Las Entrevistas de El Gráfico

Gustavo Costas, 100x100: "Claro que disfruté el descenso de Independiente"

Idolo de Racing y exitoso DT, el nuevo entrenador de la Academia recordó en 2015 las anécdotas más increíbles con el equipo de Avellaneda y su paso por el fútbol de cuatro países de Sudamérica en los que salió campeón.

Por Diego Borinsky ·

15 de diciembre de 2023
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1 ¿Disfrutaste el descenso de Independiente?  ¿La verdad o la mentira?

2 La verdad. Claro, seguro, ¡cómo no lo voy a disfrutar! (risas). Escuchame, como festejaron ellos nuestras desgracias. Nos escribíamos con Teté (Quiroz), con Camote Acuña y con mis primos cada vez que jugaba Independiente y perdía, y estábamos contentos, porque lo de Racing fue bravo en mis años. Yo me crié en Avellaneda, y en el colegio eran más hinchas de Independiente que de Racing, en el barrio también, y siempre estaba la cargada. Como hincha, iba a la cancha y festejábamos si nos metían menos de 3 goles. Además, mirá lo que son las casualidades: yo estaba en Ecuador y tuve que venir de improviso por un tumor que le habían encontrado a mi viejo. Y se lo sacaron justo el día que descendió Independiente. Estaba en la clínica, en Avellaneda, y me vine para mi casa porque quizás pensaban que estaba ahí a propósito. Eso sí: Fabio, mi hermano, salió con el fantasma por todo Avellaneda (risas).

3 “Y chupe chupe chupe, no deje de chupar…” “Que Costas e’ lo más grande del fútbol nacional” (risas), sí, ¡cómo no me voy a acordar de ese cantito! La primera vez que corearon mi apellido fue apenas arrancaba, contra Vélez. Perdíamos 3-0, me fui arriba a buscar el gol, lo metí, y al regreso, la gente me empezó a cantar. Fue una emoción grandísima, yo era más hincha que jugador en ese momento, y recibir un reconocimiento así de la gente… Soy un gran agradecido a la gente de Racing por todo el cariño que me brindó siempre.

4 - ¿Qué se siente ser el que más veces jugó en Racing? Mirá, de chico pensaba como cualquier hincha: soñaba con entrar en un partido, aunque sea cinco minutos, con la camiseta de Racing, y al final tuve la suerte, gracias a Dios, de ser el que más jugó, de estar en los momentos lindos y en los malos también, sobre todos en los malos. Racing es el amor de mi vida: lo viví como hincha, como jugador y como técnico en el peor momento de su historia.

5 ¿Quién es Gustavo Costas? Una persona tranquila, sencilla, con perfil muy bajo y trabajadora. El hijo de Raúl Costas y de Joaquina Angela Mattera de Costas, el padre de Federico, Gonzalo y Giuliana.

6 ¿Sos Gustavo Adolfo por Becquer? No eras un poeta con la pelota, precisamente… No, ja, ja, ja, nada que ver, le gustó a mi mamá, como también le gustó ponerle Leonardo Fabio a mi hermano, y no por el cantante. Con la pelota no era un poeta romántico, pero ojo que a mí me gustaba el buen juego, salía mucho jugando desde atrás, iba seguido adelante, no como los defensores de ahora.

7 ¿Cómo te definirías como futbolista, para los que no te vieron? Era tiempista, ordenaba la defensa. A Racing me fui a probar como número cinco y al poco tiempo faltó un defensor central, me pusieron ahí y quedé. El que alguna vez me hizo volver al mediocampo fue Basile, el Coco me decía que tenía demasiada técnica para ser central.

8 Apodo de pibe. Chino, en el barrio me decían siempre así, por los ojos.

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9 - Tu hermano Fabio es menor que vos, pero al que le decían Costitas era a vos… Quedó porque yo llegué primero (risas)… tengo casi 52 años y me siguen diciendo Costitas.

10 ¿Laburaste de pibe? Terminé el colegio y me tuve que poner a laburar porque a mi viejo lo operaron del corazón y debió quedarse en casa. Fui cadete de una empresa de teléfonos. Un día, ya jugando en Primera, me fui corriendo del entrenamiento a tomarme el colectivo en Mitre, porque no tenía auto como los pibes de ahora que juegan 2 partidos y ya andan con el 0 km. Me iba corriendo y me frenó Cavagnaro, el técnico. “¿Dónde va, Costas?”, me preguntó. Cuando le dije que iba a trabajar, me cagó a pedos: “Vaya a su trabajo, renuncie y venga a la sede que voy a hacer que le arreglen el contrato, ¡usted juega en la Primera de Racing!”. Y me lo arregló.

11 ¿Por qué te hiciste hincha de Racing? Por mi viejo, mis abuelos, mi padrino, mi tío, en mi familia eran todos de Racing. Vivía a 20 cuadras de la cancha. Mi ídolo era Perfumo.

12 ¿Cómo llegaste a las inferiores de Racing? Jugaba al baby en Sarmiento de entrevía, en Crucesita. Estábamos con los pibes del barrio y un día dijimos: “Vamos a probarnos a un club”. Votamos, y como la mayoría era de Independiente, se decidió ir para allá. Nos juntamos un domingo a la mañana, fuimos por las vías y como primero pasás por Racing, con otros dos chicos hinchas de Racing, dijimos: “Vayan ustedes, nosotros nos quedamos acá”. Y nos probamos en Racing. No era como ahora, que te tiene que llevar un empresario. No. Caímos ahí, había un montón de pibes, habremos jugado media hora, y al terminar me dijeron: “El martes venga con su papá que el domingo empieza el campeonato”. Así entré en prenovena.

13 Pero antes habías sido mascota en el equipo de José… Sí, sí, por mi padrino, Alejandro, que conocía a uno de la Comisión. Fui mascota hasta el partido 39, y en el 40, River nos cortó el invicto. Esto me lo contaron, yo no me acuerdo, la verdad.

