¡Habla memoria!

1996. Orgullo jujeño

Gimnasia y Esgrima estuvo a punto de desaparecer, pero supo reinventarse, de la mano de Francisco Ferraro y un referente como Mario Lobo llegó a mantenerse y se competitivo en la élite del fútbol argentino.

Por Redacción EG ·

23 de diciembre de 2019

Dos mundos diferentes conviven aquí, en la lejana Jujuy. Extraños, contrapuestos, pero íntimamente unidos. Por un lado, el de la realidad social y económica de todos los días. Cruda, triste, hasta desoladora. Y por el otro, el del Club Gimnasia y Esgrima con su fútbol. Pequeño y hasta efímero mundo, pero en el que vi-, ve la esperanza de todo un pueblo.

Aquí, en las tierras del norte argentino, una institución deportiva es el alma de toda una provincia. Dentro de un panorama de vida más que preocupante, con una tasa de desempleo del 25% y sueldos mínimos de 250 pesos, mucha gente humilde pero honesta encuentra en "su" club un motivo de regocijo. Y no solamente por los resultados futbolísticos -sorprendentes y reconfortantes, por cierto-, sino también por el ejemplo que transmite.

Hoy, Gimnasia y Esgrima es motivo de orgullo para todo Jujuy. Se palpa en las calles, donde las palabras de elogio y agradecimiento se multiplican ante las preguntas sobre el querido "Lobo". Pero también en esas caras silenciosas, curtidas por herencia natural, arrugadas por el sol y por la vida. Las mismas que se pegan al alambrado para seguir atentamente los entrenamientos semanales y esperan hasta que el día vaya perdiendo vida para saludar, sólo con sus ojos, a las figuras de los domingos.

Aquí, en la pequeña bota argentina, Gimnasia no es pasión: es parte de la vida misma. Y su historia reciente marca el camino a seguir. Sobre como de la nada, con ingenio, trabajo y respeto, se puede salir adelante. ¿Cómo? así...

Imagen El Estadio 23 de Agosto, la Tacita de Plata, centro de una ciudad.
El Estadio 23 de Agosto, la Tacita de Plata, centro de una ciudad.

DE LA QUIEBRA A PRIMERA 

"Cuando llegué al club, en 1989, Gimnasia no existía. Todavía tengo presente la primera vez que entré al vestuario luego de levantar la quiebra. El equipo tenía solamente cinco jugadores, con el pase libre, y ninguno quería arreglar. Además, el club estaba destruido. Encontramos desde ratas hasta ladrones de pasacasetes". Los recuerdos surgen fáciles para el ingeniero Raúl Horacio Ulloa, ayer artífice -junto a otros dirigentes- del salvataje de Gimnasia, y ahora su presidente. "Es más, el club estuvo a quince días de desaparecer. El estadio tenía las banderas rojas de remate y una empresa salteña ya tenía el dinero listo..."

Uno de aquellos cinco futbolistas desamparados era Luis Marcelo Lobo, jugador histórico y ahora titular del equipo jujeño. 'Antes de la llegada de los nuevos dirigentes, Gimnasia estaba muerto. No teníamos donde entrenar, no había agua caliente, debíamos usar nuestra propia ropa en las prácticas, pasábamos meses sin cobrar". Sin embargo, con tremendo esfuerzo e inteligencia, aquella situación se fue modificó. Siguiendo una rígida pero simple política: "La plata en el banco no sirve. Si hay deudas, se paga con lo que se tiene. Si sobra plata, se invierte en obras".

Imagen Dos pilares del club: el presidente Raúl Ulloa y el Bingo del Lobo.
Dos pilares del club: el presidente Raúl Ulloa y el Bingo del Lobo.

Pagar las deudas, sanear la institución, recaudar e invertir. Esas fueron las premisas que guiaron a Gimnasia durante los últimos ocho años, hasta este auspicioso presente. Los primeros tres años fueron los más duros, pero a partir de 1992, la situación empezó a cambiar. ¿Ejemplos?

