¡Habla memoria!

El Hockey, derivado de la primitiva chueca araucana

En un notable artículo del escritor chileno Sady Zañartu publicado en 1931, se da cuenta de un deporte practicado desde hace siglos por los indios araucanos, que podría ser el origen del hockey actual.

Por Redacción EG ·

09 de septiembre de 2019

Deportes patronímicos

Una comprensión más profunda de la génesis patria comienza hoy día a rehabilitar al indígena que el europeísmo proscribiera de la historia y nuestra conciencia nacional busca el equilibrio de todas las fuerzas progenitoras, dentro de la emoción americana. De aquí que, la tradición araucana, legada substancialmente al nombre chileno, venga desde, los robledales de Arauco y lo hondo de los siglos, a perpetuar la emoción que llenó de belleza la virilidad de la raza. La chueca fué juego del indio. De ella nos vino la agilidad gimnástica y de su ciencia atávica sacó el chileno ese ardor en la pelea, que hasta ahora lo distingue. El mapuche hizo de la chueca su diversión favorita. Con el nombre de palican tuvo este juego una índole netamente gimnástica en su preparación para la guerra y sólo vino a convertirse en juego de azar cuando ya estaba muy avanzada la dominación española.

 

Imagen Grabado del tiempo de la conquista en Chile.
Grabado del tiempo de la conquista en Chile.
 

El padre Rosales, en su "Historia del Reyno de Chile" (1674), dice que este juego era al modo del "mallo", que hay en España, o "burria", como lo llaman otros; pero el denuedo con que ellos lo jugaban y lo arraigado que estaba a sus costumbres, hace presumir que era juego aborigen, pues constituía uno de los primeros desarrollos de los músculos del mocetón, y su más genuino entretenimiento para la guerra de emboscadas que hacían.
"Hacen dos escuadrillas y la una pelea enfrente de la otra y sobrelleva cada una la bola (que se pone en medio de un hoyo) a su banda, hasta sacarla a una raya que tiene techa a los dos lados. Y sobre esta contienda pelean valientemente, corriendo con gran ligereza a alcanzar y volver la bola cuando uno la dió un buen golpe y la echó hacia su raya, y por volverla los unos y revolverla los otros, hay una contienda muy reñida, hasta que alguna escuadrilla la saca de su raya, con que gana una. Y a cuatro o seis rayas se acabó el juego, que suele durar una tarde. Y a este juego se ganan unos a otros camisetas, frenos, caballos, plata y otras cosas, que depositan unos y otros desde que comienza el juego. Y con él se agilitan para la guerra." Esta descripción, clara y sintética, pertenece al padre Rosales, quien fue uno de los primeros historiadores que lo observó directamente de las costumbres araucanas.

Los indios, para mayor agilidad, jugaban la chueca desnudos, apenas cubiertos con una "pampanilla", y usaban para lanzar la bola (palin) unos gruesos colihués retorcidos en la punta y que en su extremo formaban una vuelta que servía de mazo.En la época de la dominación española, salían de estas partidas concertados los grandes alzamientos de indios, y los gobernadores viéronse, por tal motivo, en la necesidad de prohibírselas. Supersticioso, por naturaleza, el araucano hacía que acudiesen a estos juegos las machis (brujas), para que les fuera propicia la bola. Pero nunca dejaban de tener jueces que solucionaran las dificultades y diesen el triunfo a uno de los bandos. En estos juegos se interesaban siempre dos grupos, que hacían del éxito una cuestión de honor. A veces los jugadores se iban a las manos y la riña se hacía general con la intervención de las familias cuyo honor imaginaban comprometido.

 

Imagen Dibujo de una cancha de Chueca, según el autor de esta nota.
Dibujo de una cancha de Chueca, según el autor de esta nota.
 

En esta larga convivencia entre la raza conquistada y la conquistadora, el indio, como el español, fue recíprocamente influenciado sobre las costumbres del pueblo, en el que ya estaba vinculado por la mestización. De aquí que la chueca se convirtiese pronto en juego nacional, no habiendo en Chile aldea donde no peleasen reñidas partidas lo más granado de sus mocetones.

  ¿Cómo ha llegado a formarse este juego araucano en Europa? En este punto, todavía obscuro, se supone que ha sido llevado por viajeros ingleses que visitaron la América, a mediados del siglo XVIII, perfeccionándolo con reglamentos más apropiados al carácter deportivo, adaptándolo primero para canchas de hielos, después se ha generalizado el juego en terrenos de césped, acercándose más a su origen. En Inglaterra y Alemania el hockey con el tennis constituyen la base de numerosos clubs deportivos, combinando entre estos dos juegos sus programas del año. La estación de invierno pone en gran auge las partidas de hockey, y los tenistas cambian sus raquetas por los bastones de la chueca, ejercitándose así en un sport más apropiado a los rigurosos fríos. Uno y otro juego tienen mucha similitud en manejo de los brazos, cuya agilidad quiere no sólo destreza, al reñir y arrojar la bola a la valla contraria, sino también  mucha precisión en los movimientos como entrenamientos en la carrera.  Es un juego que puede convertirse en brutal en el ardor de la contienda, pero, la ciencia de chueca moderna, consiste en hacerlo elegante y fino cuando se llega a dominar el manejo del bastón. Esto le ha traído su prefrencia entre la gente aristocrática, que gusta de las bellas actitudes.

¿Qué significa la palabra hockey? Si es intraducible, ¿por qué no se restituye a su nombre primitivo? La palabra representa  nuestro afán de europeización en aquello que legítimamente nos corresponde en deportes patronímicos. ¿Acaso no es símbolo ese Caupolicán que en una peña del Santa Lucía de Santiago espera con chueca o palican, en la mano, el instante de decidir la victoria?

 

Imagen La estatua de Caupolican, en el cerro Santa Lucía en Santiago de Chile.
La estatua de Caupolican, en el cerro Santa Lucía en Santiago de Chile.
 

Por Sady Zañartu (El Gráfico 1931)

Sady Zañartu Bustos (1893 - 1983) escritor chileno, Premio Nacional de Literatura de su país en 1974.