14 ¿Recordás algo de tus días como mascota? No. Lo que sí recuerdo bien es a mi vieja haciendo la bandera en papel crepé cuando jugamos contra el Celtic. Esa imagen la tengo grabada. Y también que después de ganar sacamos el tocadiscos a la calle y pusimos las canciones de Racing.

15 ¿Tu hermano Fabio era fanático como vos? Seeee, más que yo te diría, de pelearse afuera con los pibes de la barra. Fabio era terrible. Cuando descendimos, se quedó en la cancha llorando y lo tuvimos que ir a buscar. Yo le decía a los pibes de la barra que me lo cuidaran. “Si estás ahí, sacámelo”, le pedía a Cachito Ciudadela, uno de los jefes de la barra. En inferiores terminaba de jugar y se iba con la barra.

16 Siendo tan hincha, ¿cómo viviste el descenso de Racing en el 83? Durísimo, con mucha angustia, porque encima no podía jugar. Me había roto el tendón rotuliano al comienzo del campeonato y recién pude volver en la segunda rueda de la B. El día que descendimos, con Racing de Córdoba, estaba en la platea, con un yeso que iba desde el dedo del pie hasta la cintura, me acuerdo de ese día como si fuera hoy: se armó una batahola con la policía, no me podía mover, terrible…

17 ¡Qué lesión larga! Tres meses con yeso. Primero un mes, me lo sacaron y era piel y hueso, nada de músculo. Pensé que no iba a poder jugar más. A los 15 días sentía la rodilla hinchada entonces me tuvieron que operar de nuevo, pero ahí busqué al mejor, y el mejor era Fernández Schnoor, el médico de Independiente. Hasta Pelé quería operarse con él. No fue fácil, te imaginás, operarme con el médico de Independiente. Me pagué todo y Racing me hizo firmar que me hacía responsable de todo. Ahí vinieron otros 60 días de yeso y después una recuperación que hice en Viedma, donde vivía mi hermana, por recomendación del profe Von Foster. Decía que la arena de ahí era espectacular. Y también subí y bajé mil veces los escalones de la tribuna de Racing para terminar la recuperación. Llevaba un metro para medir mis piernas, para saber si iba creciendo el músculo, porque lo veía siempre igual y me desesperaba.

Imagen Encabeza, como capitán, la salida de su equipo en el Monumental para conseguir el ascenso a Primera frente a Atlanta, en 1985.
Encabeza, como capitán, la salida de su equipo en el Monumental para conseguir el ascenso a Primera frente a Atlanta, en 1985.

 

18 - Tuviste revancha con la Supercopa… Sí, un título después de 21 años. En la final en Belo Horizonte estábamos 3 o 4 con fiebre, pero ni loco me perdía ese partido.

19 - Siempre dijiste que te querías retirar en Racing, ¿quién fue el culpable de que no se concretara? Tuve un enfrentamiento muy grande con Daniel Lalín.

20 ¿Por qué te enfrentaste? Porque era el capitán. Lalín fue lo peor que le pudo pasar a Racing. El quería armar su equipo… o su negocio más que su equipo.

21 ¿Le guardás rencor a Brindisi, que fue el técnico que te bajó el pulgar? No, a nadie.

22 ¿Te hubiera gustado un partido despedida? Noooo, yo quiero que a Racing le vaya bien y listo, con eso me alcanza.

23 ¿Qué recordás de tu debut en Racing? Me tocó fácil: marcar a Bianchi. Fue raro, porque yo estaba en Quinta y jugué el sábado, un día de lluvia, para colmo. Al día siguiente, me dijeron que me presentara con la Primera, porque se había ido Pastoriza, el técnico, e iba a dirigir un interino. Fui en colectivo a la cancha de Vélez, éramos como 50 en el vestuario. A un central titular le dolía algo, al otro una cosa distinta,, nadie hablaba, y de golpe, el técnico dice: “¡Costas, cámbiese que juega!”. Tenía unos botines Fulvence todos gastados, el Beto Vivalda me prestó unos y me mandaron a marcar a Bianchi. ¡Y Bianchi metió dos goles! (risas). Igual, anduve más o menos bien y ahí me vio Cavagnaro, que iba a asumir y estaba en la tribuna, y me dejó en la Primera.

24 - El rival que más vergüenza te hizo pasar en una cancha. Hay unos cuantos… Como equipo, River. Después, en forma individual, no me acuerdo de uno en especial, habrá habido muchos (risas). Los 9 mañosos como el Beto Acosta o Gareca eran duros de marcar.

25 - Contame lo más curioso que te tocó vivir en Racing… Pará, ¿cuánto tiempo tenemos? (risas). Estos no saben nada (mira a los hijos, que escuchan atentamente a un costado). En inferiores, cuando hacíamos la entrada en calor al costado de la cancha auxiliar, mientras precalentábamos, íbamos sacando las piedras de la cancha. Era una cancha para todos, de tierra, en bastante mal estado.

26 - Otra. Bueno, los meses que nos quedamos sin jugar a comienzos del 86, cuando reestructuraron los campeonatos. Rosario Central y Racing nos quedábamos 6 meses sin jugar. Rosario cedió a varios jugadores a préstamo a distintos clubes, y en Racing, estas cosas que pasan en Racing, no había plata ni tampoco pedidos, entonces teníamos que salir a jugar por el interior del país. Nos subíamos a un micro que se quedaba cada dos por tres, un micro en el que llovía más adentro que afuera, pero le metíamos muchas ganas: Walter (Fernández) llevaba la guitarra, y ahí íbamos todos cantando. Yo tenía una libretita, me sentaba en la primera fila y anotábamos lo recaudado y se repartía, pero era muy, pero muy poquito. Y hasta tuvimos problemas. La de Pergamino fue mundial.

Imagen En su casa, con el yeso que debió llevar por tres meses, cuando se rompió el tendón rotuliano.
En su casa, con el yeso que debió llevar por tres meses, cuando se rompió el tendón rotuliano.

