Las Entrevistas de El Gráfico

1981. En la casa de Obdulio Varela

En un barrio humilde, modesto, digno, con botijas morenos, con rumores de candombe, con gritos de gol en tribunas de la memoria, Obdulio Jacinto Varela, el Negro Jefe, el Caudillo, la Leyenda, recibe a El Gráfico.

Por Redacción EG ·

02 de agosto de 2019

Gracias por abrirnos la puerta. Gracias por el abrazo de bienvenida.

Gracias por guardar EL GRAFICO aquel, cuando salió en la tapa con Lazatti.

Gracias por guardar EL GRAFICO aquel, cuando el año pasado le hicimos una nota en San Francisco.

Gracias por su hermosa dignidad, Obdulio Jacinto Varela. Fue en la noche del nueve de enero, cuando a usted lo rodeaban sus edecanes eternos, Juancito Burgueño, el "Gallego" Martínez y César Rodríguez, que aspiraba a ser el "cinco" de Peñarol cuando usted dejara de jugar. Faltaba un día para la nueva gloria de Uruguay. Y ellos estaban con usted, para seguir honrando al recuerdo, para abrazarse en cada brindis, para sonreír en cada gesto.

Imagen Obdulio Varela y Ernesto Lazzatti en la tapa de El Gráfico del 22 de enero de 1943.
Obdulio Varela y Ernesto Lazzatti en la tapa de El Gráfico del 22 de enero de 1943.
No, hace muchos años que no voy a la cancha. No quiero radio ni televisión. Yo ya pasé. Ahora están estos botijas que están jugando bien. Aunque le diré que nadie, ni yo mismo, teníamos confianza en ellos al principio. Pero hay una cosa: yo nunca me meto a formar equipos, a decir a qué jugador hay que poner, o si hay que traer a fulano o zutano del extranjero. Los botijas están jugando bien y el ¨Grandote¨ Máspoli los maneja bien. Y me gusta que a Roque no se le hayan subido los humos. Lo he visto bien, como fue siempre y eso es lindo. De los muchachos no puedo opinar con fundamento. Si bien la Asociación Uruguaya me mandó la invitación, yo al Centenario no voy. Miré el campeonato por televisión y así no se puede juzgar del todo a un jugador. No se puede saber si hay presencia, si se mueve bien en la cancha. Me gusta Ramos, pero le falta levantar un poco la cabeza cuando llega a la línea de fondo; Rubén Paz me parece que es bueno. Y lo lindo de los botijas es que están jugando en el '81. Y eso es lo que vale ahora, aunque suene raro en mi boca, porque están los que creen que hay que vivir de la historia. Y no es así. Yo no voy a hablar del 24, del 28 o del 30... Pero los admiro porque ellos nos dieron rango para que nosotros continuáramos... Y ahí creció el fútbol sudamericano. . Y nosotros la seguimos en el '50, pero de ahí a que se nos siga nombrando a todos en el '81 no puede ser... Hay que admirar, pero siguiendo Para adelante. No hay razón de ir para atrás y menos razón tiene el que quiere creer solamente en eso. .

Imagen El asado en su casa, junto a Nilo Neder, en la noche del sábado 9, antes de la final. Obdulio ya creía en Uruguay:
El asado en su casa, junto a Nilo Neder, en la noche del sábado 9, antes de la final. Obdulio ya creía en Uruguay:

Salud, Maestro. Siga hablando...

"Ese Maradona es bueno, eh... Es vivo... va al frente... y ahora, cada vez quedan menos vivos en el fútbol. Y eso que ustedes dicen que Maradona no jugó en Montevideo todo lo que sabe... Lo que debe ser entonces..."

Y de pronto el recuerdo. Que no tiene tiempo, porque en esa casa de la Villa Española, en 20 de Febrero 3030, no hay apuros ni urgencias. Se vive en la amistad. Es el barrio humilde, modesto, digno, con botijas morenos, con rumores de candombe, con gritos de gol en tribunas de la memoria y con ovaciones que saludan el paso cotidiano del Caudillo. Del Negro Jefe, de Obdulio Jacinto Varela. De la Historia. "¿Saben lo que eran ustedes los argentinos...? Monstruos... Yo jugué contra todos ellos. Fuimos amigos... ¿Tiene idea de lo que fue Moreno? ¿Pedemera? Y ese centrohalf, el mejor que hubo en América, que fue Angel Perucca? Porque ése era local en cualquier parte: en Buenos Aires, en Brasil o en Montevideo. Y Labruna, Rossi... De la Mata y un wing que habla en Rosario, la "Milonga" Heredia. Y Pontoni, Canteli, Sastre... Eran dioses del fútbol... Cuando jugaban contra nosotros, ¿saben cuándo la tocábamos...? Cuando el balón se iba afuera..."

Imagen Jugó solamente en el fútbol uruguayo. Debutó en Deportivo Juventud, luego pasó por Wanderers y finalizó su carrera en Peñarol.
Jugó solamente en el fútbol uruguayo. Debutó en Deportivo Juventud, luego pasó por Wanderers y finalizó su carrera en Peñarol.

 

"Sólo protesté un orsay"

"Vamos al patio, muchachos, que hace calor..."

Y allí está el nuevo altar de la devoción sin tiempo. El testimonio del pasado que Obdulio no quiere, porque le gusta el futuro y sonríe después de mucho tiempo, "porque estos botijas están jugando bien y yo tengo esperanzas que le ganen a Brasil".

"A esto le puse el Rincón de los Recuerdos, porque lo armé con las cosas sueltas que tenía por ahí. La camiseta que usé en Maracaná se la regalé al Museo del Fútbol. Pero, para que le voy a decir... Me costó mucho darla... Pero me parecía una cosa buena y la entregué."

