Las Entrevistas de El Gráfico

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Silvio Carrario jugó en innumerable cantidad de equipos, dice que volvería a todos, cuenta sus pasos por los grandes como Boca y Racing y también por el resto de los clubes.

Por Redacción EG ·

17 de octubre de 2019

1 ¿Por qué Ca­rra­rio no va al Mun­dial? No sé, qui­zá por­que no tu­ve la suer­te que otros han te­ni­do…

2 ¿Por qué es­tás en Quil­mes y no en el ex­te­rior? Por­que no me lle­gó nin­gu­na pro­pues­ta con­cre­ta que me ha­ya se­du­ci­do, y por­que al fút­bol ar­gen­ti­no le de­bo mu­cho res­pe­to y agra­de­ci­mien­to. Pa­ra ir­me, me iría a un club su­pe­rior a los de mi país, y eso es di­fí­cil, por­que acá hay un gran ni­vel. En Quil­mes, es­toy bien. Cuan­do lle­gué, en la se­gun­da eta­pa del tor­neo, ha­bía muy po­cos pun­tos de res­pal­do. Por eso, el ob­je­ti­vo cen­tral no fue en­trar a la Co­pa, co­mo lo hu­bie­ra si­do si me que­da­ba en Ar­gen­ti­nos, si­no que acá la prio­ri­dad fue su­mar, ya que el año que vie­ne se bo­rra un tor­neo de mu­chos pun­tos y que­da­mos un po­co fla­cos de pro­me­dio.

3 ¿Por qué es­tás en Quil­mes y no en la B? Só­lo ba­jé una vez al As­cen­so, y si siem­pre me man­tu­ve en Pri­me­ra fue por mi tra­ba­jo. Es más, cuan­do yo arre­glé con Cha­ca­ri­ta en la B, tam­bién te­nía ofer­tas de la A, pe­ro fui a Cha­ca por­que me con­ven­cía esa pro­pues­ta.

4 ¿Es cier­to que “una dis­cu­sión en gra­ves tér­mi­nos” con vos, le pro­du­jo una he­mo­rra­gia na­sal a Gre­go­rio Pé­rez? No, no nos pe­lea­mos. Sim­ple­men­te hu­bo un en­tre­di­cho. Yo es­ta­ba ca­lien­te con él, por­que es­ta­ba bien en Ar­gen­ti­nos y me tu­ve que ir, pe­ro siem­pre fi­nal­men­te lle­ga la ver­dad. Yo di mi opi­nión por­que los di­ri­gen­tes me di­je­ron que me te­nía que ir por pre­sión del téc­ni­co, y me pi­die­ron que lo acla­ra­ra pa­ra que los hin­chas lo en­ten­die­ran. En­ton­ces lo di­je y él se eno­jó. Fue a re­pro­chár­me­lo al ho­tel en el que yo es­ta­ba con­cen­tra­do con Quil­mes, pe­ro no pa­só na­da más que eso. No nos fui­mos a las ma­nos.

5 ¿Por qué le gri­tas­te el gol de pe­nal a Ar­gen­ti­nos Ju­niors? Por­que es­toy en Quil­mes. La fal­ta de res­pe­to no es gri­tar­le un gol a un ex club. La fal­ta de res­pe­to es no gri­tar un gol pa­ra el club que es­tás ju­gan­do. Yo ten­go una gran ad­mi­ra­ción por Ar­gen­ti­nos, por los di­rec­ti­vos, por los uti­le­ros, por los hin­chas… Pe­ro lo mis­mo me pa­sa en Quil­mes. Y aho­ra es­toy en Quil­mes.

6 ¿Ma­rín fue el sal­va­dor de Ra­cing o un dic­ta­dor, co­mo di­je­ron va­rios? No, en to­do ca­so, a Ra­cing lo sal­va­ron los po­lí­ti­cos… Ma­rín fue uno que vio un ne­go­cio, arre­gló con otro, y chau. Sal­va­do­ra, de ver­dad, es la gen­te de Ra­cing, que su­fre y gri­ta.

7 ¿En Bo­ca per­dis­te la gran opor­tu­ni­dad de tu ca­rre­ra? Tal vez sí, pe­ro no tu­ve la con­ti­nui­dad que sí tu­vie­ron otros ju­ga­do­res. Yo ha­bía que­da­do muy mal de mi pa­so por Ra­cing, don­de me ha­bían des­pres­ti­gia­do mu­cho, y creo que fi­nal­men­te con tra­ba­jo re­cu­pe­ré un pres­ti­gio que en ese en­ton­ces pa­re­cía im­po­si­ble de re­cu­pe­rar. Sé que ten­go al­gu­nas con­tras, por­que na­die es per­fec­to, pe­ro ten­go más a fa­vor que en con­tra.

Imagen Con Bilardo, llegó ilusionado a Boca en 1996, pero no tuvo posibilidades de mostrarse.
Con Bilardo, llegó ilusionado a Boca en 1996, pero no tuvo posibilidades de mostrarse.

8 ¿Ma­cri te co­no­ce la voz? Sí, ha­blé con él, y no tu­ve gran­des di­fe­ren­cias. Só­lo me fui por­que no tu­ve la po­si­bi­li­dad de ju­gar y de de­mos­trar si va­lía o no. Yo pre­fie­ro ju­gar en un club chi­co a es­tar inac­ti­vo en un equi­po gran­de. Co­mo no de­pen­día de mí mo­di­fi­car eso, me fui.