 

27 - Te escucho… Fuimos a jugar contra Douglas Haig. Nosotros pedíamos la plata en el hotel para evitar problemas. “Te doy la plata en la cancha”, me dijo esa vez el empresario. “Está bien, pero si no nos das la plata en la cancha, no salimos a jugar”, le contesté. Listo. Un rato antes de entrar me dice: “Gustavo, esperá que termine la boletería, en el entretiempo te doy la plata, te lo juro”. No me gustó. “Está bien, nosotros entramos, pero si en el entretiempo no está la plata, no jugamos el segundo tiempo”. En el entretiempo me dio una parte, y me pidió que por favor lo aguantara hasta el final. Agarré lo que me dio, le pedí al utilero que abriera la bolsa y tiré todo ahí. Y le dije al empresario: “Traeme el resto porque no salimos a jugar el segundo tiempo”. El tipo me quería dar cheques.

28 ¿Qué hicieron? Nos quedamos en el vestuario y no jugamos el segundo tiempo. ¿Vos conocés la cancha de Douglas Haig? Está en las afueras de Pergamino, el vestuario era una casita en el medio de la nada, la gente empezó a empujar y empujar, ja, ja, ja, la casita se movía, había un solo policía, nosotros sosteniendo las puertas para que no entraran, nos rompieron los vidrios. Tuvimos que salir tirados en el piso del micro porque nos cagaron a piedrazos cuando salíamos...

29 ¿Ahí no te asustás un poquito? Más vale, ¡cómo no te vas a asustar! ¿Sabés cómo estábamos? El médico me rogaba: “Gustavo, entremos que nos matan”, pero ya estábamos jugados, no podíamos cambiar.

30 - Más allá de esos partidos, después pasó todo Racing a Argentino de Mendoza… Nos pidieron a Colombatti, a Fabbri y a mí y entonces los hermanos Rinaldi, que manejaban el club, les dijeron: “¿Por qué en vez de llevarse a 3 no se llevan a todo el equipo?”. Fue durísimo: los rivales nos cagaban a patadas, nos puteaban, nos trataban de mercenarios, los árbitros también. Nos decían que le sacábamos el trabajo a la gente de ahí. Una vez nos dejaron como a 200 metros del estadio, nos hicieron un pasillito y nos iban quemando con cigarrillos cuando pasábamos. Los primeros partidos fuimos todos, después empezaron a acusar lesiones y terminamos yendo 2 o 3. Un desastre.

31 - ¿Y cómo es pasar de la locura de Racing a jugar en Suiza? Raro, porque ibas a ver hockey sobre hielo y había bombos y banderas, la gente gritaba, pero ibas a ver fútbol y la gente sentadita, mujeres con traje de piel, no cantaban, un embole.

32 - ¿Es cierto que cuando tu hijo mayor cumplió 6 años te pidió que le metieran 6 goles a Boca? Sí. Fede cumplía 6 años y me pidió que ganemos 6 a 0. “Hijo, ¿cómo le vamos a hacer 6 goles a Boca en la Bombonera? Si le metemos uno ya estamos”, le contesté. Y terminamos ganando 6-4, fue el día en que Macri ganó las elecciones. Después vinieron a casa a festejar Nacho (González), el Piojo, Teté...

33 - Fue la venganza: te habías comido 6 con Boca un par de veces… No señor: yo tengo las dos goleadas de 6 a favor con Boca y no estuve en ninguna de las que fueron en contra. En el 91 estaba en Suiza y en el 94, Babingtón me sacó ese día. En realidad, cuando asumió, el Inglés fue de frente: “Los dirigentes quieren que yo te eche”. Me dijo que no lo haría, pero que sería el quinto central. “No hay problemas, pero si me ves bien y hay una oportunidad, te pido que me la des”, le pedí. Y un día se lesionaron dos centrales, otro estaba expulsado y me puso. Fuimos ganando y ganando y contra Boca le tocó volver al titular y perdimos 6-0. Al partido siguiente volví a jugar y no salí más.

34 - Damos un salto: ¿a qué se debe el ritual de besar una medalla antes de cada partido? Es una medallita del Señor de los Milagros. Empecé en 2003 como entrenador de Alianza Lima, porque la gente del club es muy devota. Hay un día en que no sólo el equipo, sino todos los trabajadores del club participan de la procesión y pasean al Señor de los Milagros por toda la ciudad. Es más, como el homenaje dura todo el mes, el club cambia durante octubre su camiseta azul y blanca por azul y morado, que es el color del Señor de los Milagros.

35 - ¿Qué pedís en ese rezo? Obviamente no pido por un resultado deportivo, porque además el rival también puede pedir lo mismo, no tiene sentido. Sí le pido que nos cuide a todos, que salga lo mejor, y que sepamos aceptar la derrota y la victoria.

Imagen En nota para El Gráfico, con Darío De Andrade, otra promesa juvenil de Racing.
En nota para El Gráfico, con Darío De Andrade, otra promesa juvenil de Racing.

 

36 - ¿Y vos te considerás un poco un Señor de los Milagros? Como jugador, fuiste campeón en Racing; como DT, ya lo conseguiste en 4 países… No, no es para tanto (risas), uno trata de dar lo mejor para cumplir con la gente que confía en uno y tuve la suerte de lograr resultados rápidamente, cuando a veces cuesta acomodarse.

37 - ¿Por qué lo conseguiste vos? Tengo buen feeling con los grupos. Yo tengo una teoría: con un grupo fuerte y unido, podés pelearle a cualquiera. Y en todos los lugares donde estuve traté desde el primer día, más allá de los trabajos tácticos y del análisis del rival, de armar el grupo y estar unidos. Es lo más difícil para un técnico.

