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Diego Schwartzman y la salud mental: "Este año tuve ataques de ansiedad"

El número uno del tenis argentino profundizó sobre su nivel esta temporada y contó cómo se sintió con los resultados. También habló de su experiencia en la despedida de Federer.

Por Redacción EG ·

12 de octubre de 2022

DIEGO SCHWARTZMAN lleva años instalado entre los mejores tenistas del mundo y, sobre todo, asentado como el número uno de la Argentina. En 2020 tuvo su mejor año, con el histórico acceso a las semifinales de Roland Garros, la final de Roma y el número ocho del ranking ATP.

Esta temporada, sin embargo, sintió que tuvo una merma en su nivel: arrancó el año 14º del planeta y hoy es el 19º, aunque en el fondo entiende que su rendimiento, con 30 años, es óptimo.

"Este año tuve bastantes ataques de ansiedad. El tenis es un poco así. Lo mejor es apuntar al corto plazo y armar los objetivos gira tras gira. Si me decían a los 17 años que iba a hacer lo que hice firmaba, pero cuando entrás en la vorágine es un ritmo que resulta difícil frenar", dijo el Peque en una nota con Urbana Play.

Y recordó: "Hacés semifinal de Roland Garros y te das cuenta, pero después hacés cuartos de final en un ATP 500 y te preguntás si es bueno o es malo. ¿Te va bien? ¿Te va mal?".

"Este año arranqué 14º del mundo. Hoy estoy 19º y me digo: 'Qué año de mierda que tengo'. Y después pienso y no es así. Uno entra en eso de escuchar al otro, tanto en las positivas como en las críticas. Cuando llega esa mala uno pierde el análisis de lo que pasa", explicó.

Con 30 años ya no es un chico y tiene un recorrido largo en el circuito de la ATP, por lo que, aunque sea de reojo, tiene en la mira el retiro y sabe cómo prefiere que sea.

"En un momento planeé tener una carrera larga y un poco siento que lo sostengo. En muchas ocasiones vi que el tenis retira al jugador, pero yo quiero que cuando me toque me pueda retirar en un buen nivel y con felicidad adentro de la cancha", contó.

En ese sentido, por primera vez en su carrera, decidió atender su salud mental: "Este año empecé terapia por todo lo que me pasa este año. No sólo en la cancha sino en la vida, por miedos, ansiedades y cosas que son normales. Por primera vez arranqué un proceso porque sentí que necesitaba un poco de ayuda exterior para tener otras herramientas para resolver".

Por último rememoró el fin de semana despedida de Roger Federer en la Laver Cup, en Londres, donde compartió el equipo del Resto del Mundo en una edición histórica.

"En la Laver Cup le había pedido la raqueta a Roger. Hicimos un cambio de raquetas y me dijo que iba a seguir jugando y probaría la mía. Él se ríe mucho por cómo le decimos nosotros, que pronunciamos Roger con SH. Me firmó la raqueta y puso 'Rosher'", sentenció.

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