9 ¿Ni voz ni vo­to? No, a Ma­cri no lo ban­ca­ría en po­lí­ti­ca. No es de mi agra­do.

10 ¿Es cier­to que tu vie­jo co­me Va­lium co­mo ga­rra­pi­ña­das ca­da vez que ju­gás? No, qui­zá es un po­co ner­vio­so… Pe­ro tam­po­co tan­to. Vi­ve los par­ti­dos co­mo cual­quier pa­dre cuan­do jue­ga su hi­jo.

11 ¿Quién es más ído­lo en Bell Vi­lle, vos o Kem­pes? El... Kem­pes nos dio un cam­peo­na­to mun­dial, ju­gó en Ri­ver, en Va­len­cia… Hi­zo co­sas muy lin­das. Ido­los to­ta­les en mi pue­blo son Kem­pes, Cu­rio­ni, Mer­li­ni o Cor­na­glia. Ha­bría que pre­gun­tar­le a la gen­te, pe­ro yo no me sien­to a la al­tu­ra de ellos. Sé que me quie­ren, pe­ro no soy ído­lo. Kem­pes se me­re­ce un mo­nu­men­to en Bell Vi­lle.

12 ¿To­da­vía te con­si­de­rás un gran go­lea­dor? Sí, a la ho­ra de es­tar fren­te al ar­co, me con­si­de­ro uno de los me­jo­res. Me ten­go mu­cha fe.

13 Uno de los me­jo­res, ¿al ni­vel de Ba­tis­tu­ta por ejem­plo? Creo que Ba­tis­tu­ta es otra cla­se de go­lea­dor por­que es más po­ten­te, pe­ro yo de­fi­no con más cla­se. No di­ría que soy me­jor, ni peor. So­mos dis­tin­tos.

14 Cris­tian Cas­ti­llo, en Olim­po, ¿te da­ba una par­te de su suel­do? No… Lo ayu­dé con mu­chas asis­ten­cias, pe­ro él tam­bién es un gran ju­ga­dor. Y no fue al úni­co que le di lin­dos pa­ses… Hay va­rios con los que hi­ce bue­nas du­plas, co­mo Mü­ller, el pe­la­di­to Fer­nán­dez, que aho­ra es­tá en Tem­per­ley, Ale Ro­drí­guez…

15 ¿Sos­te­nés to­da­vía que an­du­vis­te bien en to­dos los clu­bes por los que pa­sas­te? Sí, en to­dos los clu­bes me fue muy bien, pe­ro co­mo siem­pre tu­ve mi pa­se, fui eli­gien­do si que­dar­me o no. To­dos los clu­bes me han que­ri­do, y yo siem­pre re­cuer­do lo me­jor de ca­da equi­po. Lo me­jor.

16 ¿De Ra­cing te fuis­te así por Ote­ro? No, me fui por­que Ra­cing era un lío. Mi­rá có­mo que­dó… Era una bo­la de nie­ve que se te­nía que cho­car con­tra una pa­red. Los ju­ga­do­res en ese mo­men­to te­nían que aguan­tar­se mu­chas co­sas, y yo no te­nía una per­so­na al la­do que me abrie­ra los ojos, co­mo pa­ra aguan­tar tan­tos pro­ble­mas sin pa­sar­la mal. Pe­ro bue­no, en la can­cha ren­dí.

 

Imagen En Racing vivió su etapa más conflictiva.
En Racing vivió su etapa más conflictiva.
 

17 ¿Y de Bo­ca te fuis­te así por Bi­lar­do? Me fui así por­que no me que­rían. Si no te po­nen, es di­fí­cil de­mos­trar si ser­vís…

18 ¿Y de La­nús te fuis­te así por Mi­guel Brin­di­si? Con Brin­di­si no com­par­tía­mos cier­tas ideas. A mí no me cua­dra­ban al­gu­nas ac­ti­tu­des su­yas, co­mo téc­ni­co y co­mo per­so­na… No quie­ro ha­blar del te­ma. Ya pa­só.

19 ¿Y de Ar­gen­ti­nos te fuis­te así por Gre­go­rio Pé­rez? En esa épo­ca, yo es­ta­ba con un es­guin­ce muy gra­ve y, des­pués de ha­ber ju­ga­do dos par­ti­dos así, me ne­gué a ju­gar otros dos. En­ton­ces Gre­go­rio se eno­jó y di­jo que yo no ser­vía, pe­ro la rea­li­dad es que no po­día ju­gar. Si lo hu­bie­ra he­cho, me ha­bría per­ju­di­ca­do a mí y al equi­po.

20 Al­go ha­ce su­po­ner que no te­nés el ca­rác­ter de Lau­ra In­galls, ¿no? Cuan­do no me gus­ta al­go, sal­to, y de­fien­do lo mío. O si no doy un pa­so al cos­ta­do. Igual, he cre­ci­do mu­cho y apren­dí cuán­do con­vie­ne plan­tar­se y cuán­do no. Gra­cias a Dios no les fue muy bien a las per­so­nas con las que me he pe­lea­do. Y cuan­do es­tu­ve equi­vo­ca­do, no me dio ver­güen­za pe­dir per­dón.