38 - Pasan los años, pero seguís hecho un loco en el banco de suplentes, lo vivís con mucha efusividad… Ja, ja, ja, eso no lo cambié, después en mi vida personal soy distinto, muy tranquilo. Me cargan todos. El otro día lo hablaba con el presidente de Santa Fe: “Cuando deje de ser así y me quede sentado en el banco, me voy a mi casa”. Ojo: cada técnico tiene sus maneras, han salido campeones tipos que lo viven a los gritos y otros que están sentados y callados. A veces me da vergüenza verme después en televisión como un loco, ni quiero mirarme, pero es más fuerte que yo.

39 - Con el árbitro paraguayo Carlos Torres estuviste al límite… Fue al principio de mi carrera, el tipo me echaba todos los partidos, vivía mirando para el banco. Una vez me enojé con un jugador porque erró un gol, a él no le dije nada, Torres vino hasta la línea del corralito y me echó, yo me levanté del banco hecho una furia y el tipo se quedó ahí parado, no se movió, y quedamos cabeza a cabeza, a un centímetro, por poco hago un desastre, pero me agarraron de atrás y se terminó. Después hablé con Torres y quedó todo bien (Aclaración: Torres fue el juez que privó al Racing de Ardiles de pasar a los cuartos de final de la Libertadores 2003 al cobrar adelantamiento de Campagnuolo en la definición por penales con el América de Cali).

40 - Se te vio en Colombia festejando con tus hijos, ¿es la primera vez? No, ellos siempre vienen. Se dio la casualidad de que el día que clasificamos a la final fue la noche en que Racing salió campeón. Le ganamos 1-0 a Nacional en Medellín casi sobre la hora, entré al vestuario y pregunté cómo iban Racing y River. “Ganan 1-0 los dos”, me dijeron, faltaban apenas minutos, así que me quedé ahí, atento al WhatsApp, esperando que terminara. Con mis hijos había perdido la comunicación, porque ellos estaban en la cancha y no había señal. Me llamaron unas horas después desde el obelisco: “Papá, sacanos pasaje que viajamos para las finales. Llevamos una Copa y ahora vamos por la segunda”. Antes del partido, mis hijos me iban mandando videos de la cancha.

41 - ¿Ser campeón en países de Sudamérica es más sencillo que en la Argentina? Salir campeón no es fácil en ningún lado. Y cada país tiene sus complicaciones. En Perú aprendí mucho el primer año, porque perdí el campeonato por no saber jugar en la altura: habíamos sacado 6 puntos de ventaja, a mí me gustaba presionar arriba, y fuimos a jugar a la altura y los pibes se murieron. En Ecuador ya tenía esa experiencia, y cambié…

42 - Pero no es lo mismo ser campeón en Perú o Ecuador que en la Argentina ¿o sí? Es que en la Argentina nos consideramos los mejores, creemos que sólo se vive con pasión el fútbol argentino y te puedo asegurar que la pasión por el fútbol es universal y los clásicos en los que me tocó participar en los países donde dirigí son tremendos, pero acá siempre nos consideramos superiores al resto y si vos vivís, como me pasó a mí, en varios países, te das cuenta de por qué nos odian tanto. Nosotros siempre tenemos lo mejor de todo, creemos eso, y no es así...

43 - Como DT fuiste campeón en 2003, 2004, 2005 y 2006 y luego en 2012 y 2014, ¿qué pasó en el medio? Es que ahí en el medio dirigí a Racing (risas). No, en serio, me tocó Olimpia, donde no obtuve resultados, y después estaba a punto de firmar por la U de Chile, nos habíamos juntado tres veces, y me empezaron a llamar desde Alianza. “Gustavo, te necesitamos, sos el único que nos puede sacar adelante”, me rogaron, con el equipo peleando el descenso. Estaba en Chile por firmar, pero para mí, Alianza no es como Racing, pero viene un escaloncito abajo, y me convencieron. ¡Y eso que la U de Chile me pagaba cuatro veces más! Al final nos salvamos, llevamos al equipo a la final y perdimos con Universitario. Al otro año, íbamos primeros y me vinieron a buscar de Arabia: ahí no podía decir que no.

44 - Ya habías resignado plata con la U, tenías que recuperar... La plata no es todo, lo demostré muchas veces, empezando por todos mis años en Racing, pero cuando vinieron los árabes no podía decir que no, no podía…

Imagen Con la cinta de capitán y símbolo de la Academia.
Con la cinta de capitán y símbolo de la Academia.

 

45 - ¿Rescatás algo de tu experiencia en Arabia o sólo sirve para juntar dinero? Todas las experiencias en el exterior aportan, pero por mi manera de vivir el fútbol, sentía que estaba robando la plata. O sea: doy la charla y subo la voz, pongo énfasis, pero el traductor a mi lado hablaba todo en el mismo tono, faltaba esa pasión, esa comunicación con el jugador, entonces, para adentro, pensaba que estaba robando la plata. Estuve 6 meses, fue una linda experiencia, y me volví.

46 - ¿Ahí podías besar tu medallita? No, ni eso ni persignarme. Los príncipes sabían de mis ritos y me lo dejaron claro: podía hacerlo en el vestuario, pero no en público. Llevar la medalla en el bolsillo, no exhibirla ni besarla.

47 - ¿Sos muy cabulero? Lo necesario (risas)… tengo algunas cosas, pero no son fijas, las puedo sacar el día del partido. El argentino por lo general es cabulero en todo, el que dice que no, miente.

48 - Si te obligan a elegir uno, ¿cuál de todos tus títulos fue más difícil? Todos tienen su valor y sus dificultades. El de Cerro Porteño en 2006 fue muy particular, porque veníamos de ganar Apertura y Clausura en 2005, y al regreso de las vacaciones me vendieron a medio equipo. Me dijo un dirigente: “Gustavo, no te van a traer a nadie, porque Libertad armó un equipazo con Martino y es al pedo que gastemos plata”. Les planteé al cuerpo técnico la situación y qué querían hacer. Hice lo mismo con el plantel, nos habíamos quedado con 12 jugadores, después eran todos pibitos. Me pidieron que siguiera. “Bueno, entonces, este campeonato hay que ganarlo como sea, y si los tengo que concentrar de lunes a domingo, ¿ustedes no dicen nada, no?”. Aceptaron. Y terminamos ganando el Clausura invictos, algo que Cerro no conseguía desde hacía 83 años.

