Las Entrevistas de El Gráfico

Gonzalo Rodríguez: “Las lesiones me sirvieron para crecer”

Después de 8 temporadas en el Villarreal y 5 en la Fiorentina, todo parece indicar que llegó la hora del regreso al país para el defensor surgido en San Lorenzo. Charla con un personaje olvidado por buena parte del ambiente y poco afecto a las notas, en la que repasa sus vivencias marcando a Raúl y Messi, entre otros.

Por Diego Borinsky ·

07 de abril de 2017
Imagen A los 32 años es el capitán de la Fiorentina. El tatuaje de los Rolling Stones en su brazo derecho.
A los 32 años es el capitán de la Fiorentina. El tatuaje de los Rolling Stones en su brazo derecho.
Si a un futbolero medianamente informado le tiran el nombre “Gonzalo Rodríguez” sobre la mesa, así, para que diga lo que sabe sin la ayuda de Wikipedia, como primera respuesta general es muy probable que salga algo así: “Defensor central surgido en San Lorenzo, de buena técnica, integrante de selecciones juveniles, que se fue de muy jovencito, hace mil años, a Europa y al que las lesiones le dinamitaron parte de su carrera”.

Es una aproximación bastante certera. Podríamos precisar que esos mil años son 13 temporadas en Europa (8 en Villarreal, 5 en Fiorentina), que casi no le hemos escuchado la voz porque fue, por lo general, poco propenso a las entrevistas, que estuvo a un pasito de volver a San Lorenzo en 2012, que es el capitán de su equipo, que no baja de 40 partidos por temporada (ver recuadro) y que en junio de 2017 finaliza su vínculo contractual. Tiene 32 años (cumple 33 en abril) y comienza a imaginar un regreso al país, que lo vio partir con apenas 20 años y 69 partidos en Primera División. El sueño, claro, es San Lorenzo, club del que es hincha desde que nació y al que lleva tatuado en la espalda. Pero el Cuervo no se puede dormir: Boca ya anduvo husmeando en estos meses...

-¿Imaginabas que te irías por tanto tiempo?
-La verdad que no, más que nada porque era ir a otro país, a vivir solo, siendo muy joven. Al principio me costó la adaptación. No conocía nada, tuve la suerte de que en el Villarreal hubiera cantidad de argentinos, como Battaglia, el Vasco y Riquelme. Eso me ayudó muchísimo a adaptarme mientras cumplía el sueño de jugar contra los mejores del mundo, como Zidane, Roberto Carlos y Ronaldo, en Real Madrid, o Ronaldinho en Barcelona.

-¿A esos cracks los marcabas con respeto, al principio?
-Respeto tuve siempre por todos los jugadores, los saludaba antes de los partidos, pero después defendía a muerte a mis compañeros en el campo, y ahí no me interesaba a quién tenía enfrente, ponía como siempre, olvidate.

Imagen Con Martina, su mujer italiana, y su pequeño hijo Ian.
Con Martina, su mujer italiana, y su pequeño hijo Ian.
-¿Te cruzaste feo con alguno de esos cracks, al comienzo?
-Con Raúl una vez fui a trabar una pelota fuerte, pero de frente, y saltó Zidane como a querer apurarme, un compañero mío me fue a defender, se puso en el medio, y Zidane le metió un cabezazo y lo echaron.

-O sea que cuando en el Mundial 2006 se lo hizo a Materazzi, para vos no fue una sorpresa…
-No, ya tenía la primicia (risas)... Con Eto’o tuve una pica particular. Antes de enfrentarlo por primera vez, me habían dicho que en la primera le fuera fuerte, porque no le gustaba el roce. El Toti Iglesias, mi representante, me decía: “No lo hagas, boludo, te van a echar”, pero le entré duro la primera. No con plancha ni mal, porque no soy un jugador de pegar, pero sí fuerte. Y desde esa vez, cuando nos enfrentábamos, me la quería devolver. Me tocaba los huevos en los corners, o me ponía un poco el codo, esas cosas que ocurren en las áreas. Hoy, ya es más difícil con la cantidad de cámaras que hay.

-Te tocó marcar a los dos: ¿Messi o Cristiano?
-Noooo, Messi es mucho más que Cristiano, nada que ver. Cristiano es muy fuerte en lo físico, desequilibrante, pero como Messi no hay.

-¿Y cómo ves el caso Higuain: determinante en Italia y criticado en Argentina?
-Acá, Higuain es uno de los mejores delanteros del mundo, de los que te cambian un partido. El Napoli estuvo muy cerca del Scudetto el año pasado, y fue un 90 por ciento responsabilidad de Higuain. En la Juve, toca una pelota y mete un gol. El tema es que en Europa juega más tranquilo, no siente la presión que por ahí siente en Argentina.