21 ¿Quién te col­gó el car­te­li­to de ti­po con­flic­ti­vo? No sé quién, pe­ro fue en Ra­cing. Es­to se mue­ve de acuer­do a quién es más po­de­ro­so, y el di­rec­ti­vo de Ra­cing te­nía más po­der que yo. En­ton­ces los pe­rio­dis­tas siem­pre es­ta­ban de su la­do. De to­dos mo­dos, no guar­do ren­cor. Yo me preo­cu­po por de­mos­trar en la can­cha, y afue­ra, que siem­pre ten­go bue­na le­che. No soy un ti­po jo­di­do.

22 ¿Tam­bién fue un in­ven­to que gri­tas­te “da­le Ro­jo”, an­tes de un clá­si­co, en un ves­tua­rio, ju­gan­do pa­ra Ra­cing? Sí, fue to­do un in­ven­to de un di­ri­gen­te, que ya se acla­ró. No di­je en nin­gún mo­men­to quién hi­zo co­rrer ese ru­mor, pe­ro yo es­toy tran­qui­lo por­que no hi­ce eso, aun­que la man­cha igual me que­dó. Acla­rar­lo o de­cir que no fue así es al pe­do, por­que se ha­ce una bo­la más gran­de to­da­vía.

23 ¿El mis­mo ti­po in­ven­tó que de­jas­te des­tro­za­do e inun­da­do el de­par­ta­men­to que te ha­bía da­do Ra­cing? Sí, sí. Lle­gué de la pre­tem­po­ra­da y no te­nía más mi de­par­ta­men­to. La ro­pa es­ta­ba ti­ra­da en el pa­si­llo…

24 ¿Qué sen­tis­te cuan­do te de­sa­lo­ja­ron del ho­tel por la deu­da que man­te­nía el club? Me sen­tí muy mal, por­que yo te­nía una cria­tu­ra chi­ca y se di­je­ron un mon­tón de co­sas, pe­ro gra­cias a Dios ya lo pa­sé. Aho­ra só­lo guar­do el re­cuer­do de la gen­te de Ra­cing, que es es­pec­ta­cu­lar. Lo im­por­tan­te es en­ten­der có­mo es el ne­go­cio, pa­ra sa­ber có­mo ac­tuar.

25 Des­pués, en otro ho­tel, ¿te ro­bó una mu­ca­ma? Sí, se po­dría de­cir que sí…

26 ¿Ha­blas­te en te­ra­pia de tu pro­ble­ma con los hos­pe­da­jes? No. Tu­ve mu­chos pro­ble­mas en los ho­te­les por­que te­nía to­das mis per­te­nen­cias ahí, y me sa­ca­ban de uno a otro, por­que no pa­ga­ban… Así, vi­vien­do co­mo gi­ta­no, era to­do muy di­fí­cil. Lo im­por­tan­te fue que no me caí.

27 ¿No vas al psi­có­lo­go? No, nun­ca fui. En los ma­los mo­men­tos me aga­rré de mí, y de mis ga­nas de ju­gar al fút­bol.

28 ¿Es ver­dad que cuan­do que­rías ha­blar con Bi­lar­do él lla­ma­ba a un tes­ti­go pa­ra evi­tar ma­len­ten­di­dos? Sí, a él le gus­ta­ba po­ner un tes­ti­go, y otro pa­ra el ju­ga­dor, pa­ra que to­do que­da­ra bien cla­ro.

29 De­cís que de Bo­ca te fuis­te por­que “cuan­do Bi­lar­do pi­dió a Gue­rra en­ten­dí lo que bus­ca­ba”. ¿Qué es­pe­ra­bas, un li­ris­mo bi­lar­dia­no? No, se­gu­ro que no, pe­ro ahí me con­ven­cí. Yo te­nía la idea de ir a un equi­po gran­de y, aun­que a mí me gus­ta ju­gar al fút­bol, y to­car, nun­ca es­tá de más pro­bar otra co­sa. No se dio, y la lu­ché en otro la­do.

30 ¿Por qué só­lo te que­das­te tres me­ses en Ve­ne­zue­la? Por­que no es tan bue­no el fút­bol de ahí. Fue una ex­pe­rien­cia po­si­ti­va por­que es un país ma­ra­vi­llo­so, y Ca­ra­cas es una ciu­dad muy lin­da, pe­ro el fút­bol no es tan pro­fe­sio­nal co­mo acá. En­ton­ces, me vi­ne, pe­ro la pa­sé muy bien.

31 Es­tu­vis­te ahí cuan­do in­ten­ta­ron de­ses­ta­bi­li­zar el go­bier­no de Chá­vez. ¿Có­mo lo vi­vis­te? Tu­ve mie­do por­que es­ta­ba en otro país, pe­ro acá la caí­da de Fer­nan­do de la Rúa fue peor. El te­ma es que allá no sa­bía có­mo mo­ver­me, ni dón­de es­ta­ba el pe­li­gro.

32 ¿Vo­ta­rías a Chá­vez? Lo vo­ta­ría por el odio que le tie­ne a Es­ta­dos Uni­dos. Es un ti­po que tie­ne hue­vos, y se la ban­ca.

33 Des­pués de atra­ve­sar un ti­ro­teo en Ca­ra­cas, di­jis­te: “An­tes que dar­le de co­mer a Du­hal­de me que­do acá”. ¿Con Kirch­ner, cam­bió al­go? Pue­de ser, al­go me­jo­ra­mos. Igual, hay que es­pe­rar por­que es­tos son así… No hay que po­ner las ma­nos en el fue­go por nin­gún po­lí­ti­co.

