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¿Cuál es la lesión crónica que tiene Rafael Nadal?

El español arrastra el mismo problema congénito en el pie izquierdo desde hace 17 años: el Síndrome de Müller-Weiss.

Por Pablo Amalfitano ·

13 de mayo de 2022

RAFAEL NADAL generó un impacto en el mundo del deporte cuando apenas tenía 19 años. Si bien ya había exhibido antes gran parte de su potencial, la temporada 2005 resultó consagratoria tras la conquista del primero de sus 20 títulos de Grand Slam en Roland Garros.

Aquel año ganó otros diez trofeos, incluidos los Masters Series de Montecarlo, Roma, Montreal y Madrid, este último sobre cancha dura bajo techo. Fue la temporada más fructífera en términos de conquistas desde que se convirtió en profesional, en 2001.

Después de ganar el único torneo de su vida en cemento indoor, en el pabellón Madrid Arena, contó que, al día siguiente, se levantó con una renguera: tenía una enfermedad del escafoides, partido a la mitad por ser más fino que lo común. Desde aquel entonces el español arrastra una lesión en el pie izquierdo llamada Síndrome de Müller-Weiss, una anomalía en el desarrollo del tejido del escafoides tarsiano que se produce en la infancia y se sufre en la edad adulta.

Más de quince años después Nadal todavía sufre esa lesión. Incluso el diagnóstico en los primeros meses estuvo cerca de obligarlo a retirarse. Para mitigar los dolores suele utilizar una plantilla "muy agresiva" que sirve para desviar el punto de apoyo del pie y alejarlo de la zona afectada.

Se trata de una lesión degenerativa, una deformidad en uno de los huesos del pie que resulta primordial para los movimientos. Durante toda su carrera Nadal sufrió innumerables lesiones producto de la sobrecarga en otras partes del cuerpo para compensar la falencia del pie. Los problemas crónicos que tiene en los tendones rotulianos de las rodillas tienen que ver con el Síndrome de Müller-Weiss.

Este miércoles Rafa sufrió fuertes dolores en el pie durante el partido ante el canadiense Denis Shapovalov, por los octavos de final del Masters 1000 de Roma, en el que cayó 1-6, 7-5 y 6-2. Enseguida, a menos de diez días del arranque de Roland Garros, torneo en el que el español pretende conquistar su 14ª Copa de los Mosqueteros, encendió todas las alarmas.

"No estoy lesionado; soy un tenista que convive con una lesión. No es nada nuevo pero mi día a día es difícil. Me esfuerzo mucho aunque hay momentos en los que cuesta aceptar esta situación; es frustrante ver que, durante días, no puedo entrenarme con cierta continuidad", expresó el propio Nadal después de la reaparición de los dolores.

La última vez que el actual número cuatro del mundo había sufrido el asedio y las molestias de esta lesión fue en junio, después de las semifinales de Roland Garros, tras aquel partido memorable ante Novak Djokovic, y debió abandonar las canchas por varios meses.

Intentó regresar en el torneo de Washington, em agosto, pero los dolores lo volvieron a frenar. El regreso resultó heroico:volvió en enero de este año y conquistó por segunda vez el Abierto de Australia, su 21º título de Grand Slam. ¿Podrá retornar a tiempo para su gran objetivo del año?