Hable, Obdulio. Hable. Cuente su historia. Que será nueva, después de 30 años. Hable, porque a los botijas que usted está queriendo, los que dirige el "Grandote", están aprendiendo a admirarlos a ustedes, pero como a usted le gusta... mirando para adelante... Para el '82.

"La noche antes de la final con los brasileños, no pasaba nada. Era lo mismo de siempre. Como si fuéramos a salir de fiesta. Nosotros ya habíamos estado unos meses antes en Brasil jugando con ellos por la Copa Rio Branco y los habíamos tanteado muy bien. Los mismos jugadores brasileños, que venían de ganar goleando a todo el mundo y jugando muy bien, decían que el partido con nosotros era difícil. Los únicos que se sentían campeones mundiales era el público. Los jugadores de ellos, le aseguro que no. Era una cuestión psicológica. Después del gol que nos hicieron, por mi cabeza no pasó nada. Era lo mismo de siempre. Tuve la suerte de ponerme la pelota bajo el brazo, pero yo no hice eso para aplacar la furia de Brasil. Yo protesté un 'orsay' que era 'orsay', nada más que no lo hice a los gritos. Después la gente cambió todo. Cada cual habló a su manera, pero lo que yo hice esa tarde en Maracaná fue protestar un `orsay'."

Imagen Campeón del mundo en el Mundial de 1950. Protagonista del ¨Maracanazo¨.
Campeón del mundo en el Mundial de 1950. Protagonista del ¨Maracanazo¨.

Treinta años después, Brasil anunciaba para sí "la revancha de Maracaná", y las radios uruguayas reeditaban el épico relato, del inolvidable Carlos Solé. Para Obdulio, la verdad era otra:

"No. Aquí no hay ningún otro Maracaná. Nunca hay revancha en ningún partido... Usted gana y lo ganó usted... Ellos que la agarren como quieran... Es otra época, o no se dan cuenta..."

Sí, Obdulio, es otra época. Por eso sirven todos los recuerdos, para admirarlos y seguir hacia adelante. Como lo hicieron los Paz, los de León, los Venancio Ramos y los Victorino del sábado 10. Unas horas después que usted nos abrió su casa, nos dio un abrazo y nos invitó a mirar el alma de su Rincón de los Recuerdos. Sí, Obdulio, es otra época. Pero abra otra vez la puerta que llegan sus amigos de San Francisco con el asado: el flaco Ballatore, el gordo Raimondo, Víctor Faya.

"Los negros estamos pa' ayudar", se ríe Burgueño... "No ve que hay siete tipos parados y éste dice: Juan, ayudame a bajar la leña".

¡Qué lindo es su rincón Maestro. Con la foto de Gardel, los banderines de cualquier parte, el cuadro suyo, las caricaturas. Y qué raro, Maestro, en todas las fotos en que aparece con alguno de sus amigos le está pasando el brazo por el cuello. Como en esa foto con Barbosa, el arquero brasileño al que usted con los otros veteranos quisieron traer para que viera la Copa. A ese Barbosa que con Adhemir son los amigos del '50... ¿Y sabe?, Adhemir llegó a Carrasco la misma noche del nueve de enero y lo primero que dijo era que quería saludarlo a usted.

Quédese tranquilo, Maestro. Ría con sus nietos, haga bromas con Doña Cata, su mujer, abrace a sus dos hijos y siga siendo como todos los días. Con 63 años que no cuentan, con el cigarrillo que no quiere dejar y con el asma a la que no lleva el apunte.

Imagen Algo que muy pocos pueden llegar a conocer el "Rincón de los Recuerdos". Así lo bautizó Obdulio y en él están sus trofeos más preciados, junto a una foto de Carlos Gardel.
Algo que muy pocos pueden llegar a conocer el "Rincón de los Recuerdos". Así lo bautizó Obdulio y en él están sus trofeos más preciados, junto a una foto de Carlos Gardel.

"¿Sabe por qué no voy más a la cancha? Fue hace mucho tiempo... Yo había dejado de jugar y vivía en Pocitos. Un domingo fui al Centenario a ver Nacional y Peñarol. Ganaron ellos y cuando venía caminando solo para mi casa, por el Parque Central, un matrimonio se acercó con una bandera de Nacional y me la pasó por la cara. Me la aguanté y les dije si ésa era la educación que tenían. Seguí caminando y, más adelante, otra pareja más grande me hizo lo mismo y le dije al tipo: agradecé que vas con tu mujer, porque si hubieses ido solo quedaría viuda... Me dolió y desde ese día no pisé más una cancha de fútbol."

Imagen Previo al Mundial de 1950, ganó el Sudamericano de 1942. Todo un referente de la selección uruguaya.
Previo al Mundial de 1950, ganó el Sudamericano de 1942. Todo un referente de la selección uruguaya.

Se largó la lluvia, Maestro. Y usted tiene ganas de reír. De levantar la copa para el brindis. Y nosotros sabemos todo lo que tiene adentro: su alma celeste, su emoción antigua, sus afectos de siempre. Usted, Maestro, tiene adentro un Uruguay con forma de corazón. Aunque suene cursi. Pero usted es eso. Un uruguayo para todos. Vuelva a la cancha. Uruguay lo espera. Y cuando vaya no se olvide sus edecanes: Juancito Burgueño, el "Gallego" Martínez, César Rodríguez, Víctor Rodríguez Andrade y Doña Cata, su magnífica mujer, irán con usted del brazo. Lo está esperando el "Grandote" Máspoli. Lo están esperando los botijas. Lo está esperando Uruguay. Vuelva, Maestro, que treinta años no es nada...

 

Por NILO NEDER ( 1981)

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