Imagen Doce camisetas vistió Carrario a lo largo de su carrera: “Volvería a jugar en todos los clubes por los que pasé.”
Doce camisetas vistió Carrario a lo largo de su carrera: “Volvería a jugar en todos los clubes por los que pasé.”

34 En esa mis­ma no­ta ma­ni­fes­tas­te que “los pio­jo­sos no son los que no tie­nen pa­ra co­mer, si­no los res­pon­sa­bles”. ¿A quién vo­tas­te en el 2003? Al so­cia­lis­ta Al­fre­do Bra­vo.

35 ¿Por qué nun­ca fuis­te go­lea­dor de un tor­neo? Por­que no ju­gué en equi­pos que pe­lea­ran la pun­ta, pe­ro es­tu­ve siem­pre ahí. En Ra­cing se me pu­do ha­ber da­do, y jus­to me rom­pí el hom­bro. El te­ma es que, co­mo no es­tu­ve en Ri­ver ni en Bo­ca, siem­pre me fue más di­fí­cil que a otro. Más allá de eso, es­toy sa­tis­fe­cho con mis go­les y mis cam­pa­ñas.

36 ¿“Los hin­chas de Ar­gen­ti­nos vi­ven pu­tean­do” o Ca­rra­rio vi­ve pu­tea­do? No sé, pe­ro pa­ra mí Ba­tis­ta ten­dría que te­ner un mo­nu­men­to y ser hé­roe del club… Lo as­cen­dió, fue sub­cam­peón in­ter­con­ti­nen­tal, cam­peón de la Li­ber­ta­do­res, fi­gu­ra mun­dial, y no tie­ne un pu­to re­co­no­ci­mien­to. La can­cha lle­va el nom­bre de Ma­ra­do­na, que tra­tó a Ar­gen­ti­nos siem­pre con in­di­fe­ren­cia. Y al Che­cho, que se pe­ló el or­to más que na­die por Ar­gen­ti­nos, lo pu­tean. En­ton­ces, ob­via­men­te más me iban a pu­tear a mí… Des­pués, pa­só y me ova­cio­na­ron. Yo di­je eso de los hin­chas pa­ra que en­ten­die­ran que si los pi­bes del club po­nen el lo­mo, lo úl­ti­mo que te­nían que ha­cer era aga­rrár­se­la con ellos.

37 De ca­da diez hin­chas, ¿cuán­tos te aplau­den y cuán­tos te pu­tean? Creo que ocho me aplau­den, y dos me pu­tean. Ten­go un mon­tón de se­gui­do­res, y lo no­to per­ma­nen­te­men­te en la ca­lle y en la can­cha.

38 En Ital­cha­cao, de Ve­ne­zue­la, se­gún vos, “iban 40 o 50 per­so­nas a la can­cha”. ¿Ahí tam­bién te pu­tea­ban? Sí, me pu­tea­ban igual. Has­ta tu­vi­mos que sa­lir con la po­li­cía de vi­si­tan­te por­que nos que­rían ma­tar… Yo me ca­go de ri­sa, has­ta me di­vier­to con el que me pu­tea. Tra­to de pa­sar­la bien en la can­cha.

39 ¿La vo­ca­ción de “pu­tea­do” la de­sa­rro­llas­te en tus tiem­pos de ár­bi­tro? Pue­de ser. Cuan­do te­nía 18 o 19 años ju­ga­ba en la Pri­me­ra de Spor­ting, y a los ju­ga­do­res nos ha­cían ar­bi­trar a las in­fe­rio­res. Por lo ge­ne­ral, te­nía­mos que co­brar más pa­ra nues­tro club que pa­ra otro… En los clá­si­cos, era te­rri­ble.

40 ¿Cuál es el de­fen­sor más in­so­por­ta­ble fí­si­ca y psi­co­ló­gi­ca­men­te? Hay muy bue­nos de­fen­so­res. Por ejem­plo, a Sa­muel me cos­ta­ba un mon­tón pa­sar­lo, y no me ha­cía foul. No sé qué tie­ne, qui­zá sea la ubi­ca­ción, pe­ro me cos­ta­ba un hue­vo su­pe­rar­lo. Y lo mis­mo me pa­sa con Cro­sa, de Ra­cing.

41 ¿A qué de­fen­sor tu­vis­te de hi­jo to­da la vi­da? No sé, no di­ría uno. Por ahí a los de San Lo­ren­zo, Ar­gen­ti­nos o Bo­ca les hi­ce más go­les que al res­to, pe­ro no hay nin­gu­no al que ten­ga de hi­jo… Odiar, me de­ben odiar va­rios, pe­ro eso es nor­mal.

42 ¿La me­jor pa­ta­da que te pu­sie­ron? Me acuer­do de una que me pe­ga­ron de atrás, ju­gan­do pa­ra Cha­ca con­tra Fe­rro. Fue la que más me do­lió, y de he­cho, que­dé mal y unos días des­pués me rom­pí los li­ga­men­tos. Pe­ro no me acuer­do quién fue el de­fen­sor que me la pu­so…

43 An­tes eras go­lea­dor na­to, ¿y aho­ra qué sos? Soy un ju­ga­dor bas­tan­te com­ple­to. Ban­co bien la pe­lo­ta, pue­do me­ter un pa­se gol y pue­do lle­gar a de­fi­nir. Apar­te me ubi­co bien. Cuan­do veo que no voy a lle­gar al gol, tra­to de ti­rar­me atrás pa­ra par­ti­ci­par del jue­go, y cuan­do es­toy me­ti­do en la ju­ga­da, in­ten­to que me que­de una pa­ra me­ter­la. Me voy a lo To­ti Igle­sias… To­do de­pen­de de có­mo es­té ese día. Si me sien­to pre­ci­so, y me ne­ce­si­tan arri­ba, di­rec­ta­men­te me cla­vo en el área.

