¡Habla memoria!

La Selección Fantasma, de carne y hueso

Hoy se cumplen 50 años de aquella victoria 1 a 0 contra Bolivia en la altura de La Paz, que prácticamente cerró la clasificación para el Mundial 1974. Repasamos el que vivió el equipo para llegar al objetivo planeado.

Por Pablo Bomarito ·

23 de septiembre de 2023

Los infernales


La Argentina ya había proclamado su independencia de España, pero aún quedaban en el continente varios “focos” realistas que intentaban restablecer el mando de la corona española. En 1815, el gobernador de la intendencia de Salta, Miguel Martín de Güemes, formó un ejército de milicias gauchas para frenar los ataques. Al elevar el pedido al gobierno central porteño, este negó la creación: "No hay motivo que justifique la creación de un Cuerpo de Línea en esa Provincia donde no hace falta”.

El comienzo de la leyenda

Argentina no había podido lograr la clasificación a México 1970, y en esa época la postulación para organizar la edición del '78 estaba en discusión. Brasil, quien había sido campeón en 1970, quería la revancha del “Maracanazo”.
La clasificación para Alemania 1974 era urgente, y la única manera para conseguirlo era asegurar una victoria imposible: vencer en la altura de la Paz.
Al igual que los “infernales”, a Omar Sívori se le ocurrió la idea de formar una selección paralela, preparada para solo dicho objetivo. El elegido para comandar la “misión” fue Miguel Ubaldo Ignomirielo: "En realidad, Sívori, que había sido un jugador excepcional, tenía aprensión a la altura y entonces me llamaron de la AFA para que arme un equipo especialmente preparado para ir a jugar a la altura de La Paz. Ese partido era clave para llegar al Mundial y se venía de una experiencia muy mala, una derrota de 3-1 que al final terminó siendo decisiva en la eliminación del Mundial de México 70. Como yo estaba al frente de las selecciones juveniles que competían en Europa, sobre todo en el Torneo de Cannes, donde salimos campeones, me dieron libertad en la planificación, pero eso sí, con dos condiciones: que no convocara muchos jugadores de los clubes grandes, ni muchos de un mismo equipo, para que no hubiera protestas"

Imagen La selección "fantasma" a pleno. Otra de las ricass historias del fútbol argentino.
La selección "fantasma" a pleno. Otra de las ricass historias del fútbol argentino.

Un puñado de valientes

En silencio, la selección alternativa comenzó su periplo hacia el norte argentino. Todo estaba organizado. Los pagos al hotel se harían en tiempo y forma, la AFA le mandaría por intermedio de Aerolíneas Argentinas una lista de víveres y enseres para poder completar la preparación, pero nunca llegaron. La realidad es que la AFA estaba en plena intervención estatal y ese no era un hecho menor.
En el plantel había juveniles que prometian: Ubaldo Fillol, Enrique Bochini, Marcelo Trobbiani y Mario Kempes, más jugadores con rodaje como los casos de Juan José López y Reinaldo “Mostaza” Merlo.  

Imagen Los memos internos de AFA con el plan de trabajo de la selección fantasma.
Los memos internos de AFA con el plan de trabajo de la selección fantasma.
Imagen Detalles de cuantos convocados y como sería la delegación. La misión estaba en marcha.
Detalles de cuantos convocados y como sería la delegación. La misión estaba en marcha.

Jugar para vivir

Todos aquellos que fueron parte de ese equipo coinciden en lo mismo: el olvido. El 19 de agosto de 1973, la delegación aterrizó en San Salvador de Jujuy y de allí, emprendió el viaje en ómnibus a Tilcara. Ricardo Bochini recuerda: “Todos caminos de cornisa. Mirábamos para abajo y había como 2000 o 3000 metros”.