49 - Tu vínculo más fuerte, después de Racing, es con Alianza Lima, ¿no? Sí, sí, allí gané mi primer campeonato, luego repetimos, dirigí 5 años en dos ciclos, me transformé en el entrenador con más partidos en la historia, el aliancista me ama como el hincha de Racing, y yo también a ellos.

50 - ¿Cuáles serían los Racing de los países en que dirigiste? Independiente Santa Fe se identifica mucho, más allá del nombre. La barra, por ejemplo, se llama La Guardia Albirroja y el jefe tiene el escudo de Racing tatuado. También estuvo como 35 años sin ser campeón y se dio una identificación…

51 - ¿En algunos de los países donde dirigiste viste la locura organizativa del campeonato argentino? Sí, eso es típico de la mala organización de Sudamérica en general. Ahora, un campeonato de 30 equipos, eso sí que no existe en ningún lado. Tampoco tanta violencia de las barras, aunque existen y cada tanto se produce algún incidente, pero los clubes no bancan a las barras, se bancan solas. Al menos en los países en los que estuve. Y no tienen la influencia que sí tienen en la Argentina.

52 - Por lo que se ve, ya pudiste cortar el cordón con Racing… Sabía que me iba a costar, por eso en 2001 decidí irme a Paraguay a dirigir a Guaraní. Estaba tan identificado con Racing que me la tenía que jugar saliendo del país. Por suerte salió bien.

53 - ¿Trabajás afuera hace varios años por elección propia o porque en la Argentina te subestiman? No sé si me subestiman… Trabajo en el exterior porque es de donde me buscan. Desde que empecé en Guaraní sólo paré porque quise. Cada vez que dirijo a un equipo recibo entre 3 y 5 ofertas constantemente, siempre de afuera, no sé porque no de la Argentina, capaz que tengo más nombre en América que en la Argentina, supongo eso...

Imagen En su casa de Benavídez: unos días para descansar y gozar en familia de los títulos de Santa Fe y Racing.
En su casa de Benavídez: unos días para descansar y gozar en familia de los títulos de Santa Fe y Racing.

 

54 - Quizás porque afuera te ganaste un prestigio que en la Argentina nunca conseguiste… Puede ser, aparte yo no me vendo, no soy de hacer lobby ni nada parecido. Si vos me querés contratar, venís, me tocás el timbre en mi casa y listo. Hay un proyecto y vamos para adelante. Las dos veces que dirigí en Argentina fue a Racing y sin ningún proyecto: fui como bombero a apagar incendios. Nunca dirigí a un Racing ordenado. O con dirigentes. Me tocó con un juez que tomaba decisiones o con una gerenciadora en su peor momento, con De Tomaso, cuando ya se estaban llevando todo…

55 - ¿Te arrepentís? Para nada. La primera vez, en el 99, fue una de las mejores cosas que hicimos. La gente por ahí se olvida, el periodismo también, pero Racing se iba a la B, Racing desaparecía, no había dirigentes, estaban debajo de la cama. Yo iba a Olivos a hablar con el presidente Menem, con Ruckauf, íbamos a la Casa Rosada a pedir que no se remate la sede, que nos devolvieran los terrenos de Ezeiza y de Avellaneda. En Ezeiza no se había hecho nada en 20 años, entonces nos lo habían sacado, así que fueron los chicos de los Stones a ocuparlo mientras pedíamos la devolución. El predio de Tita se lo había quedado un club de rugby, quizás muchos lo olviden… Hasta la gente abrió una cuenta a mi nombre en el Banco Boston para ayudar a Racing, no querían hacerlo con el juez…

56 - “Racing ha dejado de existir”. ¿Dónde estabas ese día? Tomando mate en mi casa. Lo escuché por la radio y no me lo creía, no me lo creía, “es imposible”, pensaba. Ahí nomás empecé a llamar a todo el mundo, a Teté, a Coco Reinoso, a varios. Estaba en Campana, agarré a Fede, mi hijo mayor, y nos fuimos para Avellaneda. Nos encontramos con Teté y el resto en la Shell de la 9 de Julio, dejamos ahí los autos y nos fuimos en 2 o 3 autos para la sede. Lalín nos llamaba para que no fuéramos, pero fuimos igual. A los pocos días llenamos la cancha, hubo 40 mil personas ese día.

57 - Vos eras el director técnico… Sí, yo dirigía Quinta y Sexta a fines del 98 y cuando Cappa anunció que se iba, la síndico me pidió que fuera a una reunión que habría con el juez y distintos entrenadores del club y referentes de Racing. El club ya estaba en quiebra. Fui para preguntar cómo estaba mi deuda, incluso llegué tarde a la reunión. Eramos como 60 en el juzgado de La Plata y el juez nos dijo que Racing había quebrado, que no había un peso, que Cappa se iba y que de la gente ahí presente debía salir el nuevo entrenador de acuerdo a una encuesta que harían con socios y a lo que opinara la AFA. Yo no quería saber nada. A los 3 días me llamó la síndico y me pidió si podía ir con el Bocha (Maschio) a La Plata, al juzgado. Y allí nos comunicó que seríamos la dupla técnica.

58 - Por lo menos arrancaban con consenso… No tanto. Mientras manejaba volviendo de La Plata me llamó Luis Buchner, la mano derecha de Lalín, para que fuera a su oficina. “Vos no vas a ser el técnico de Racing”, me dijo Yo no me hablaba con él, había quedado mal de mi etapa de jugador, cuando me manejaba la tribuna en contra. Le contesté: “No tengo problemas, yo quiero arrancar mi carrera dirigiendo en inferiores, aprendiendo y sé que el día de mañana me tocará”. La llamé a la síndico y le conté. “¿Pero vos no sos el que decís que querés tanto a Racing? Sos el único que podés enfrentarlo para que no se queden con el club”, me respondió Ripoll. Y entonces me quedé.