44 ¿De ver­dad te vas a re­ti­rar a los 45? No, no sé. El re­ti­ro es al­go que lle­ga­rá so­lo. Aho­ra es­toy pen­san­do en ter­mi­nar es­ta cam­pa­ña bien. Y des­pués pen­sa­ré en qué si­tua­ción es­toy pa­ra se­guir ju­gan­do.

45 ¿Se­guís pen­san­do que no vas a tra­ba­jar más cuan­do de­jes el fút­bol? Sí, si pue­do...

46 ¿Y qué vas a ha­cer en­ton­ces? Vi­vir del que tra­ba­ja.

47 ¿Si Chi­che So­sa di­ri­gie­ra a la Se­lec­ción, vos se­rías el nue­ve? No sé si tan­to… Por ahí, en esa si­tua­ción, me en­ga­ña­ría con otro.

48 ¿Y por qué te de­jó afue­ra en Cha­ca­ri­ta? No me acuer­do bien de eso, pe­ro sí, me ha sa­ca­do, me ha pues­to, de to­do. Es más que un téc­ni­co pa­ra mí, pe­ro no crean que por eso no me re­ta o no me di­ce na­da, eh. Al con­tra­rio. Me ca­ga a pe­dos más que a cual­quie­ra.

Imagen Para Chaca, jugó entre el 99 y el 2002. Fue el único club para el que jugó en el Ascenso.
Para Chaca, jugó entre el 99 y el 2002. Fue el único club para el que jugó en el Ascenso.

49 En el 2000 di­jis­te que Gron­do­na co­rría ries­go de abur­gue­sar­se y trans­for­mar la co­sa en un ne­go­cio. ¿La co­sa no es un ne­go­cio? Sí, se­gu­ro, la AFA es un ne­go­cio, pe­ro den­tro de to­do, el ti­po ha­ce vein­ti­pi­co de años que es­tá, y el fút­bol ar­gen­ti­no se ga­nó un pres­ti­gio en el mun­do. In­clu­so, es el se­gun­do de la FI­FA y eso es im­por­tan­te pa­ra la Ar­gen­ti­na.

50 En la gran em­pre­sa del fút­bol ar­gen­ti­no, ¿qué car­go tie­ne el ju­ga­dor? Es el pi­be de la mo­to…

51 “Me lo ofre­cie­ron pe­ro tie­ne pro­ble­mas de al­co­hol”, di­jo Re­né Oroz­co so­bre vos el pre­si­den­te de la U chi­le­na, en el 2002. ¿Cuán­to min­tió? Mu­cho. Me sor­pren­dió que di­je­ra eso y, cuan­do lo lla­mé pa­ra pre­gun­tar­le de dón­de lo sa­có, me con­tes­tó que no lo ha­bía di­cho. Pe­ro me so­pla­ron que no era muy con­fia­ble… Igual no me preo­cu­pó. Me sal­vó: gra­cias a eso me que­dé en la Ar­gen­ti­na.

52 ¿En cuán­tos clu­bes te apu­ró la ba­rra? Só­lo en Ra­cing, y por­que me la man­da­ron…

53 ¿Cuál fue la ba­rra más jo­di­da que co­no­cis­te? En to­dos los clu­bes es­tán las ba­rras, y se­gún có­mo uno se lle­ve, pue­den ser jo­di­das o no. Yo creo que el ju­ga­dor de fút­bol tie­ne que ser in­te­li­gen­te y no me­ter­se en cier­tos te­mas. No­so­tros no po­de­mos arre­glar ese pro­ble­ma, y quie­nes de­ben arre­glar­lo, no lo ha­cen. Los ju­ga­do­res te­ne­mos que con­vi­vir con ellos…

54 ¿Hay que pa­gar cuo­ta en esa con­vi­ven­cia? No, te­nés que ser buen ti­po y no fa­llar­le a tu equi­po. Yo no pa­gué, y no lo ha­go. No ne­ce­si­to com­prar mi res­pe­to.

55 ¿Por qué di­jis­te que el pro­ble­ma con Fab­bia­ni es que “es­té li­bre”? No, por na­da, pe­ro lo que me mo­les­tó de él no fue su ma­ne­ra de ju­gar… Al­gu­nos lo sa­ben, y otros no. No ten­go na­da más pa­ra de­cir.

56 Si no te­nés con quién de­jar a tu hi­jo Da­mi­ro, ¿pre­fe­rís que lo cui­de Ote­ro, La­lín o Ba­rrio­nue­vo? No, le pa­go un via­je y que se va­ya a Eu­ro­pa…

57 ¿Con Ba­rrio­nue­vo no que­dó to­do bien? Sí, sí, a mí siem­pre me tra­tó muy bien… Pe­ro no es pa­ra cui­dar un chi­co.

58 Si Brin­di­si “es men­ti­ro­so”, pe­ro “es me­jor que Mar­chet­ta”. ¿Mar­chet­ta qué es? Sin pa­la­bras.

59 Si “Bo­ca y Ri­ver tie­nen li­cen­cia pa­ra pe­gar”, ¿quién se las da? Y… Kru­po­vie­sa pe­gó una pa­ta­da cri­mi­nal ha­ce po­co y le die­ron dos fe­chas. Eso te da bron­ca cuan­do es­tás en un equi­po chi­co, por­que a no­so­tros por cual­quier co­sa nos dan tres fe­chas. Si aga­rra­ba de lle­no al ti­po que le pe­gó, lo que­bra­ba to­do. Yo no sé quién ma­ne­ja eso, pe­ro la mis­ma pa­ta­da en Quil­mes le hu­bie­ra cos­ta­do seis fe­chas de sus­pen­sión.

60 ¿Por qué le pe­gas­te al fo­tó­gra­fo que te sa­có una fo­to un día de re­vuel­ta en­tre la gen­te de Cha­ca­ri­ta y la po­li­cía? No le pe­gué al fo­tó­gra­fo y el pro­ble­ma no fue la fo­to. Yo no soy Ya­brán... Los po­li­cías es­ta­ban ti­ran­do ba­las de go­mas a la tri­bu­na y, cuan­do él se acer­có, di­jo: ‘Es­tos ne­gros de mier­da…”, y ahí es­ta­ba mi fa­mi­lia.

61 ¿Por qué no se con­cre­tó tu pa­se al fút­bol por­tu­gués en el 2001? No sé. Te­nía to­do lis­to, has­ta el pa­sa­je. Y so­bre la ho­ra, com­pra­ron a un fran­cés, y tu­ve que vol­ver to­do pa­ra atrás.

62 “Cuan­to más ig­no­ran­tes ha­ya, pa­ra al­gu­nos es me­jor”, di­jis­te en el 2000. ¿Eso ex­pli­ca que tras­cien­dan más tus pe­leas con un téc­ni­co que es­te ti­po de de­cla­ra­cio­nes? Pue­de ser. A los que go­bier­nan les con­vie­ne la gen­te ig­no­ran­te, pa­ra po­der me­ter­le siem­pre el de­do en el or­to. Eso se cae de ma­du­ro.

63 ¿Hay vio­len­cia en el fút­bol o hay fút­bol en la vio­len­cia? Hay vio­len­cia en el país. Eso no se va arre­glar en una can­cha, don­de se ex­pre­san los ner­vios, la pa­sión y el fa­na­tis­mo de las per­so­nas. Si hay vio­len­cia en to­dos la­dos, có­mo no la va a ha­ber en un lu­gar en el que se jun­ta la ma­sa y se de­fien­den dos ca­mi­se­tas dis­tin­tas.

64 ¿Igual, hoy te das cuen­ta de que, por ejem­plo, ale­tear co­mo una ga­lli­na fren­te a la hin­cha­da de Ri­ver no ayu­da a com­ba­tir la vio­len­cia? Sí, to­tal­men­te. Fue un mo­men­to de in­co­he­ren­cia mío, por el que pi­do dis­cul­pas. Sin­ce­ra­men­te no sé por­que lo hi­ce, pe­ro me de­su­bi­qué mu­cho. No pen­sé en agre­dir a na­die, si­no que qui­se ha­cer una jo­da, y se me fue a la mier­da el chis­te.

65 ¿Con qué se com­pa­ra una ro­tu­ra de li­ga­men­tos? Lo peor que te pue­de pa­sar en el fút­bol es es­tar pa­ra­do, y esa le­sión es un ba­jón aní­mi­co muy gran­de. Creo que es in­com­pa­ra­ble con otra co­sa… Hay cues­tio­nes más gra­ves, pe­ro en mi tra­ba­jo, es lo peor que te pue­de pa­sar.

66 ¿Pen­sas­te que se ter­mi­na­ba tu ca­rre­ra ahí, en el 99? No, por­que es­ta­ba con­ven­ci­do de que iba a vol­ver, y es­ta­ba en bue­nas ma­nos, con el doc­tor Pe­chersky.

67 Des­pués de 196 días inac­ti­vo, me­tis­te un gol ho­rri­ble con un ca­be­za­zo de­fec­tuo­so, ¿el más lin­do de tu ca­rre­ra? Y… te­nía mie­do, in­se­gu­ri­dad y des­con­fian­za. En­ton­ces, un gol fue… Bár­ba­ro. Igual, me cos­tó seis o sie­te par­ti­dos vol­ver a to­mar la con­fian­za.

68 ¿Es más di­fí­cil ser de­lan­te­ro en la B que en la A? Es di­fí­cil en cual­quier la­do. Qui­zá si un go­lea­dor de la A ba­ja a la B, no me­te ni un gol, por el equi­po y por las con­di­cio­nes de las can­chas, el ta­ma­ño, los po­zos…

69 ¿Qué fue lo más cer­ca que tu­vis­te a la dro­ga en el fút­bol? Una vez me die­ron un Dor­mi­cum…

70 ¿No vis­te dro­ga en el fút­bol? La dro­ga es­tá pre­sen­te en la vi­da, pe­ro no, en el fút­bol no tu­ve com­pa­ñe­ros que die­ran po­si­ti­vo, ni na­da por el es­ti­lo.

