Las Crónicas de El Gráfico

1949. Pedernera en el recuerdo

Por Félix Frascara. Palabras de gratitud para un jugador excepcional que dejaba el fútbol argentino y partía al fútbol colombiano, para ser parte de Millonarios. Una crónica nostálgica sobre la partida de un jugador único.

Por Redacción EG ·

12 de mayo de 2022

A estas horas debe estar ya en Colombia, incorporado al Club Los Millonarios. Partió de Buenos Aires el martes 7 de junio. Desde que pisó la escalerilla del avión y alzó la mano en el saludo de la despedida entró para nosotros en la zona del pasado. Ya no corresponde juzgarlo, ni analizarlo, ni discutirlo. Todo eso indica actividad, actualidad. Y para el fútbol argentino Adolfo Pedernera es hoy un recuerdo. Yo creo que hay motivos para lamentarlo.

Imagen La primera versión de La Máquina de River Plate: Cedilla, Vaghi, Moreno, Ramos, Rodolfi, Labruna, Pedernera, Deambrossi, Yácono, Muñoz y Barrios posan para el fotógrafo de El Gráfico.
La primera versión de La Máquina de River Plate: Cedilla, Vaghi, Moreno, Ramos, Rodolfi, Labruna, Pedernera, Deambrossi, Yácono, Muñoz y Barrios posan para el fotógrafo de El Gráfico.
Fue único, No establezco ninguna comparación. No digo que haya sido mejor ni peor. Afirmo sí, que en mí, espectador, Pedernera produjo una sensación de singularidad. No lo puedo comparar con nadie y esa imposibilidad tranquiliza porque se evitan las dudas. A lo largo de una vida pasada viendo jugar al fútbol en un país donde se juega tan bien como en la Argentina son muchas las imágenes que se aglomeran cuando surge el propósito de elegir a uno entre todos, varias de esas imágenes se confunden porque se parecen; con otras ocurre que permanecen aisladas, nítidas, sin confusión posible, en ambos planos con respecto al término medio: arriba, muy arriba por su bondad, o abajo, muy abajo del nivel, por sus defectos. Cuando afirmo que Adolfo Pedernera fue único no olvido que para mí, espectador, también fueron únicos algunos otros valores excepcionales y, ¿por qué no?, también alguno que simplemente me agradó porque su estilo o su figura o un hecho aislado coincidió con mis gustos y mi sensibilidad.  

En 1917 vi jugar a Alberto Ohaco y cada vez que quiero volver a verlo como aquella tarde me basta con cerrar los ojos. En 1921 vi a Manuel Fleitas Solich, en 1924 a José Nasazzi, en 1934 a Domingos Da Guía, terceto de extranjeros que impresionaron a todos los gustadores del fútbol. Pero también están escondidos en el tejido de los Párpados un Uslenghi, un Bidoglio y un Paternoster... Único fue para mí predilección personal el juego de Nolo Ferreira y de todo aquel quinteto de Estudiantes, pero más de una vez el periodista aplaudió con todo su entusiasmo de hincha las jugadas del negro Seoane, las atajadas de Ángel Bosio o el despliegue admirable de Antonio Sastre, e quien tengo la certeza de que nadie superó en su condición de auténtico producto del potrero Porteño. Desde 1927 hasta 1948 he visto pocas parejas de backs como la que formaron Forrester y De Sáa, pocas líneas medias corno la de Gontade, Santamaria y Arrede, ninguna ala derecha como la de Perinetti y Ochoa, pocas parejas izquierdas como la de Charro y el chueco García, ningún centreforward como Alberto Zozaya... Otros nombres, muchos otros nombres traen siluetas inolvidables a esta asamblea de evocaciones. Imposible resulta formar "el" seleccionado aun prescindiendo de toda influencia exterior. Desde aquella tarde de 1917 en la vieja cancha de Racing se ha visto mucho, mucho... Y sin embargo, Adolfo Pedernera asoma en mis recuerdos por lo alto del plano más alto

Genio del fútbol, Pero distinto, inconfundible, personalísimo. Genios del fútbol pueden ser René Pontoni y Rubén Bravo, Gabino Sosa y José Piendibene, Ernesto Lazzatti y Evaristo Delovo. Dominio de la pelota y de la cancha, conocimiento del rival y sensación de le oportunidad. Maestros.