Imagen Momentos de dispersión, no había mucho mas que caminar para distraerse.
Momentos de dispersión, no había mucho mas que caminar para distraerse.
Al hotel designado para la concentración, no había llegado la ropa y tampoco el primer pago desde la AFA.
La vida a 2445 metros de altura no era la misma que en el llano, el cansancio físico era mucho mayor, faltaba el aire y el calor de día se tornaba insoportable, y de noche el frio apretaba.
En ese panorama, Reinaldo Merlo y Juan José López plantaron bandera y decidieron volverse a Buenos Aires. La vida en Tilcara los había deprimido, en ese momento ”Mostaza” ensayó una justificación: “No aguanté más. La tristeza me agobiaba”.  
Miguel Ignomirielo luchaba contra todo: el ánimo de los jugadores, las deplorables condiciones hoteleras y las promesas incumplidas.
En ese contexto, la Selección Argentina de emergencia disputó un amistoso en Jujuy contra un combinado provincial, dirigido por José Yudica, técnico de Altos Hornos Zapla por ese entonces. El partido terminó 1-1 y el elenco nacional se fue silbado. Si la aventura no fracasó, fue por el respeto y la conducción de Ignomirielo.
Imagen Postales de un viaje infernal. Todo fue cuesta arriba.
Postales de un viaje infernal. Todo fue cuesta arriba.
 
Mario Kempes recordó en su autobiografía: “La pasamos realmente mal, no teníamos ni para comer, se habían pactado dos amistosos y terminamos jugando seis o siete a cambio de dinero, que nos servía para comprar en un supermercado comida que don Miguel ayudaba a cocinar, yo volví de aquel infierno con 7 u 8 kilos menos”. Viajes en trenes con asientos de madera, traslados en micros desvencijados a 3800 metros de altura, eran una prueba de carácter.

Todo llega, para quien espera

Omar Sívori llegó una día antes del partido a Tilcara, acompañado por un grupo de jugadores de la selección “habitual”: Daniel Carnevali, Angel Hugo Bargas, Roberto Telch y el “Ratón” Rubén Ayala. Después de tanto sufrimiento y preparación, Miguel Ignomirielo entregó el mando y el armado final.
Al dar la formación y empezar por Carnevali, Ubaldo Fillol vio como su mundo se desmoronaba. No era justo quedar afuera después de tanto sacrificio, el mismo Ignomirielo discutió con Sivori por sus cambios en la formación, pero no hubo caso. Argentina salió a la cancha de la siguiente manera: 

Imagen La selección ya en el Hernando Siles.
La selección ya en el Hernando Siles.

Carnevali; Glaría, Bargas, Tagliani, Cortés; Galván, Telch (capitán), Poy; Fornari, Kempes y Ayala.
Contra todo pronóstico, se logró el objetivo. Con gol de Oscar Fornari de palomita, se impuso 1-0 ante Bolivia en la altura y aseguró -no solo su clasificación a Alemania 1974- sino la chance de organizar la Copa del Mundo 1978.

Imagen El gol de Fornari se había consumado. Todo había valido la pena.
El gol de Fornari se había consumado. Todo había valido la pena.
Después del partido, Fornari no podía parar de llorar, su madre había muerto dos meses antes. “Se lo dedico a mi vieja y a Fillol, que fue el único de los fantasmas que se quedó afuera” declaró a El Gráfico el “Percha”. Queda para el recuerdo la idea de Miguel Tapia, periodista del diario Hoy de La Paz, quien junto al fotógrafo Lucio Flores, tuvo la idea de disfrazar de fantasmas al equipo argentino como forma de protesta.
Imagen La foto icónica como cierre de la aventura. El objetivo estaba cumplido.
La foto icónica como cierre de la aventura. El objetivo estaba cumplido.
Los “infernales” de Güemes tuvieron un papel destacado en la defensa de las fronteras del norte y las guerras de la independencia hispanoamericanas. Olvidados por el gobierno central porteño, defendieron sus ideales. En otro contexto, la selección “fantasma” logró el objetivo, olvidada por la AFA y casi librada a su suerte. Las historias se repiten; los héroes se reciclan, así en el fútbol como en la vida.

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio