Fútbol y dictadura: cuando la pelota siguió rodando

EL 24 DE MARZO DE 1976 es sinónimo de horror y oscuridad. Un golpe cívico militar derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón y le dio comienzo al período más sangriento en la historia de Argentina.

Mientras tanto, la Selección Argentina que dirigía César Luis Menotti desde hace más de un año se encontraba en el medio de una gira por Europa. "Vamos a ver en dónde estamos parados exactamente", le dijo el Flaco en la previa a El Gráfico, con Héctor Vega Onesime,  uno de los cuatro periodistas presentes en aquel viaje.

El 24 de marzo en cuestión, el gobierno militar dispuso la suspensión de todas las actividades en cines y teatros. La televisión transmitió dos eventos, de manera excepcional: el comunicado que emitió la Junta Militar y el amistoso de la Selección. 

A 12 mil kilómetros de distancia en Chorzow, donde Argentina debía enfrentar a Polonia, la pelota siguió rodando."Vemos por TV un partido de hockey sobre hielo en una modesta salita del aeropuerto, luego un drama de teleteatro, enseguida un discurso. No entendemos nada, pero aplaca los nervios", detalla la crónica de la época, en la edición publicada el mismo 24 de marzo..

Hacia el mediodía, la cadena nacional quedó en suspenso para dar paso a las imágenes del partido que la Selección le ganó a Polonia por 2-1 con goles de Héctor Scotta y René Houseman, luego de comenzar en desventaja. 

Argentina formó con Hugo Gatti, Daniel Killer, Jorge Olguín, Jorge Carrascosa, Alberto Tarantini; Marcelo Trobbiani, Américo Gallego, Ricardo Bochini; Héctor Scotta, Mario Kempes, Leopoldo Luque. En la segunda etapa René Houseman ingresó por Scotta. 

El 25 de marzo los dos principales titulares del diario Clarín fueron “Las Fuerzas Armadas ejercen el gobierno” y “Argentina derrotó a Polonia”. 

 

 

Días antes, más precisamente el 20 de marzo, Argentina le había ganado 1-0 a Unión Soviética, con un gol de Mario Alberto Kempes y un extraordinario Hugo Gatti bajo la nieve de Kiev.

En el 100 x 100 con El Gráfico, Jorge Olguín dio detalles de la travesía europea y la compleja llegada a Moscú, primera escala de esa gira. 

"En el Aeropuerto de Moscú no había civiles, todos eran soldados. Le dí mi pasaporte a uno de ellos que empezó a examinarlo, lo miraba y me miraba", relató el clima de época el campeón del mundo en 1978.

"Mi pasaporte decía Jorge Mario Olguín, pero la visa tenía el nombre del 'Turco' (Julio) Asad. La foto no era problema porque, de perfil y con el pelo largo, todos éramos parecidos", comentó.

"Estuve demorado unas horas, muerto de miedo, sentado en un banquito. Vino después el embajador argentino, se solucionó el problema y me volvió el alma al cuerpo", dijo Olguín.

La gira continuó el sábado 27 de marzo con una derrota por 2-0 a manos de Hungría, otra derrota, 2-1 ante el Herta Berlín el lunes 29 y un empate 0-0 con Sevilla el 10 de abril.

“Nos fuimos en democracia. Cuando volvimos, en el aeropuerto de Ezeiza había más soldados que en la Segunda Guerra Mundial”, recordó años después Leopoldo Jacinto Luque. 

El país se sumergió en la oscuridad, pero el fútbol siguió. Pese al momento crítico, la gira resultó fundamental para sentar las bases del plantel que dos años después ganaría la Copa del Mundo en Argentina 1978.

ARCHIVO: JULIÁN MARCEL