Las Entrevistas de El Gráfico

Carlos Roa: "Creí que me podía morir"

Vuelven los reportajes de la gente, que se transformaron en un clásico de la revista. Olimpo, la dentadura postiza de Amato, la Iglesia Adventista, la quimioterapia y la mejor atajada de su carrera.

Por Redacción EG ·

19 de noviembre de 2006

Reportaje publicado en 2006

Seguramente tuviste ofertas de muchos equipos para esta temporada. ¿Por qué elegiste a Olimpo? (Por Luis Goldenberg, Uruguay)
Había ofertas pero ninguna con una base sólida. Lógicamente había equipos de Segunda División a los que podría haber ido, pero surgió la posibilidad gracias a mi amigo Gabriel Amato, que hizo de intermediario y habló con el presidente de Olimpo. Le comentó que yo estaba sin equipo en España y que tenía ganas de pegar la vuelta. A Omar Labruna le gustó la idea y llegamos a un acuerdo. Ni lo pensé, la idea era jugar, así que me vine para Bahía Blanca. Está bueno porque se está armando un lindo equipo. Llegaron varios jugadores, como doce nuevos. Es una plantilla extensa la que tenemos; somos todos muy nuevitos y bueno… tenemos mucha ilusión. Personalmente estoy muy contento, esperamos hacer una buena temporada para que Olimpo pueda salir de su situación comprometida.
 
Después de superar esos diez meses de inactividad... ¿Qué se viene ahora, Carlos? (Pablo Mansilla, Tierra del Fuego)
Evidentemente, a medida que vayan pasando los partidos voy a ir mejorando. Los primeros del campeonato fueron positivos, sumamos puntos y, lógicamente, el equipo también va a ir creciendo, conociéndose. Yo espero que las cosas vayan bien. Tengo mucha ilusión. Me levanto a la mañana y voy a entrenarme con fe.

 

 

Imagen Racing, el club que le dio comienzo a la carrera de Roa
Racing, el club que le dio comienzo a la carrera de Roa
 
 
¿Tenemos un nuevo Lechuga en el fútbol argentino? ¿Qué arquero vamos a ver en Olimpo? (Nicolas Sergi, Chile)
¿Nuevo Lechuga? Nooo, está un poco usado, ya, je… Voy a tratar de que vean a un arquero que va a ser lo más profesional posible. Sé que tengo que estar a la altura de este desafío. Después de tanto tiempo jugando en Europa, quiero aprovechar esta chance de poder hacerlo otra vez en mi país, con mi gente bien cerca. Es lindo jugar en el lugar donde uno nació.
 
Tuviste buenas actuaciones. ¿Por qué los arqueros, con los años, atajan mejor? (Carlos Gimenez, Cordoba)
Más que nada por la experiencia. Cuando uno va acumulando años de trabajo, va mejorando varios puntos, como en cualquier otro oficio. El puesto del arquero no depende tanto del físico, sino de la colocación, de las mañas y de estar siempre bien parado bajo los tres palos. Cuando se tiene 20 años la vitalidad y la energía sobran, pero cuando uno se acerca a los 40 esas cosas se van perdiendo y las tenés que suplantar con otras. Yo estoy haciendo eso, je.
 
Qué opinás de Navarro Montoya? ¿Es un ejemplo? Es el arquero más regular del fútbol argentino… (Martin Rodriguez, Colombia)
Siempre es importante tomar como referente, sobre todo en la parte deportiva, a los mejores. Navarro Montoya tiene 39, sigue jugando en Primera y tiene un nivel que todos conocemos. Cuando uno lo ve y puede palpar y comprobar lo que dice el periodismo, se da cuenta de lo importante que es y fue su carrera. Todos lo dicen: es uno de los mejores. Lógicamente, al Mono lo tengo como referencia.
 
¿Te quedó alguna deuda pendiente en tu paso por el Viejo Continente? (Ianiv Rak, Uruguay)
Quizás. Me quedó la espina de no poder volver a los primeros planos del fútbol europeo como hice en mis primeras temporadas en España. Ojo, no es fácil lograrlo, no es común mantenerse mucho tiempo. Tuve la desgracia de tener mucha intermitencia, muchos parates largos. Espero poder asentarme en el fútbol argentino y poder tener dos o tres años de continuidad, algo fundamental para todo futbolista.
¿Quién te puso “Lechuga” y por qué? (Federico Flores, Cordoba)
–Porque soy vegetariano. Me lo puso Zaccanti, en Racing.
 
¿Cómo podrías definir a la Iglesia Adventista del Séptimo Día? (Norberto Zarlenga, Capital)
Los principios son tratar de servirse por lo que dice la Biblia. El sábado uno se guarda, es el sábado bíblico, pero la mayoría de las iglesias lo hacen el domingo. Otra de las doctrinas es la no inmortalidad del alma. Yo estoy ligado a la Iglesia Adventista hace ya muchos años, desde los doce. Mis padres pertenecen también a esa religión.