Imagen EG Stabile,-Salomon,-Estrada,-Alberti,-Minella,-Colombo,-Sbarra,-Sola,-Pedernera,-Moreno,-Marvezzi,-Sastre-y-Garcia-Seleccion-Nacional-Copa-America-1941
EG Stabile,-Salomon,-Estrada,-Alberti,-Minella,-Colombo,-Sbarra,-Sola,-Pedernera,-Moreno,-Marvezzi,-Sastre-y-Garcia-Seleccion-Nacional-Copa-America-1941
Sin embargo, el Adolfo Pedernera que yo recuerdo fue otra cosa. No quiero decir "más" ni "menos". Tuvo el talento y la apostura, el vigor y la serenidad, el ademán dominante y la gambeta menuda. Desearía definirlo de algún modo, fijar en pocas palabras mi juicio, o, mejor aún, mi recuerdo de Pedernera. Y surge esta frase: en el juego donde la pelota debe serlo todo él hizo de la pelota una cosa secundaria.

Lo excepcional se revela en esos rasgos de sorprendente innovación. Todos, hasta los cracks de más prestigio y más alta cotización, jugaban de un modo determinado; Pedernera jugó de otra manera. Tuvo la inspiración del inventor y la arrogancia del estratega, la ocurrencia del chiquilín astuto y la resolución del hombre dominante. La destreza, la habilidad, la experiencia, la fuerza, la resistencia, la velocidad, el conjunto todo de sus condiciones personales lo puso al servicio de su inteligencia. Y de esa inteligencia hizo brotar el don que le confirió eficacia decisiva: la autoridad. La ascendencia. Esto es más que una virtud: es un fluido imponderable. Lo tuvo Pedernera en el fútbol como lo había tenido Dempsey en el box Adolfo Pedernera no fue un buen cabeceador. Sin embargo, nadie en el fútbol usó la cabeza tanto como él. Los pies fueron su herramienta, su utensilio, como puede serlo el bisturí en un gran cirujano sin que por eso sea prudente concretarse a decir que corte bien. Lo que en realidad corta no es el bisturí, sino la maestría de quien lo maneja en base a su talento, a su capacidad intelectual

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No creo que Pedernera haya perdido sus condiciones extraordinarias. Motivos ajenos a su función en la cancha tienen que haber influido en su juego. Llegó un momento en que ya no fue tan productivo, juzgado como integrante de un conjunto y practicando un deporte en el que la acción del conjunto es lo fundamental. Pero ni los golpes, ni las operaciones, ni las tácticas deben haber tenido algo que ver con ese cambio, según mi personal impresión.

Imagen "Pedernera jugó de otra manera. Tuvo la inspiración del inventor y la arrogancia del estratega, la ocurrencia del chiquilín astuto y la resolución del hombre dominante"
"Pedernera jugó de otra manera. Tuvo la inspiración del inventor y la arrogancia del estratega, la ocurrencia del chiquilín astuto y la resolución del hombre dominante"
Creo, también, que si no hubieran pesado otros factores Pedernera seguiría siendo el conductor de River Plate. Vistiendo la divisa de la banda roja gustó sus más grandes satisfacciones, vivió la época más feliz de su vida. Ahí fue proclamado Adolfo el Grande por unanimidad. Después, Atlanta. Por último, Huracán. Y lo dejaron ir. Felices los bogotanos que verán a un extraordinario jugador de fútbol. Porque, adelantado o atrasado, de insider o de centreforward, en Colombia o en la China, Adolfo Pedernera será siempre único, incomparable. Director del espectáculo, de la gran fiesta popular, aquel de mis recuerdos no jugó con la pelota, sino con el estadio entero, con los compañeros y con los adversarios. Siempre alta la cabeza, quietas las piernas y funcionando el cerebro aceleradamente. Así lo veo. He admirado a muchos, a muchos grandes del fútbol. Pero la sensación más fuerte, la que producen la belleza, el virtuosismo y la ciencia, llegó hasta mí desde la cancha gracias a ese Adolfo Pedernera al que siempre estaré mirando sin necesidad de cerrar los ojos.

Por Félix D. Frascara (1949).

Fotos: Archivo El Gráfico.