Imagen Jugó Eliminatorias con Pekerman, pero se lesionó justo antes del Mundial.
Jugó Eliminatorias con Pekerman, pero se lesionó justo antes del Mundial.
-¿Qué centrales te gustan para la Selección?
-Otamendi y Funes Mori están jugando muy bien y se merecen ser los titulares. Me gustan Nico Pareja, del Sevilla, y Fazio, de la Roma, hay muchos centrales.

-¿Sentís que las lesiones atentaron contra tus posibilidades en la Selección?
-Está claro que esa secuencia de tres lesiones en 14 meses me alejó durante casi dos años y medio de las canchas y me perjudicó con relación a la Selección, donde me convocaban bastante, al principio Pekerman y luego Basile. Yo estoy contento igual con lo que tengo y con lo que hice. Las lesiones me sirvieron para crecer, también, de lo malo se encuentra lo bueno, aprendés a disfrutar cada entrenamiento y cada partido, porque cuando al final me recuperé y volví a jugar seguido, me acordaba siempre cuánto me había costado volver a estar en un campo de juego.

-¿Cuál de todas las lesiones que sufriste te perjudicó más?
-Las lesiones al final todas joden. A uno le gusta jugar al fútbol, entonces cuando estás en un gimnasio y ves a los compañeros jugar y no podés hacer nada, es un bajón. La que más me perjudicó fue la primera, ya que se produjo un mes antes del Mundial 2006 y tenía posibilidades de ir. Uno tiene que aprender a levantarse y seguir, esa es la conclusión.

-Después de romperte los ligamentos, ¿ volvés a ser el mismo o no?
-La pierna no queda como cuando naciste. Uno puede trabajar al máximo para tener la pierna lo mejor posible, pero la rodilla es un tema muy delicado, y ya recuperado, antes de trabar pensás un segundo en la rodilla. Yo he tratado de evitar situaciones parecidas en las que me lesioné y eso te priva de 2 o 3 segundos que en el fútbol no podés perder. Esa es la verdad.

Imagen Jugó 2 años en San Lorenzo, donde ganó la Sudamericana con Insúa como DT.
Jugó 2 años en San Lorenzo, donde ganó la Sudamericana con Insúa como DT.
La verdad. En junio de 2012, Gonzalo Rodríguez ya se estaba probando la camiseta de sus amores. El Villarreal había descendido, quería deshacerse de un contrato alto, Gonzalo habló con Tinelli para preparar el desembarco, resignó dinero y todos contentos. Incluso, el Submarino costeaba parte de ese contrato. Pero dos días antes de firmar, apareció la Fiorentina, puso una pila de euros encima para comprarlo y los dueños del Villarreal ni lo dudaron: ingresaba plata por su pase y no tenían que poner un peso por el contrato.

-Ya tenía la cabeza puesta en mi regreso –revive Gonzalo–. Había vendido mis autos, arreglado con Tinelli, y faltando 2 días me avisaron que iba a la Fiorentina. No me dieron opción. Salí de esa reunión y llamé a mi viejo: “Papi, no voy a San Lorenzo, porque apareció Fiorentina, y Villarreal no me deja ir”. Mi viejo se quedó callado unos segundos, ¿y sabés qué me dijo apenas habló?

-No.
-“¡Pero nos quedamos sin centrales, ahora no hay tiempo para comprar otro!” (risas), eso me dijo. Le salió el hincha de adentro y se olvidó del hijo, increíble.

-En estos años, ¿fuiste a ver a San Lorenzo alguna vez?
-Claro, si estoy de vacaciones en Argentina, voy. La última fue la final con Lanús en la cancha de River. Fui con mi mujer, mis viejos y amigos. Aunque al ser profesional uno trata de sacar un poco el hincha, se sufre igual. Me pone de muy mal humor que pierda San Lorenzo. Yo me crié desde los 5 años en la Ciudad Deportiva. Mi viejo iba a jugar a la pelota y yo lo acompañaba y jugaba con mis amigos, iba a la pileta, así que el sentimiento se me metió desde muy pibe.

Imagen Un gol en el Villarreal.
Un gol en el Villarreal.
-¿Disfrutaste con la Libertadores?
-Claro, es lo que el hincha soñaba y pedía. La final la vi en Italia, en la compu por internet, se cortaba a cada rato, insoportable. Mis viejos y mi hermana estaban en la cancha. Hicieron la cola para sacar las entradas, se turnaban con mi mamá y mi hermana, a mí nunca me interesó pedirle una entrada a nadie.