 

Imagen Roa integró el cuerpo técnico de Matías Almeyda en River
Roa integró el cuerpo técnico de Matías Almeyda en River
 
 
¿Hoy no te arrepentís de haber dejado el fútbol por tu religión, cuando el Real Madrid y el Manchester, dos de los equipos más importantes del mundo, te querían contratar? (Nicolas Miranda, Santa Fe)
Y… difícil, ¿no? Evidentemente eso fue un pequeño tropiezo en mi carrera deportiva, pero en ese momento pensaba en otras cosas, me sentía cómodo con la decisión que había tomado. Esa decisión me privó de ir a equipos importantes, en los que mi carrera hubiese crecido terriblemente. Fue un poco complicado, pero estaba contento. Pasé por experiencias que pensé que nunca iba a vivir. La vida religiosa es muy sana, muy linda. Te purifica el alma.
 
¿Por qué decidiste volver? ¿Dejaste la religión? (Matias Marquez, España)
Lógicamente seguía pensando en la pelota,  me sentía jugador de fútbol todavía. Básicamente volví porque no pude soportar las noches de quedarme despierto pensando en las ganas que tenía de volver a una cancha de fútbol. Entonces, para estar tranquilo y poder dormir bien, decidí volver. Era como que no podía vivir sin el fútbol. Soy de las personas que creen que uno tiene que hacer lo que le hace bien. Entonces me dije “a las cosas de mi religión que me privan de jugar al fútbol las tengo que sacar de acá y ponerlas en un costado. Ya las volveré a poner en mi camino”. 
 
¿Qué hiciste durante esos días de retiro? (Leandro Lombraños, Venezuela)
Estuve ligado a lo que es el campo, viviendo con mi familia. Compartir cosas con ellos fue muy bueno. En Villa de Soto, en Córdoba, descubrí lo importante de dejar las cosas materiales de lado para conocer lo que realmente era espiritual. Viví seis meses muy tranquilos.  Lógicamente yo tenía todos los medios para estar cómodo, pero conocí gente muy pobre que vivía con nada. Me ayudó mucho a valorar otras cosas, conocí gente buena que me enseñó a vivir cosas totalmente diferentes a lo que pasa en la ciudad. Estuve desconectado del fútbol. Tenía tele pero no miraba muchos partidos.
 
¿Coincidís con la frase “la fe mueve montañas”? (Ruben Wolfstein, Ecuador)
Sí, ni hablar. Sobre todo si es genuina y nace de lo más profundo del corazón.

 

Imagen Roa, campeón de la Copa Conmebol 1996
Roa, campeón de la Copa Conmebol 1996
 
 
¿Esa fe te hizo combatir el cáncer? (Sergio Martín, Entre Rios)
Sí… Bueno, no sólo la fe, sino también tener una gran familia y un apoyo al lado. Silvia, mi esposa, fue la persona que me ayudó a creer, a luchar contra el tumor. A pesar de la creencia religiosa, sin ella no sé si hubiese podido soportar la enfermedad.
 
¿Cómo viviste esos días? (Gustavo Martinez, Buenos Aires)
Te imaginarás que es difícil aceptarlo, pero así como vino lo acepté. Costó por un montón de cosas, circunstancias que a uno le toca vivir y las acepta para enfrentarlas. La vida es así: existe lo bueno y lo malo, y hay que aceptarlo. Son pruebas que te ponen en el camino que hay que afrontarlas y no bajar los brazos.
 
¿Cuánto sufriste el tema de la quimioterapia y todo lo que lleva la cura de un cáncer? (Enrique Calvo, Chile)
–Estuve prácticamente, de julio a septiembre, con operaciones y quimioterapia; después fue todo recuperación. En diciembre empecé a entrenarme. Tenía mucha ansiedad. Los doctores me dijeron que estaba loco, que todavía no estaba para salir a entrenar, pero yo no podía aguantar más. Sentía que había vuelto a nacer y quedarme tirado en una cama me parecía perder el tiempo. Me dijeron “te recuperaste demasiado rápido. Vos sos anormal”. El futbolista ya de por sí es un tipo activo y la ansiedad pudo más que la cabeza.

¿Tuviste miedo de morir o los médicos te dejaron tranquilo? (Matias Colauto, Italia)
–Si lo niego te miento: sí, en un momento tuve miedo de morir de cáncer. Pero eso fue al principio. Los médicos no detectaban de dónde venía todo lo malo y eso los preocupaba muchísimo. Le habían dicho a mi esposa que la cosa estaba muy complicada, pero ella a mí no me lo dijo. Cuando descubrieron el tumor en el testículo, me dijeron que el 95% se curaba y eso me dejó más tranquilo.
 

 

Imagen En 1997, Roa le marcó de penal a José Luis Chilavert en un Lanús-Vélez
En 1997, Roa le marcó de penal a José Luis Chilavert en un Lanús-Vélez
 
¿Cómo sientes que te ha tratado la gente de aquí? (Silvia Reyes, España)
Lo cierto es que cuando uno se entera de esta enfermedad, trata de asilarse, estar en silencio. Yo traté de estar con mis seres queridos lo máximo posible, porque la verdad es que no sabía qué podría llegar a pasar conmigo. Pero igual siempre voy a estar súper agradecido por el respeto de la gente de España, especialmente la que vive en Mallorca. Siempre estuvieron conmigo, me dieron fuerzas.

