Pasó y no lo sabías

ALMEYDA, EL CASI REFUERZO DE INDEPENDIENTE EN 2004

El volante llegó a entrenarse con la ropa del Rojo, pero por motivos personales decidió irse a Europa de un día para el otro. Reconstrucción de una historia olvidada.

Por Redacción EG ·

26 de enero de 2021

 


Mientras se jugaban los Juegos Olímpicos de 2004, Independiente sacudió el mercado de pases con la llegada de Matías Almeyda, que para ese entonces llevaba 8 años jugando en el exterior y una carrera consagrada, con dos Mundiales jugados y varios títulos ganados en Italia. El “Pelado” tenía intenciones de regresar a River, el club que lo vio nacer, pero el desinterés dirigencial lo hizo recalar en el Rojo. 

 

Imagen Almeyda llegó a entrenarse con la ropa de Independiente, pero se fue de un día para el otro
Almeyda llegó a entrenarse con la ropa de Independiente, pero se fue de un día para el otro
 

El contexto de Independiente no era el mejor. Al golpe futbolístico de la temprana eliminación en su vuelta a la Copa Libertadores le agregó la pérdida de José Pastoriza, emblema de la institución y entrenador en ese momento. Después de perder 1-0 contra Quilmes en la fecha 1 del Torneo Apertura, Bertoni, el reemplazante de Pastoriza, tenía decidido incluir a Almeyda en el duelo contra Almagro. Pero nada de eso ocurriría. 

Como si se tratara de una tendencia, en Argentina había explotado la modalidad de los secuestros express, bandas armadas que se dedicaban a robar y exigir un pago a cambio del rescate. 

Muchas veces se dice que el fútbol es un reflejo de la sociedad y esta problemática no fue ajena a la redonda. Los padres de Leonardo Astrada, Cristian Traverso y los hermanos Milito fueron algunas de las víctimas, junto al hermano de Juan Román Riquelme y Víctor Zapata. 

 

Imagen Almeyda, el casi refuerzo de Independiente en 2004
Almeyda, el casi refuerzo de Independiente en 2004
 

Con el objetivo de evitar sumarse a esta lista, Matías Almeyda se fue de Independiente abruptamente porque la policía le hizo saber que su familia integraba una lista de posibles secuestros. Emanuel Ginóbili fue advertido por el mismo motivo.

En un escueto comunicado, Almeyda dio las razones de su portazo. "He tomado la decisión de no jugar en el fútbol argentino. La decisión es mía conjuntamente con mi familia, de residir en el exterior. Honestamente no encuentro palabras y me siento muy mal por no haber satisfecho la voluntad del presidente Julio Comparada y el técnico Daniel Bertoni, quienes me ofrecieron lo que quería y aún más, poniendo de parte de ellos toda la voluntad debido al sentimiento que tienen con Independiente".

Así tomó la decisión de irse a buscar una paz que, futbolísticamente hablando, no pudo encontrar. En El Gráfico de noviembre de 2009, Almeyda amplió al respecto: “Ahí fue lo de mi viejo, que apareció en una lista como posible secuestrado y le metieron custodia: vivía con 3 policías en su casa. Una locura total. Por eso dejé Independiente, no hubo otra cosa, y nos fuimos con mi familia al Brescia”.

Su paso por el Brescia de Italia fue tan breve como malo. Jugó poco, el equipo coleccionaba tantas derrotas como partidos jugados y el Pelado no estaba cómodo. Debía viajar 300 kilómetros todos los días para entrenar y tenía diferencias irreparables con los dirigentes. El club italiano le ofreció una vivienda cercana al predio en donde se entrenaba, pero Almeyda nunca quiso mudarse. "Así se explica que esté siempre lesionado, si se la pasa sentado en su automóvil", dijo Rino Corioni, el presidente. El adiós no tardó en llegar. 

En el 100x100 de El Gráfico, Almeyda se explayó: “Tres veces nos apretaron los hinchas en el vestuario. La última vi cómo entraban por el portón con los dirigentes, era una película. Adentro, nadie del plantel les contestó; si no, hubiera sido una carnicería, nos mataban. Entonces, junté al presidente, al director deportivo y al técnico y les dije: “Me voy de este club, porque las puertas para estos individuos no se abren solas. Y lo voy a hacer público. Si no vuelven más, para la gente van a tener razón ustedes”. A los 15 días volvieron y mi amigo Adani se fue igual que yo, declarando lo mismo. Pero en este ambiente, como no conviene decir ciertas verdades, pasó intrascendente”.

Después de su frustrado paso por Independiente y de la fugaz estadía en Italia, Almeyda regresó a Argentina, pese a que la ola de secuestros no había disminuido, para jugar con Quilmes.