-¿Dónde vas a jugar a partir de junio?
-Lo único que sé es me entrenaré a tope para terminar lo mejor posible en Fiorentina. Esperaba otra cosa de la dirigencia, otro trato después de 5 años muy buenos en los que me comporté siempre bien. No ocurrió. Estuve esperando una proposición, en diciembre vino el Toti a Italia, pero ellos dijeron “hay esto y nada más”, y no dieron margen para ninguna negociación, eso me desilusionó un poco.

-¿Tu idea es volver al país?
-A partir del 1° de febrero quedamos liberados para hablar con otras instituciones. Me encantaría regresar a San Lorenzo, pero hoy tiene muchos centrales, así que veremos. Después de 13 años, extraño mi país. Martina, mi mujer, es italiana pero ya estuvo en Argentina y le encantó.

-¿Y extrañás el campeonato argentino a pesar de que es un caos?
-El folclore de las hinchadas se extraña, claro, en ese sentido no hay nada como el ambiente de las canchas argentinas. Es hermoso y único. Después, uno ve todos los quilombos organizativos de la AFA y eso da pena.

Imagen Lidia con Higuain, en Fiorentina-Juve de esta temporada. Lleva 13 años marcando a los mejores.
Lidia con Higuain, en Fiorentina-Juve de esta temporada. Lleva 13 años marcando a los mejores.
-¿Jugarías en otro equipo, si San Lorenzo no te busca?
-Y… me costaría mucho, la verdad, pero tampoco hay que descartar nada, llegado el caso.

-¿Alguna vez pensaste qué hubiera pasado si Gabriel Rodríguez no te cambiaba el puesto de pibe?
-Ja, hoy sería carnicero seguramente, como mi viejo. Gracias a Gabriel Rodríguez llegué hasta donde llegué, no tengo dudas. No solo me pasó de delantero a defensor, sino que me respondía todas las inquietudes que yo tuve durante mi formación. Las preguntas que tenía se las hacía a él. Y Gabriel siempre encontraba una respuesta.

-La última, ¿seguís dándole a la guitarra?
-Por supuesto. Tenemos un grupo de amigos con los que nos juntamos a tocar. Es toda gente que trabaja acá, en el club. El de mantenimiento es guitarrista, el chofer del presidente es el bajista, somos cinco en total. Ya hemos tocamos un par de veces en un teatro de Firenze, en fiestas a beneficio de la cancha. Son temas de los Rolling, de Pink Floyd, de Los Beatles, quise meter algo de rock nacional pero se me complicó…

Es probable que en un par de meses ya no se le complique más y se pueda lucir con una de Los Piojos o de los Redondos.

Data básica
- Gonzalo Javier Rodríguez nació el 10 de abril de 1984 en la Ciudad de Buenos Aires, barrio de Boedo. Tiene 32 años.
- Ingresó a San Lorenzo a los 6 años e hizo todas las inferiores allí.
- Debutó el 26/7/2002, ante Rosario Central, Apertura 02.
- En San Lorenzo jugó 69 partidos (6 goles) en 2 años y ganó la Copa Sudamericana 02 como titular (Rubén Insúa el DT). Vendido al Villarreal en junio 2004.
- Integró la Selección Sub 17, la Sub 20 y la Sub 23. Fue campeón del Sudamericano Sub 20 en Uruguay 03, con Cavenaghi y Tevez de compañeros, y el Preolímpico 2004, con Bielsa como entrenador.
- Debutó en la Selección mayor apenas 6 meses después de hacerlo en San Lorenzo, en febrero de 2003. En su primer partido como titular convirtió el gol del triunfo: 1-0 a México, en Estados Unidos. Volvió a la Selección en 2008 con Basile de entrenador; en 2015, Martino lo convocó para un par de amistosos, 7 años después de su última citación.
- Sufrió tres lesiones graves en 14 meses: el 14/4/06, rotura del ligamento interno del tobillo izquierdo; el 19/8/06 se le cortó el ligamento cruzado de la rodilla derecha en un amistoso por el trofeo Ramón de Carranza y el 14/6/07 volvió a sufrir la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha en una práctica. Cuatro años después, el 8/4/11 tuvo fractura de peroné izquierdo, todas en Villarreal.
- Lleva 13 temporadas en Europa: 8 en el Villarreal y 5 en la Fiorentina. A mediados de 2017 se le termina el contrato con el conjunto italiano.

Por Diego Borinsky / Fotos: AFP y Archivo El Gráfico

Nota publicada en la edición de marzo de 2017 de El Gráfico