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Sebastián Báez: "Dominar las emociones es muy importante"

El tenista argentino de 22 años analizó su presente y contó cuáles son sus sensaciones luego de más de un año instalado en el circuito de la ATP.

Por Pablo Amalfitano ·

18 de junio de 2023

SEBASTIÁN BÁEZ es una de las piezas más relevantes de la nueva camada del tenis argentino, cuyos mayores exponentes ya están instalados en la elite del circuito de la ATP.

El jugador de 22 años viene de atravesar el año pasado su primera temporada en la primera lìnea, luego de haber conquistado seis Challengers en el año 2021, en el arranque de la post pandemia.

Actual 43º del ranking ATP, el argentino entiende que todo tiene que ver con el trabajo diario: "Fue un cambio pasar de Challenges a ATP pero creo que fue progresivo. Más que un gran salto de ranking creo que fue de a poco, una buena progresión".

Además tiene muy en claro que su desarrollo debe ser acorde a su edad. "Sigo creciendo. Todavía soy chico, tengo mucho para aprender. El dominio de las emociones es muy importante. Más allá de las cosas que me pasan juego contra rivales que por lo general suelen ser mayores que yo; se conocen más. Ese es un gran desafío: conocerme siempre un poco más para saber qué cosas me hacen bien y poder evitar las que me hacen mal", analizó, en diálogo con El Gráfico.

Desde su inserción en el primer circuito logró dos títulos: el primero en Estoril y el segundo en el Córdoba Open. Junto con su entrenador Sebastián Gutiérrez transitan el camino sin levantar los pies de la tierra.

En torno al vínculo que mantiene con su coach, a quien conoció cuando el entrenador trabajaba con Daniel Orsanic en el departamento de Desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) y en la Copa Davis, contó: "Cuando era chico era más inconsciente. Quería jugar, tenía sueños, pero no era consciente de la dificultad que implicaba llegar a ser un jugador de ATP. Cuando conocí a Seba fue el clic: no fue mío sino de Seba, que me lo mostró. Ahí empecé a entender un poco más cómo había que hacer las cosas".

Imagen Sebastián Báez, este año en el Córdoba Open, junto con su coach y Javier Frana.
Sebastián Báez, este año en el Córdoba Open, junto con su coach y Javier Frana.
 
En el tenis de hoy Báez, que este año llegó a ser el 30º del mundo, cree que la diferencia sustancial pasa por la cabeza: "Hablar sólo de una cosa que marque la diferencia es difícil, porque siempre es un conjunto de todo. Pero si tengo que decir algo que saque un mayor porcentaje de diferencia es la parte mental. Hoy la cabeza hace la diferencia más que el juego, el físico y otras cosas. En porcentajes es un cinco por ciento más: sin juego, por más que tengas cabeza no vas a poder jugar. Hay que tener todo y, además, estar fuerte de cabeza".

En ese sentido el jugador profundizó sobre cómo trabaja para sostener la estabilidad emocional: "Trabajé muchos años la meditación, algo que me ayudó a conectarme con el cuerpo. Uno aprende cómo se va sintiendo. Es muy importante porque el tenis es todo sensaciones. Saber cómo te sentís y ver qué pasa te ayuda: es información para después actuar. En su momento me sirvió mucho".

 

La mirada de su entrenador

Sebastián Gutiérrez lo conoció a Báez cuando tenía 14 años. La transición al profesionalismo la vivieron juntos, paso a paso, contra las típicas adversidades del tenis.

"Yo por Seba siento una gran admiración por lo que transmite. Los valores que transmite. Si yo fuera chico no tengo dudas de que Seba sería mi ídolo. La humildad, el respeto que tiene por los rivales. Sufre, lucha, disfruta, pero es buena gente. Yo siento orgullo por más que mi misión sea empujarlo a que vaya por más", reflexionó el entrenador.

Y lo graficó con un momento explícito: "El otro día lo veía mientras entraba en calor, todo vestido de tenista, con los parches, con todas las cosas, y le dije: ‘Qué groso, mirá en lo que te convertiste’. Pero yo soy muy exigente y al toque me voy para el otro lado. Creo que todavía no toma consciencia de lo que transmite y del cariño que recibe de la gente. El tiempo se lo va a mostrar y se dará cuenta. Pero tiene 22 años. Uno le exige al deportista pero a veces hay que parar la pelota. Se entrena, trabaja, escucha, intenta ayudar a la gente que está cerca suyo".

Este año Báez llegó a ser el número uno de la Argentina en el circuito masculino y forma parte del pelotón nacional con otros jugadores como Francisco Cerúndolo o Tomás Etcheverry, hoy también instalados entre los primeros 50 del ranking ATP.

 

Imagen Sebastián Báez, durante a gira europea de polvo de ladrillo.
Sebastián Báez, durante a gira europea de polvo de ladrillo.
 

En ese sentido Gutiérrez entiende que el efecto contagio de una generación impulsa a todos para mejorar sus resultados: "Yo creo en el proceso. Creo que Seba es un ejemplo de que se puede. De mi lado también. Ambos somos una demostración de que, con humildad y con laburo, se puede. Seba viene con un biotipo poco común en el tenis, es más bajo, pero el tipo demuestra que se puede. Yo no estuve 10 del mundo como tenista y mi experiencia como entrenador les muestra a otros que se puede. Si logramos transmitir que se puede sirve para ayudar a otra gente".

Y agregó: "Cuando Juanma Cerúndolo ganó el Córdoba Open (NdR: en la edición 2021) para nosotros fue lo más grande. Yo estaba contento. Primero porque lo adoro y segundo porque eso no quiere decir que Seba no pueda ganar en Estoril (NdR: lo hizo en 2022; fue su primer título de ATP). Muchas veces bajamos al de al lado porque somos inseguros de nosotros mismos. Lo que hizo Juanma nos ayudó a nosotros a animarnos; lo que hizo Seba el año pasado ayudó a otros pibes para que vieran que se puede".