¿Cómo encontraste el fútbol argentino después de ocho años jugando afuera? (Fernando Cominges, Corrientes)
–Digamos que es el mismo, pero con más juventud. Me encontré con una generación nueva de jugadores que va a tener mucho lugar  dentro de poco. Eso es muy lindo, los chicos le hacen bien al deporte. Y, por otra parte, veo que conserva el fervor de siempre. Tenemos buenos jugadores, pero exportamos tanto que nos quedamos sin la materia prima demasiado rápido. Si los grandes jugadores se quedaran más tiempo, ésta sería una de las tres mejores ligas del mundo.
 
¿Qué tan difícil es defender el arco de la Selección Argentina? (Giovanni Columna, Madrid)
Y… estar en ese lugar implica mucha responsabilidad, mucha presión. Argentina es un país de futbolistas, debemos ser el lugar con más técnicos, somos como treinta millones. Pero esa responsabilidad y esa presión son lindas. Si no la tuviéramos, el jugador argentino no sería tan agresivo, tan luchador.
 
¿De no haber sido futbolista creés que le podrías haber dedicado más tiempo a la religión? (Federico Flores, Cordoba)
Es complicado contestarte ésta. Vos podés programar muchas cosas, pero después pueden surgir otras. Yo en su momento pensé eso: creí que lejos del fútbol iba a poder dedicarme a la religión. Pero cuando tuve el tiempo me di cuenta de que sin el fútbol se me hacía muy difícil ser feliz, era lo que me gustaba hacer. Hoy quiero estar con el fútbol; con mi familia venimos de tener muchos palos y quiero disfrutar de mis últimos años cerca de la pelota. Dedicarme a lo mío. El fútbol me gusta, es una lección de vida. Antes yo era muy enérgico, vivía para el fútbol; era fanático y muy autocrítico. Ahora estoy más tranquilo y disfruto de las pequeñas cosas de la vida, como caminar por la calle con mi familia o salir a pasear con los perros. A veces pienso: “La pucha, tengo que disfrutar de la vida. Hoy estaría, a lo mejor, bajo tierra…”.

 

Imagen Roa dejó su huella en Lanús
Roa dejó su huella en Lanús
 
 
¿Actualmente quién es el mejor arquero argentino? (Luis Goldenberg, Montevideo) 
Por comentarios y por lo que vi, lo más parejito creo que es Caranta. También están Abbondanzieri, Lux y Constanzo… Hay una camada de arqueros que son interesantes, con experiencia, que es muy importante.
 
¿Creés que llegar a la Selección para un arquero es más difícil que para un jugador de cancha? (Luciana Ceballos, Mar del Plata)
Creo que depende más de dónde juegues. En los equipos grandes tenés más chances. Yo viví la experiencia: cuando estuve en mi mejor momento fui el décimo arquero que llamó Passarella. No sé si cambiaron los tiempos. Lo lógico debería ser que si el arquero de un equipo chico la rompe sea citado, pero no pasa mucho eso.
 
¿Cuál fue la mejor atajada de tu carrera y el gol que aún no podés creer que te comiste? (Antonio Lombardozzi, Capital)
La mejor atajada fue ésa que le saqué al cáncer, ésa fue espectacular. También me gustaron los penales a Inglaterra, en el Mundial de Francia.  ¿Y el gol más tonto? Ah, sí: en Racing, cuando recién arranqué en Primera. Un delantero pateó de afuera del área, la pelota pegó en el palo, después en mi cabeza y entró. Me quería matar.
 
¿Alguna anécdota de cuando estuviste en España? (Pablo Luque, España)
En un Mallorca-Athletic de Bilbao. El Gaby Amato hace el gol para nosotros, salimos todos a buscarlo para festejar y el Mencho Mena, sin querer, le pega en la boca. De repente vemos todos cómo se le cae la dentadura postiza a Amato. No lo podíamos creer. Ahí estaban sus dientes, en el piso. ¡Después salió en todos los canales de la televisión!
 
¿Que sentiste al jugar un Mundial y ganarles a los ingleses por penales y haber atajado el decisivo? (Marcelo Borges, Perú)
Creo que todo aquel que juega al fútbol tiene como máxima aspiración jugar un Mundial. Que toquen en un Mundial el Himno… no sé, es raro: te hace un patriota. Y el partido con los ingleses… ni hablar. Lo que significaba: dos países a matar o morir, atrás tuyo, que tenían una gran disputa política. Dicen que eso se deja al margen, pero es mentira, siempre está eso ahí. Ganarle a Inglaterra fue un bombazo para ellos, se querían morir. Todavía me siguen llamando de allá para hacerme notas, fue muy fuerte para ellos.
 
¿Si mirás atrás y repasás tu carrera, qué sentís? Sos un privilegiado, te arrepentís de algo… (Federico Civelli, Mendoza)
“Privilegiado”, esa palabra es espectacular. Si miro atrás me siento un privilegiado de la vida y un agradecido a Dios, por todas las cosas que me dio. Las buenas y, también, las malas.