71 ¿Sa­bías que a Jor­ge Blan­co, un ju­ga­dor de La­fe­rre­re, lo es­tán echan­do del fút­bol por rein­ci­dir en el con­su­mo de ma­ri­hua­na? Sí, y me pa­re­ce mal. Así no ayu­dás al ju­ga­dor a re­ha­bi­li­tar­se. Lo mis­mo pa­só con el Lo­bo Cor­do­ne, que aho­ra es­tá ju­gan­do, y lo es­tá ha­cien­do de ma­ne­ra bri­llan­te. Eso me ale­gra por él, pe­ro me pa­re­ce mal echar a un ti­po del fút­bol sa­bien­do que tie­ne un pro­ble­ma. La AFA, el gre­mio o quien sea, de­be ha­cer­se car­go pa­ra tra­tar de re­ha­bi­li­tar­lo.

72 ¿A qué club no vol­ve­rías nun­ca? Vol­ve­ría a to­dos.

73 ¿Vos te abu­rrís de los clu­bes o los clu­bes se abu­rren de vos? Nin­gu­na de las dos co­sas. Cuan­do se ter­mi­na un con­tra­to, yo eli­jo la me­jor pro­pues­ta. Ge­ne­ral­men­te, me han vuel­to a pe­dir los clu­bes por los que pa­sé, así que abu­rrir, no se abu­rrie­ron.

Imagen Entre alegrías de fútbol, percances económicos. “Sólo a Español le hice juicio”, aclara.
Entre alegrías de fútbol, percances económicos. “Sólo a Español le hice juicio”, aclara.

74 ¿Tu­vis­te más clu­bes que mu­je­res? Sí, se­gu­ro. Tu­ve 12 clu­bes…

75 ¿Qué cla­se de nú­me­ro cin­co fuis­te has­ta el 87, cuan­do em­pe­zas­te a ju­gar de 9? Te­nía un es­ti­lo bas­tan­te si­mi­lar al de Fer­nan­do Re­don­do. Bah, in­ten­ta­ba te­ner­lo...

76 Ju­gan­do pa­ra San Mar­tín de Mar­cos Juá­rez, ¿vi­vías de las apues­tas? No, no era pa­ra tan­to. Se ju­ga­ba la po­lla, pe­ro per­días siem­pre, por­que ha­bía que acer­tar el re­sul­ta­do y era muy di­fí­cil.

77 ¿De to­dos los ár­bi­tros con los que dis­cu­tis­te, cuál es el peor? Uh… Hay va­rios, pe­ro lo de­jo en sus­pen­so.

78 En un Ar­se­nal-Ar­gen­ti­nos di­jis­te que ibas a ha­cer una de­nun­cia pe­nal con­tra Bas­si, por­que te tra­tó de pe­lo­tu­do y te ame­na­zó. ¿La hi­cis­te? No, lo di­je por­que es­ta­ba ca­lien­te en ese mo­men­to, pe­ro ya pa­só y lo de­jé ahí.

79 Pe­leas­te el des­cen­so con mu­chas ca­mi­se­tas, ¿cuán­tas ve­ces te in­cen­ti­va­ron y cuán­tas in­ten­ta­ron so­bor­nar­te? So­bor­nar­me, nun­ca, ni un in­ten­to. Lo otro, siem­pre. In­cen­ti­va­do he ju­ga­do to­da mi ca­rre­ra, por­que lo que más quie­ro es ga­nar... El in­cen­ti­vo de ter­ce­ros tam­bién es mo­ne­da co­rrien­te, pe­ro no me han lla­ma­do a mí ja­más pa­ra arre­glar esa cla­se de te­mas.

80 ¿Con qué ju­ga­dor no com­par­ti­rías nun­ca, o nun­ca más, un ves­tua­rio? Con el ti­po que me ro­ba di­ne­ro, o me sa­ca la bi­lle­te­ra.

81 ¿Ju­gas­te con al­gu­no de esos? Sí, he te­ni­do a al­gu­no co­mo com­pa­ñe­ro. Lo ha­cían cam­biar en otro ves­tua­rio por eso… No lo voy a nom­brar. Los ju­ga­do­res sa­ben quié­nes son.

82 ¿Ra­cing va a ju­gar la pro­mo­ción? Es­tá en una si­tua­ción di­fí­cil. Y es­tar ahí es co­mo te­ner dos gim­na­sios de pe­sas en­ci­ma, por la gen­te y por lo que sig­ni­fi­ca Ra­cing. El ju­ga­dor em­pie­za a mi­rar la ta­bla, el pe­rio­dis­ta ha­bla… Uno sa­be que hay ocho­cien­tos mi­llo­nes de hin­chas, y to­do el día te es­tán di­cien­do que sos un de­sas­tre... Qui­zás no sos tan ma­lo, pe­ro ahí las pier­nas te pe­san mil ki­los y eso te ha­ce ju­gar mal.

83 ¿Quién ga­na el Mun­dial? Pa­ra mí, Ho­lan­da o Por­tu­gal, que me gus­ta mu­cho y tie­ne de téc­ni­co a Sco­la­ri.

84 ¿A quié­nes lle­va­rías co­mo de­lan­te­ros pa­ra la Se­lec­ción? A Mes­si, Te­vez y Mi­li­to.

85 ¿Qué ar­que­ro te da mie­do? Nin­gu­no. Le ten­go res­pe­to a Na­va­rro Mon­to­ya, y a otros ar­que­ros con tra­yec­to­ria, pe­ro no mie­do.

86 ¿A quién lle­va­rías de uno al Mun­dial? El que más me gus­ta es Ca­rri­zo, el de Ri­ver, que ya de­mos­tró las con­di­cio­nes que tie­ne. Me gus­tó un mon­tón cuan­do ata­jó, pe­ro sé que no va a ir él. De los otros, cual­quie­ra es­tá bien. Quien sea es­pe­ro que se ilu­mi­ne y ata­je bien en Ale­ma­nia.

87 ¿Qué creés que di­ría Nes­ta si se en­te­ra­ra de que Ca­rra­rio fi­nal­men­te ju­ga­rá el Mun­dial? No sé qué di­ría, pe­ro se­gu­ro pe­di­ría vi­deos pa­ra ver quién soy…

88 ¿Tu­vis­te al­gún téc­ni­co que no su­pie­ra ab­so­lu­ta­men­te na­da de fút­bol? Sí, to­dos… No, no es que no sa­ben na­da, pe­ro qui­zá uno no com­par­te las ideas. Quien es téc­ni­co, al­go de­be sa­ber, pe­ro mu­chas ve­ces a uno no le gus­ta la ma­ne­ra de tra­ba­jar de su en­tre­na­dor.

Imagen El tweety explotó en Talleres, en 1994, cuando debutó en Primera, con 23 años.
El tweety explotó en Talleres, en 1994, cuando debutó en Primera, con 23 años.

89 ¿Qué fue lo más gra­cio­so que te pa­só en un ves­tua­rio? Una vez, en Cha­ca­ri­ta, se rom­pió un ca­ño y pu­sie­ron una man­gue­ra en reem­pla­zo. Cuan­do se fue a ba­ñar el Fla­co Vi­val­do esa man­gue­ra ex­plo­tó y le sa­lió el cho­rro hir­vien­do al pe­cho. To­dos nos mo­ri­mos de ri­sa, pe­ro des­pués no­ta­mos que te­nía to­do el pe­cho que­ma­do. Fue gra­cio­so, pe­ro cuan­do lo vi­mos así nos que­ría­mos ma­tar.

90 ¿Sos el tí­pi­co ha­bi­li­do­so que jue­ga bien a to­dos los de­por­tes? Sí, me las arre­glo.

91 ¿Y al fút­bol por qué no? Ah, no sé, ahí la za­fo. Co­rro y tra­to de ma­ne­jar­la.

92 ¿Qué ha­cés bien al mar­gen de lo de­por­ti­vo? Ehhh, si no cuen­ta co­mo de­por­te, pue­do de­cir que soy muy bue­no al pool.

93 ¿Es ver­dad que sos buen con­ta­dor de chis­tes? Eh… Ha­bía un ga­lle­go que es­ta­ba es­pe­ran­do el par­to de la mu­jer, y a las sie­te ho­ras sa­le la en­fer­me­ra. “Pues qué pas­ha con mi mu­jer, co­ño”, pre­gun­ta. “No, tu­vi­mos un pe­que­ño per­can­ce y hu­bo que arre­glar unos pro­ble­mi­tas”, con­tes­ta la ti­pa. “Puesh dí­ga­me, ¿qué fue lo que pas­hó con mi se­ño­ra?”. “No, su se­ño­ra es­tá bien”, le res­pon­de. “¡¿Pues mi ni­ño?!”, pre­gun­ta el ti­po. Y la en­fer­me­ra le ex­pli­ca: “Sí, con el ni­ño he­mos te­ni­do un pro­ble­ma y le he­mos te­ni­do que po­ner oxí­ge­no”. “¡Co­ño! –di­ce el ga­lle­go–, yo le que­ría po­ner Ma­no­lo”.

94 ¿Qué ex­tra­ñás más de Cór­do­ba, a Ta­lle­res, al fer­net o a la Mo­na Gi­mé­nez? A Ta­lle­res y a la Mo­na…

95 ¿Al fer­net no tan­to? No… por­que acá fer­net hay.

96 ¿El fer­net es di­ges­ti­vo? Eso di­cen.

97 ¿Al­gu­na vez te aco­só una fan? No, no tu­ve esa suer­te.

Imagen Después del caos en Racing y el banco de Boca, empezó a remar desde cero en Unión.
Después del caos en Racing y el banco de Boca, empezó a remar desde cero en Unión.

98 ¿Qué pa­la­bras re­cor­dás de Bian­chi? No re­cuer­do nin­gu­na en par­ti­cu­lar, pe­ro me cau­só una gran im­pre­sión el po­co tiem­po que com­par­tí con él.

99 Si Bian­chi te hu­bie­ra di­ri­gi­do más tiem­po, ¿es­ta­rías en Eu­ro­pa o es­ta­rías de­so­cu­pa­do? Es­ta­ría en Eu­ro­pa, por­que más allá de mi apa­rien­cia, cuan­do me ha­blan, sue­lo re­ca­pa­ci­tar. Se­gu­ro me hu­bie­ra guia­do pa­ra que no me equi­vo­ca­ra en cier­tos as­pec­tos. To­dos ne­ce­si­ta­mos que nos orien­ten, y yo soy dó­cil en ese sen­ti­do. Sé es­cu­char.

100 Aho­ra en se­rio, ¿por qué Ca­rra­rio no va al Mun­dial? Por­que Ar­gen­ti­na da ven­ta­jas…

 

 

Por Nacho Levy (2006).

Fotos: Jorge Dominelli y Archivo El Gráfico.