OBRAS. Fue uno de los primeros objetivos. En aquel año comenzaron las remodelaciones del Estadio 23 de Agosto, la popular "Tacita de Plata"; un año después, y en sólo 70 días, construyeron la Tribuna Preferencial, con capacidad para 7.000 espectadores (todo ello costó 2.000.000 de dólares); luego estrenaron una nueva sede social; y por último, ambientaron la cancha para las transmisiones televisivas (modernizaron el sistema lumínico y construyeron nuevas y confortables cabinas).

RESULTADOS DEPORTIVOS. El equipo, por su parte, fue creciendo lentamente: llegó a los cuartos, semis y final de los torneos zonales de ascenso entre 1990 y 1992, antes de subir a mediados de 1993 al Nacional "B"; después de una temporada mágica (en la que consiguió el 69% de los pun-tos), en 1994 llegó a la Primera; y en el fútbol grande también fue de menor a mayor. Terminó 17º en el Apertura '94, 12° en el Clausura '95 y 8(2 en el Apertura '95 hasta llegar, en el presente campeonato, a arañar la punta.

"Fuimos paso a paso, eso es muy importante", señala Ulloa. Aunque, en realidad, lo más importante esté centrado en otro ámbito: el enorme respeto hacia los futbolistas a la hora de firmar y pagar sus contratos.

 

LOS SECRETOS DE GIMNASIA 

En un ambiente económicamente viciado como el del fútbol, en donde las instituciones viven con sus cuentas en rojo pero gastan hasta lo que no tienen, lo de Gimnasia y Esgrima de Jujuy parece un milagro: tanto empleados como jugadores cobran lo pactado. Todos los meses. Sin retrasos ni excepciones.

'jugar acá da mucha tranquilidad´ -dice José Alberto Batista, uno de los futbolistas más experimentados del plantel-. Está todo organizado, cobramos semana tras semana, y los dirigentes hacen lo imposible para que estemos cómodos. No creo que esto ocurra en todos lados, es anormal para el ambiente del fútbol". La gente del club confirma los dichos. "Para nosotros, esta situación es normal -señala el tesorero José Rubén Pérez, colaborador incondicional del presidente-. Lo anormal es la falta de pago. Acá, lo que se acuerda se paga, y además, la palabra vale mucho más que una firma".

Imagen Francisco Ferraro, un hombre clave. Firmó la continuidad de su contrato en el peor momento del equipo: así le ratificaron la confianza a quien guía al plantel—en segundo plano— con sapiencia y estilo.
Francisco Ferraro, un hombre clave. Firmó la continuidad de su contrato en el peor momento del equipo: así le ratificaron la confianza a quien guía al plantel—en segundo plano— con sapiencia y estilo.

Sólo dos veces al año los futbolistas son convocados para arreglar el tema dinero de toda la temporada. En 1996, los números que se manejaron son éstos: las primas de los jugadores oscilan entre los 10.000 y los 30.000 pesos. Los sueldos, entre 1.500 y 2.500. Y los premios, según los resultados deportivos: ganan por punto, por salvarse del descenso, por conseguir resultados destacados. "Esta es la mejor plata que paga el club, y cumple su real función -dice el presidente-. Tenemos arreglado los premios por si salen campeones, por si juegan la Conmebol. No es un agrande, sino que está todo previsto. Además, acá el 15% se respeta a rajatabla".

Es cierto, tal vez las cifras no iluminen ojos y bolsillos como ocurre en otros clubes, pero aquí, en Jujuy, todo el mundo cobra lo que corresponde y cuando le corresponde. A punto tal que ningún jugador del plantel (de los 26, sólo Arzubialde, Batista e Ibáñez no son del club) se quiere alejar.

¿Qué dicen los protagonistas? "El presidente es una fiera", confiesa con una sonrisa Rubén Darío Piaggio. "Con los dirigentes hay un trato de amistad. Todo lo arreglamos hablando, sin discusiones. Además, cuando miramos la situación de los otros clubes y comparamos, agradecemos el estar acá", destaca Mario Humberto Lobo. "Lo de Ferraro es la mejor demostración de lo serio del trabajo".

Francisco Ferraro llegó en 1993 como director técnico. Él fue uno de los artífices de aquel ascenso a Primera, y ahora lo es de este momento destacado. En el peor período futbolístico de Gimnasia, a fines del `94, firmó el contrato que lo une hasta 1997 al club. Y se ha transformado en un elemento vital para el manejo del equipo.

"Nos gusta traer al club jugadores jóvenes, con hambre, que quieran venir a triunfar", coinciden DT y presidente. Entre ambos, han hecho grandes inversiones. Tales los casos de Piaggio, Marcelo Andrés Trimarchi y Adrián Alberto Gorostidi. "¿El Ciruelo? Traelo inmediatamente", le dijo Ferraro a Ulloa cuando surgió la posibilidad de contratar al primero. Lo compraron en 250.000 dólares, y "hoy vale dos millones". Trimarchi llegó libre de Español a mediados de 1994. Quería jugar en Gimnasia -donde había estado a préstamo durante la campaña en el Nacional "B"- y le entregó el pase sin cargo al equipo. "Bárbaro, vamos a invertir en un jugador de la gran siete", exclamó Ferraro en aquel momento. Hoy vale cerca de un millón. Gorostidi, por su parte, hace dos temporadas costó 120.000 dólares, y ahora su cotización se multiplicó.

Las cifras sorprenden. Sin embrago, no es a través de las ventas de futbolistas, ni tampoco de los cachets de publicidad o de la televisión (el año pasado apenas cobraron 200.000 dólares por aparecer en la pantalla chica) como se mantiene el club. El secreto de Gimnasia y su verdadero sostén económico es... ¡un Bingo! Sí, aunque parezca mentira.

Imagen Tres símbolos del club: los hermanos Luis y Mario Lobo, y la mascota del equipo, con la ciudad de fondo.
Tres símbolos del club: los hermanos Luis y Mario Lobo, y la mascota del equipo, con la ciudad de fondo.

Gran parte de los seis millones de dólares anuales que mueve el club provienen del Bingo. Que no fue un invento de esta dirigencia, sino un reflotamiento de una vieja idea. "En el primero no nos fue bien, perdimos como en la guerra", recuerda el gerente Antonio Ortiz sobre aquella edición en la que se sortearon 15 autos, 15 terrenos y 25.000.000 de australes. Pero la situación cambió radicalmente... El actual Bingo semestral se televisa en directo a todo Jujuy, pone a la venta 37.000 tarjetas (a 60 pesos cada una) y entrega 4 casas, 70 autos y 200 televisores.

De allí sale el dinero para los sueldos y las futuras inversiones previstas: los codos de la cancha, y un predio para albergar a las divisiones inferiores -el nuevo orgullo del club, con aproximadamente 660 chicos-.

"¡Gimnasia cambió un 100%!—cuenta Luis Lobo—. Antes, en las inferiores, entrenábamos de noche a la luz de la luna. Ahora hay gente en todo el norte del país para captar talentos". En ellos vive ahora el futuro del club...

En menos de una década, Gimnasia y Esgrima de Jujuy logró revivir. Pasó de la muerte al éxito. Institucional y deportivo.

Hoy, para ellos, todo tiene un significado diferente. 'Aquí todo es siempre mucho más difícil´ -destaca Ferraro-. Cada quince días estamos arriba de un avión... Cuando jugamos de visitante, somos verdaderamente visitantes. Eso no le pasa a nadie. Estamos lejos de todo, en lo futbolístico, lo político, lo social... No sé si el equipo no es la única alegría de la gente. Eso duele, porque se palpa la realidad de la crisis. Por eso, el júbilo por cada éxito no es sólo de los jugadores, sino de todo Jujuy".

De la mano de Gimnasia y su ejemplo ahora, en el mundo del fútbol argentino, el norte también existe.

 

 

Por JUAN IGNACIO CEBALLOS (1996).

Fotos: ÁNGEL JUÁREZ.