¡Habla memoria!

ETIMOLOGÍA DEL FRACASO

Hace 70 años se acuñaba una nueva palabra en el diccionario futbolero. Uruguay le ganaba a Brasil 2-1 la final del Mundial ‘50 en el estadio Maracaná, luego de ir perdiendo 0-1. De allí en más, a cada “batacazo” o derrota inesperada, se la bautiza con el nombre “Maracanazo”. Breve reseña de otras historias gloriosas o trágicas que le hacen honor al término.

Por Pablo Bomarito ·

16 de julio de 2020

El origen del dolor.

A pesar de ser pleno mes de julio, en Río de Janeiro siempre hace calor. Era un día muy especial para el pueblo brasileño en general y carioca en particular. 203.000 personas abarrotaron el Maracaná, inaugurado 40 días antes, que albergaba el evento deportivo más importante del mundo, la final del mundial.

Brasil llegaba como favorito al convite. Los dirigentes uruguayos caminaban nerviosos por las entrañas del monstruo. Uno de ellos, se dirigió a los jugadores y les dijo: “muchachos, perdiendo por una diferencia digna, estamos hechos”. Cuenta la leyenda que este comentario, ayudó para que Obdulio Varela acuñara el famoso “los de afuera son de palo”.
 

Imagen El plantel de los héroes Uruguayos de Brasil 1950. Los "orfebres" del Maracanazo.
El plantel de los héroes Uruguayos de Brasil 1950. Los "orfebres" del Maracanazo.

La historia ya es más que conocida: La “celeste” dio vuelta el partido ante Brasil, se impuso 2-1 y de ese fracaso nació el término que define las grandes derrotas y las históricas victorias.

 

Imagen Alcides Ghiggia anota el 2-1 para Uruguay. Comenzaba el mito del "Maracanazo"
Alcides Ghiggia anota el 2-1 para Uruguay. Comenzaba el mito del "Maracanazo"
 

Manos que curan.

Tan cercana como eterna, la victoria de Argentina en las semifinales de Italia 1990 sobre el local, entra en la categoría.

El contexto de los días anteriores había sido bravo: hostilidad, gritos y Maradona, quien jugaba su propio mundial, ya había dividido a Italia. El San Paolo estaba contrariado, la casa de Diego lo miraba de reojo. Italia se sentía en la final, ganaba 1-0 con gol de Schillaci y la suerte parecía echada. Apareció Caniggia, puso el 1-1 y todo cambió. Al terminar el tiempo suplementario, el fantasma de un “Maracanazo” sobrevolaba Nápoles, y así fue. 

 

Imagen Ataja Goycochea, Italia entera no puede creerlo. Maracanazo a lo "Napolitano"
Ataja Goycochea, Italia entera no puede creerlo. Maracanazo a lo "Napolitano"

Goycochea, atajó los penales de Donadoni y Serena, haciendo corpóreo al fantasma. Cuarenta años después, la “desgracia” se repetía.

 

Imagen Festejo eterno. Argentina dejaba afuera al local, Italia afuera de su mundial.
Festejo eterno. Argentina dejaba afuera al local, Italia afuera de su mundial.
 

Segundas partes, nunca fueron buenas.

Brasil buscaba su revancha, quería organizar y ganar “su” Mundial, cosa que no había podido hacer en el primer intento. El “scratch” llegaba a las semifinales sin su figura excluyente: Neymar. Así y todo la fe estaba intacta. En frente, el poderío y la eficiencia Alemana. Los teutones, a paso firme, recorrían los caminos de la copa del mundo con la regularidad conocida. 

 

Imagen David Luiz, abre los brazos, no lo puede creer. El "Mineirazo" entra en la historia.
David Luiz, abre los brazos, no lo puede creer. El "Mineirazo" entra en la historia.
 

El Mineirao era una fiesta; nada hacía pensar que el futuro iba a albergar otra frustración. Fue peor: gran parte de los 60.000 espectadores que estaban en Belo Horizonte no lo pudieron creer. Muchos lloraban, muchos se fueron antes, algunos se juramentaron no volver a ver a la “canarinha”: 7-1 abajo, la peor derrota de su historia, el “Mineirazo” como sinónimo de “Maracanazo”.

 

Imagen La alegría es solo Teutona. Brasil, 64 años despúes, repite el Maracanazo.
La alegría es solo Teutona. Brasil, 64 años despúes, repite el Maracanazo.
 

Epílogo.

Este es un breve raconto de el porqué del término, de cómo nació y creció en el tiempo. Pasaron 70 años del original, su nombre se replicó en diferentes lugares del mundo y en diferentes épocas. El aniversario de un legado que nadie quiere sufrir y que muchos quieren gozar.

 

 

Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio