-5 en Río de Janeiro con Fluminense castigó las fibras del corazón de Demichelis.
 

En efecto, pocos días después llegó un chequeo indispensable en Núñez contra el rival de toda la vida. El electro, si bien tuvo sus vaivenes, fue satisfactorio: triunfo por 1-0 ante Boca con el gol de penal sobre la hora de Miguel Borja para maquillar la decepción copera en tierras cariocas.

 

Imagen Ganar el clásico en el Monumental: la primera alegría de Demichelis en River.
Ganar el clásico en el Monumental: la primera alegría de Demichelis en River.
 

La actividad cardíaca arrojó los parámetros deseables y desembocó en la primera estrella cosechada bajo su tutela en julio de 2023 al consagrarse campeón del torneo de primera división tras un triunfo ante Estudiantes por 3-1 en el Monumental. Ese día fue la primera vez que al dueño de ese corazón cruzado por la Banda Roja se lo vio llorar por River. "Esto no es del cuerpo técnico ni de los jugadores, es de todos, es del mundo River que hoy está feliz. Me alegro de haber aportado este granito de arena a una historia muy enriquecedora", fueron las palabras de quien necesitaba comenzar a sacarse de encima el fantasma de ilustre predecesor.

 

Imagen River campeón de la Liga Profesional: el primer título de Demichelis.
River campeón de la Liga Profesional: el primer título de Demichelis.
 

Y vaya que parecía cumplirse ese objetivo la noche en que el Monumental, en la última fecha del torneo frente a Racing, comenzó a cantar "que de la mano de Demichelis, todos la vuelta vamos a dar". Brazo en alto del entrenador para agradecer y latidos en orden de un corazón rejuvenecido por el gesto popular.

 

El canto unánime del Monumental dedicado al DT de River.
 

Y cuando los movimientos de diástole y sístole parecieron recuperar toda la armonía con la clasificación a octavos de la Libertadores, un soplo tiró por la borda la bonanza cardíaca: adiós a la Copa Argentina por la derrota con Talleres por 1-0. 

Eso mereció una internación en terapia intermedia que se transformó en el traslado a cuidados intensivos con la eliminación tempranera de la Libertadores, el gran anhelo, a manos de Inter en Porto Alegre. "Los penales son un golpe duro porque había una ilusión muy grande y el equipo venía trabajando muy bien. Nos toca quedar eliminados, que es inesperado", dijo Micho mientras su corazón emitía latidos tenues, a muy baja frecuencia.

No hubo stent ni bypass que pudieran reparar las lesiones coronarias de un músculo vital muy castigado que recibió mayor daño aún cuando se filtró una charla en off del conductor con algunos periodistas en los que se habría quejado con nombres propios de ciertos referentes. Esa situación marcó un antes y un después en la relación con el plantel y lo enfrentó con su máximo símbolo: Enzo Pérez. Desde ese momento no se dejó de hablar de la rispidez entre ambos que terminó a fin de 2023, con la salida del futbolista.

 

Imagen El quiebre de la relación con Enzo Pérez, un duro golpe para el entrenador.
El quiebre de la relación con Enzo Pérez, un duro golpe para el entrenador.
 

El preinfarto requirió de la asistencia del presidente de River, Jorge Brito, que a modo de un cirujano especialista destapó las arterias y trajo tranquilidad al manifestar su apoyo a la gestión del DT.

Los meses pasaron, pero la terapia reconstructiva no terminó de rendir frutos hasta que no se produjo ese shock con desfibrilador que significó el éxito en la Bombonera ante un Boca con la cabeza en la Libertadores. El 2-0 trajo oxígeno e irrigación adecuadas para garantizar la salud.

 

Imagen Demichelis y una nueva bocanada de aire: triunfo ante Boca en la Bombonera.
Demichelis y una nueva bocanada de aire: triunfo ante Boca en la Bombonera.
 

No obstante, sólo fue una mejoría. Con el correr del tiempo hubo nuevas señales de alerta para el castigado órgano vital del conductor, que vivió varios episodios que requirieron atención especializada: el enojo de Miguel Borja por no ser titular, el crecimiento de sus desavenencias con Enzo Pérez y un episodio de insurrección protagonizado por Esequiel Barco al desobeceder una orden del técnico y patear un penal para el que no estaba asignado no solo una sino dos veces.

No hubo paz para ese corazón habituado a los desajustes emocionales. Los rendimientos irregulares y el reproche por su forma de efectuar los cambios pusieron otra vez a Micho cerca de la sala de emergencias, hasta que la adjudicación del Trofeo de Campeones contra Rosario Central en Santiago del Estero le permitió un respiro. Sin embargo, la despedida ese mismo día de Enzo Pérez, su más inesperado enemigo, opacó en cierto modo la alegría por el título y se llevó la atención.

El 2024 trajo un cambio de aire en Estados Unidos para poner a punto el cuore y colocar un marcapasos que funcionó a medias y no evitó desbarajustes ostensibles: disconformidad de los hinchas convertidos en silbidos en la previa del choque con Independiente Rivadavia a principios de marzo por la Copa de la Liga, torneo en el que salvo por la goleada contra Vélez, River demostró pocas virtudes.

Otra vuelta olímpica, la tercera en poco más de un año, esta vez contra Estudiantes de la Plata al que le ganó la Supercopa Argentina, generó la enésima revolución coronaria en el director técnico, que gritó con furia el gol agónico del triunfo y se desahogó con otro llanto lleno de significado una vez consumada la gloria.

 

La emoción de Demichelis tras obtener la Supercopa Argentina.
 

Parece mentira hablar de crisis con tantos logros en tan poco tiempo, pero la realidad marca que ni siquiera los títulos alcanzan para que esa viscera cíclica, dinámica e incansable de Martín Demichelis logre la paz que requiere para seguir adelante sin sobresaltos, recompuesta para afrontar el gran desafío de la Copa Libertadores que está a la vuelta de la esquina. El inesperado preinfarto de hace un par de días en Mendoza con los 4 goles propinados por Independiente Rivadavia obligan a ese castigado corazón a realizarse otro chequeo urgente.

 

El DT de River se retiró sin hablar tras el 0-4 en Mendoza.
 

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