59 - En el primer campeonato no les fue bien, pero en el Apertura 99 sacaron 30 puntos… Sí, terminamos sextos. En el primer campeonato eran todos jugadores de Lalín, y cuando se fueron, cambió todo. Quedó gente que me respondía y le peleamos a River el campeonato: estaban el Chelo Delgado, Teté, Bastía, que era un pibito. Hicimos la pretemporada en San Bernardo. ¿Te imaginás lo que era en invierno? Bajo cero, ni los peces estaban (risas). Las peñas nos pagaron la pretemporada, juntábamos plata, lo mismo durante el campeonato para concentrar. Fue realmente un milagro…

60 - Bueno, ya contaste alguna de jugador, nos falta alguna linda como entrenador... ¿Cuánto tiempo me dijiste que teníamos? Ufff, hay muchas. La del partido en Chile fue increíble. Estábamos peleando con River, teníamos que jugar el sábado en Santa Fe contra Colón y en la semana me llama la síndico para avisarme que el jueves había que jugar en Chile con la U. “Liliana, nos estamos jugando el campeonato, es una locura”, le dije. “El juez dice que hay que ir porque es un ingreso y el club no tiene plata”, me respondió. Pregunté cuánto nos daban. ¡Diez mil dólares! Casi me muero. Era lo que costaba reparar la caldera del club que se había roto. No teníamos agua caliente en el vestuario. Ahí salí a los medios a decir que era una vergüenza, el periodismo nos dio manija y entonces me llamó un socio para decirme que él ponía los 10 mil dólares para arreglar la caldera y evitar el viaje a Chile. Llamé a Ripoll y después acompañé a pagar al socio porque desconfiaba de todos. Mirá las cosas que tenía que hacer, además de preparar el equipo…

61 - ¿Zafaron del viaje? Pará. Yo me fui a casa contento, podía preparar el partido de Santa Fe, que era muy importante. Al rato me llama de nuevo Ripoll: “El juez dice que hay que ir a Chile, son 10 mil dólares más y Racing está en quiebra”. No lo podía creer. Quise llevar suplentes pero me obligaron a poner a los titulares. De locos. Jugamos el jueves a las 10 de la noche en Chile, ganamos 3-1, nos habremos acostado a las tres de la mañana, al otro día a las 6 de la mañana regreso a Ezeiza, de ahí a Aeroparque y otro vuelo a Santa Fe. Llegamos al hotel el viernes al mediodía, con los jugadores muertos, y no estaban las habitaciones listas porque había un congreso del justicialismo que se había suspendido. Yo estaba loco, salí a los gritos, me llamó la síndico. “Gustavo, están haciendo un destrozo en el hotel”, me dijo. “Escuchame, Liliana, los jugadores tienen que descansar, si no me dan las piezas, les quemamos ya todo el hotel”, le contesté. Me las dieron.

62 - ¿Cómo salieron con Colón? Ganamos 1-0 con 9 hombres. El gol lo metió el Chelo Delgado, y para completar ese círculo de disparate, al Chelo lo echaron por chocarse con un policía: iba corriendo una pelota por la línea del lateral, justo iban caminando los policías con los escudos, el Chelo quiso pasarlos, se cortó el brazo con un escudo y recaliente le gritó al cuarto árbitro: “vos, boludo, en vez de estar mirando, ¿por qué no sacás a estos de acá?”: Y enseguida saltaron Russo y sus ayudantes gritando que el Chelo había insultado y que lo echaran. Después nos expulsaron a otro más. Fue una semana de película. Bien a lo Racing…

Imagen El brindis del ascenso para celebrar la Navidad de 1985, junto a Horacio Cordero, Severiano Pavón y Alfio Basile.
El brindis del ascenso para celebrar la Navidad de 1985, junto a Horacio Cordero, Severiano Pavón y Alfio Basile.

 

63 - ¿Qué recordás del día que hiciste debutar a Diego Milito? Dirigiendo Quinta y Sexta, lo miraba bastante a Diego, que estaba en Cuarta. Andaba muy bien, me gustaba. A los pocos meses agarré la Primera y debutó, ya se notaba que tenía una categoría diferente.

64 - ¿Te sentiste manoseado por De Tomaso cuando dirigiste en 2007? Mi llegada a Racing esa vez fue muy curiosa. Ya arrancó torcida desde ahí. Yo estaba espectacular en Cerro: había sido campeón en 2005, ganado el Clausura en 2006, llevábamos 11 puntos de ventaja al segundo, me pagaban muy bien, ni pensaba volver. Estábamos por jugar contra Gremio por la Copa, se va Mostaza de Racing y Fernando Niembro le hace una nota al presidente de Cerro. Le dice: “Fijate que quieren a Gustavo, eh”. Y el presidente le contesta: “Gustavo no se va a ir de acá, si le pagamos al día, ganó todos los títulos, la gente lo quiere, ¿qué va a ir a hacer a Racing? ¿A luchar el descenso? ¿A que no le paguen?”. Y Niembro, bien, vivo, le pregunta: “¿Eso lo dice usted o Gustavo?”. Y el presidente ahí metió la pata: “Me lo dijo Gustavo anoche”. Mentira. No le había dicho nada. El tipo lo dijo para que no me fuera…

65 - ¿Cómo siguió? En Buenos Aires se armó lío, los hinchas de Racing puteándome, diciendo que era un traidor y no sé qué más. Me enteré y le pedí a Niembro salir al aire. Y ahí dije: “Si Racing me necesita, voy”. Y así se dio mi regreso. Me terminó vendiendo el presidente de Cerro, que era el que no quería que me fuera. Increíble. Y terminó como terminó. No sé si De Tomaso me quería…

66 - ¿Quién es hoy el mejor DT del mundo? Guardiola está entre los mejores… y me encanta el Cholo: por cómo vive el fútbol, por la pasión que le mete, por cómo interpreta la profesión.

67 - Y porque es hincha de Racing como vos… Je, también. Sabés que un día, cuando él empezaba, nos encontramos en una parrilla y me vino a pedir un autógrafo. Ya había debutado en la primera de Vélez, lo conocía, y vino igual...

68 - ¿Estuviste cerca de dirigir alguna Selección en estos años? Se me nombró varias veces en Perú y Paraguay, mis amigos me cuentan que aparezco en encuestas, pero no pasó de ahí: de rumores periodísticos, nunca hubo una conversación real.

69 - ¿Aceptarías dirigir una Selección y enfrentar a la Argentina? La verdad es que hoy me gusta el día a día y en la Selección se pierde bastante eso, me lo contó una vez el brasileño Paulo Autori, que era el DT de la Selección de Perú. Te transformás un poco en oficinista.

70 - ¿Cuáles son los atributos más importantes de un buen DT? El manejo de grupo es fundamental, saber llegarle al jugador y comunicarle en forma muy simple lo que querés. Yo soy de la escuela de Basile: me gusta estar cerca del jugador, conversar con él, aunque si debo pegar un grito, lo pego sin problemas. El otro día, en la segunda final, les dije de todo a mis jugadores en el entretiempo. Nada en lo táctico, les dije que no estaban jugando ese partido como lo que era: una final. Entraron y a los 40 segundos metieron el 1-0, ja, ja...

71 - ¿Te gusta Martino en la Selección? Sí, tiene su recorrido, dirigió ya una Selección. Igual, me hubiese gustado que siguiera Sabella, porque ya tenía el grupo armado, llegó a la final, pero bueno, fue una decisión de él.

Imagen A upa de Juan Carlos Rulli, en 1966, como mascota del Equipo de José.
A upa de Juan Carlos Rulli, en 1966, como mascota del Equipo de José.

 

72 - ¿Por qué zafaste de ir a Malvinas? Soy del 63, pero me salvé por número bajo. Aparte tengo el brazo quebrado y mal puesto. A los 3 años me caí y me rompí el codo con un ladrillo. Me lo soldaron mal, me lo pusieron para el orto, mirá cómo quedó (se arremanga y muestra su antebrazo izquierdo, que sobresale en forma poco ortodoxa), ja, ja, me operaron en el Fiorito, seguro me lo hizo uno de Independiente… Me salvé también por eso: no me puedo poner firme, tampoco colocar bien el arma, y lo hacía un poco exagerado...

73 - ¿Te molestaba que te dijeran Alf?  Nooooo, para nada, si ahora me dicen Messi, Jorge Messi, todo el mundo, en Ecuador, en Colombia dicen que me parezco.

74 - ¿Por qué el técnico argentino es tan valorado en Sudamérica? Hoy, 4 selecciones de 10 tienen técnicos argentinos… El técnico argentino y el jugador también. Al argentino lo miran con otros ojos, lo ven ganador, que tiene un mix ideal entre el juego lindo y la garra.

75 - ¿De quién aprendiste más en el fútbol? De Basile, el Coco fue mi padre futbolístico. Lo tuve como 5 años.

76 - ¿Qué argentinos están en tu cuerpo técnico estable? El Moncho Fernández y el profe Rubén Rivas, que también es argentino.

77 - ¿Te costó mucho imponer la disciplina en el fútbol peruano? No tienen fama de ser muy profesionales… Je, trataba de hablar mucho con ellos, que me comprendieran. Fuimos muy claros y se portaron bárbaro, el tema pasa por llegarles. En Paraguay también es terrible ese tema, eh.

78 - Estuviste en muchos países de Sudamérica, ¿por qué no nos quieren a los argentinos en general? Porque nos pensamos que somos superiores a todos. Uno no se da cuenta viendo la tele acá, pero cuando la mirás en el extranjero ahí lo notás. Somos soberbios, y eso molesta. Ojo que también nos respetan y nos admiran mucho. Y hay algunos lugares, como Colombia, donde realmente nos quieren. Ojo: conmigo fue todo diez puntos donde dirigí, no me puedo quejar, pero cuando fui campeón con Alianza en 2004 me hicieron un reportaje y el título fue: “No parece argentino”.

79 - ¿Quiénes son tus amigos del fútbol? Me hablo seguido con Teté, con Camote Acuña. Pasa que en el fútbol vas haciendo muchos más amigos, y hoy gracias a Dios voy a Perú, Paraguay o Ecuador y tengo cientos de amigos, pero a la vez vas perdiendo a los otros con tantos viajes…

80 - ¿Te agarraste a piñas con un compañero alguna vez? Con el Coco Reynoso: nos puteamos en una práctica, “cerraste mal”, “callate”, y llegamos al vestuario y nos agarramos, pero enseguida nos separaron, y al otro día estábamos lo más bien, como siempre.

Imagen Con la Selección Juvenil que fue a Toulón, en 1983, dirigido por Bilardo.
Con la Selección Juvenil que fue a Toulón, en 1983, dirigido por Bilardo.

 

81 - Tu día más feliz y tu día más triste en el fútbol. Gracias a Dios, el fútbol me dio muchos días felices, pero si tengo que elegir uno, me quedo con mi debut en la Primera de Racing. Y el más triste cuando Racing se fue a la B y yo estaba en la tribuna con un yeso.

82 - ¿Cómo te sentiste el día que enfrentaste a Racing? Por suerte, me pasó una sola vez, cuando fui con Gimnasia de Jujuy. Fue todo rarísimo, la verdad, pero son situaciones que te pone la vida, ¿no es cierto?

83 - En la Argentina sólo dirigiste a Racing, ¿podrías hacerlo en otro equipo? Sí, es mi profesión.

