Juegos Olímpicos

TOKIO 2020: UNA ATLETA BIELORRUSA QUE TEMÍA SER ARRESTADA YA CONSIGUIÓ ASILO

La velocista Kristina Timanovskaya se refugió en la embajada polaca en Japón, en medio de los Juegos Olímpicos, para evitar ser enviada de manera forzada a su país. Polonia anunció que le dará una visa humanitaria.

Por Redacción EG ·

02 de agosto de 2021

LA VELOCISTAbielorrusa Kristina Timanovskaya protagonizó el caso más político de los Juegos Olímpicos de Tokio al refugiarse este lunes en la embajada de Polonia en Japón y recibir una visa humanitaria tras evitar ser enviada de manera forzosa a su país.

Bielorrusia, una ex república soviética bajo sanciones de Occidente, es gobernada desde hace 24 años por el autocrático presidente Alexandr Lukashenko, que está acusado de perseguir y reprimir opositores políticos y de haber cometido fraude electoral en los comicios de hace casi un año para garantizar su reelección en el cargo.

De acuerdo con cifras difundidas por organizaciones de derechos humanos, en mayo de este año Bielorrusia mantenía al menos 400 personas detenidas por razones políticas, muchas de ellas arrestadas durante la ola de protestas populares que siguió a la cuestionada reelección de Lukashenko en los comicios del 9 de agosto de 2020.

La atleta de 24 años debía participar este lunes en una de las competencias, pero el domingo se presentó en la Villa Olímpica parte del personal del Comité Olímpico bielorruso, encabezado por Viktor Lukashenko, hijo del presidente, para decirle que su participación en los Juegos había terminado e iba a ser enviada de urgencia a Minsk, la capital de su país.

Unos días antes Timanovskaya había criticado duramente a la Federación Bielorrusa de Atletismo por obligarla a participar en el relevo de 4x400 metros, cuando en principio debía correr los 100 y 200 metros. Según ella el cambio se debe a que otros dos atletas no habían superado un número suficiente de controles antidopaje.



Sus comentarios desataron una ola de críticas contra ella en los medios estatales de Bielorrusia y esta situación hizo que la velocista temiera, una vez arribada a su país, quedar presa como tantos otros críticos de decisiones del Gobierno. La atleta fue escoltada al aeropuerto de Tokio por funcionarios del Comité Olímpico Nacional de Bielorrusia y debía pasar la noche en un hotel de la estación aérea antes de regresar a su país.

Pero según dijo Anatol Kotau, de la Fundación de Solidaridad Deportiva de Bielorrusia (BSSF), quien está en contacto directo con Timanovskaya, la atleta evitó tomar un vuelo hacia Estambul y se acercó a un oficial de policía japonés para pedirle ayuda. A partir de allí acudió a la embajada polaca en Tokio y el Gobierno polaco anunció que le había concedido un visado humanitario.

"No tengo miedo de que me despidan o me echen de la selección nacional. Estoy preocupada por mi seguridad. Y creo que en este momento no es seguro para mí estar en Bielorrusia. No hice nada pero me privaron del derecho a participar en la carrera de 200 metros y querían enviarme a casa", agregó.

El Comité Olímpico Internacional (COI) comunicó que Timanovskaya había pasado la noche en un hotel del aeropuerto y estaba en manos de las autoridades japonesas. Mark Adams, portavoz del COI, agregó en una rueda de prensa diaria que el COI le pidió al Comité Olímpico de Bielorrusia un informe completo sobre la situación.

"Estamos hablando de nuevo con ella esta mañana para entender cuáles podrían ser los próximos pasos y qué quiere hacer, y le daremos apoyo en esa decisión", dijo Adams, quien añadió que el Organismo de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) estaba involucrado en el caso.