84 - ¿Lloraste alguna vez por el fútbol? Un montón de veces: de dolor y de alegría. Cuando ves el cariño que te da la gente, te emocionás. En Racing es lógico que me quieran, porque yo me crié ahí y saben cómo amo al club, soy uno de ellos. Es como cuando tenés un hijo: lo vas a querer siempre. Pero lo que me pasó en el exterior es curioso. El reconocimiento en Perú es impresionante, en Ecuador lo mismo, ahora en Colombia. La gente me gritaba y te emocionás porque te rompés el culo toda tu vida y de golpe la posibilidad de hacer feliz a tanta gente es impagable.

85 - ¿Racing te sigue debiendo plata? Ya está, dejá, regalé todo lo que me debían, 3 o 4 años de contrato como jugador que jamás cobré.

86 - ¿Y como técnico también te debía? Mirá: en el 99 fue la única vez en Racing en que cobraba todos los meses… Eran dos pesos con cincuenta… pero cobraba. En mi segunda etapa, en 2007, cobré solo un mes y después De Tomaso me dio todos cheques voladores. Tuve intenciones de hacerle juicio a Blanquiceleste, pero el abogado me dijo que teníamos que hacerle también juicio a Racing para seguir y bajé todo: “Ya está, dejalo, a Racing nunca le haría juicio”.

87 - ¿Será que se aprovecharon de tu amor por el club? Seee, capaz que yo me dejaba aprovechar también. Igual, te aclaro: todo lo que hice por Racing lo volvería a hacer de la misma manera.

88 - ¿Te queda un tercer o cuarto ciclo en Racing como DT? Solamente Dios lo sabe. O el destino. Igual, te digo: no soy un desesperado, hoy me siento muy bien donde estoy. Todos me hacen la misma pregunta: “¿No te gustaría volver para tener la revancha en Racing”. Y yo digo: si viene algún día, bienvenida. Y si no viene, también. No estoy desesperado, soy un agradecido, aunque tengo claro que en Racing me tocó siempre cuando se quemaba el barco, y sé que me llevaron porque tenía la espalda para bancar esos momentos trágicos del club.

89 - ¿Alguna vez escuchaste un insulto en la cancha de Racing? Y sí, siempre alguno puede haber que te putee… si insultaron a Jesús (risas), ¿cómo no me van a insultar a mí?

Imagen Una práctica de siempre: rezo en el vestuario.
Una práctica de siempre: rezo en el vestuario.

 

90 - ¿Quiénes son para vos los 3 máximos ídolos de la historia de Racing? Hay muchos, va con cada época. Para mí, Corbatta, el Bocha Maschio y Basile están bien arriba, pasa que después del 70 no tuvo muchos ídolos porque le fue muy mal al club, y ahora está Milito.

91 - ¿En 2001 viniste con Guaraní para estar de alguna manera en el festejo de Racing? Me habían avisado antes que si Racing salía campeón, querían que formara parte de los festejos con Guaraní, pero la definición se postergó, Racing salió campeón el 27 de diciembre, yo estaba de vacaciones, mis jugadores también, pero los fui llamando de urgencia uno por uno y nos vinimos dos días después a jugar, a participar (risas)…

92 - La última vez que fuiste a ver a Racing… Uhhh, hace mucho, pasa que siempre que vengo está terminado el campeonato siempre estuve con trabajo. Creo que fui por última vez en 2008 o 2009.

93 - ¿Seguiste a Racing en esta campaña? Siempre sigo las campañas de Racing, esté donde esté. Suelo llevarme el aparato de DirecTV que tengo en casa y entonces es como si viera la tele de la Argentina. Mis hijos van a la cancha y después analizamos los partidos. Festejé mucho este título, por supuesto.

94 - Varias veces declaraste que Racing era un amigo enfermo, ¿ya se curó? Se está curando, igual falta muchísimo. Ojalá que Racing no se quede solamente con este campeonato, y ahora que ganó de nuevo y tiene todo el apoyo, aproveche para crecer. Racing necesita crecer, estar en la Libertadores seguido, no quedarse.

95 - Lalín primero, Mario Cejas después y más tarde De Tomasso no te bancaron, ¿por qué? Porque yo soy de Racing (risas). Es como dice Riquelme con Boca: yo soy de Racing, hay algunos que no…

96 - ¿Se siente un plus siendo hincha de un equipo o es un verso y son todos profesionales? Se, se, olvidate. Cuando dirigí a Cerro Porteño, la mayoría eran pibes salidos del club, hinchas de Cerro, y en los clásicos ya se levantaban a la mañana y estaban cantando en contra de Olimpia y en la cancha daban un plus, se notaba. Diego Milito, más allá de su categoría, jugársela como se la jugó para venir ahora, es obvio que tiene ese plus por ser de Racing, los hermanos Zuculini también.

97 - O sea que si salieras campeón como DT de Racing sentirías una emoción diferente… Seguro que con Racing sería distinto, eso no se discute.

Imagen Celebra su último título en Santa Fe.
Celebra su último título en Santa Fe.

 

98 - ¿Cuánto hubieras dado por ser Merlo o Cocca? Nah, está bien, que la gente de Racing sea feliz, con eso me alcanza, de verdad te lo digo, eh. Me hubiese encantado estar en alguna de esas vueltas como jugador, o al menos en la tribuna, eso sí hubiese sido muy lindo.

99 - ¿Ya podés hablarle de tú a tú a Mourinho? Los dos ganaron Ligas en cuatro países… Ja, ja, ja, contento, feliz de que le pueda devolver a la gente la confianza que deposita en mí, sobre todo a los presidentes de clubes, porque la única manera de pagarles es logrando un campeonato, esa es la verdad. En esta vida de hoy, en cualquier laburo y más en el fútbol, no sirve otra cosa que ganar, entonces la presión es espantosa y se disfruta muchísimo cuando se logran resultados. Santa Fe había ganado un solo título en los últimos 40 años, imaginate…

100 - ¿Y sabrá Mourinho quién es Gustavo Costas? No creo, ja, ja, no creo.

 

Nota publicada en la edición de febrero de 2015 de El Gráfico

 

Por Diego Borinsky. Fotos: Emiliano Lasalvia y Archivo El Gráfico