EL DÍA QUE SCALONI FUE VERDUGO DE BRASIL
Hace 24 años, el actual DT de la Selección hizo un golazo en los cuartos de final del Mundial Sub 20. Argentina terminaría siendo campeón en Malasia 1997. Video, fotos y nota.
Por Redacción EG ·
07 de julio de 2021
¨Todavía no sé cómo hice ese gol¨
Su semana fue tan contrastante como la de la Selección Argentina. El lunes, ante Australia, cometió el penal sobre la hora que determinó la derrota. El domingo, con una definición sorpresiva después de una gran corrida por la derecha, comenzó a definir el pleito ante Brasil. "La verdad es que todavía no sé cómo hice el gol. Siempre intento esa jugada y trato de patear al arco con la parte interna del pie. Pero si digo que le pegué tres dedos nadie me va a creer. Pónganlo así: no sé cómo hice ese gol".
Los periodistas de Malasia no entendían el subtitulado en inglés que ofrecía esa frase de Lionel Sebastián Scaloni. Un gringo bien de campo que se alimentó en la rica pampa húmeda: "Yo soy de Pujato, en la provincia de Santa Fe, un pueblito que tiene 3.500 habitantes y que está a 35 kilómetros de Rosario. En realidad, nací allí porque donde yo vivía no había hospitales". Lionel empezó en Matienzo de Pujato, luego fue a Rosario para meterse entre los chiquilines de Juan XXIII y más tarde se puso la camiseta de los Cebollitas, en Rosario Central, donde dio una vuelta olímpica a los siete años después de derrotar al Newell's de su actual compañero de pieza, Diego Jesús Quintana.
Un tiempo después se cruzó de vereda para jugar en Newell's Old Boys, pero un entredicho de su padre Angel con Mario Zanabria y el presidente Eduardo López determinó su salida del club que era socio. "Por falta gravísima de conducta...", así arrancaba el fax que lo despedía del club rosarino a él y a su hermano Mauro aquel lejano 1° de agosto de 1996.
Los dos fueron a Estudiantes de La Plata y firmaron hasta el 31 de diciembre de 1997, con opciones diferentes. La mitad del pase de Lionel cuesta 550.000 dólares, mientras que el 50 % de Mauro está tasado en 220.000.
Es la base alegre de este plantel. "Me gusta j... mucho, si no acá, en las concentraciones, es todo aburrido. Además, con Cubero tratamos de levantarle el ánimo a los que extrañan", explica el pibe. Él les lleva ventaja a muchos. Sus padres, Chiche y Lali, llegaron desde Pujato para acompañarlo a partir de los octavos de final: 'Aparecieron en el momento justo, porque yo había quedado en el banco de suplentes. Pero me alegro Porque también vino mi hermanita Corina. La quiero con locura a la nena, será porque nació cuando yo tenía 16 años".
La pequeña se mete por todos lados y derrocha su simpatía infantil. Todavía no comprende por qué ella le habla a esta gente de Malasia en castellano y ellos le responden algo incomprensible para sus 30 meses. Igual que cuando se le ocurrió ir a comprar dulce de leche al hotel de Johor Bahru. Se largó a llorar porque no había. Lionel aprovecha sus ratos libres para mimarla. Ella dice que vino a ver a "A-gen-ti-na y a mi hemano".
Los dos regalan las cuotas de simpatía en los grupos que integran. Claro, Lionel además convierte goles decisivos. Aunque después, a la hora de las explicaciones, apenas pueda decir: "Pongánlo así... Todavía no sé cómo hice ese gol".
LEO BURGUEÑO. Fotos: Alejandro Del Bosco (1997)
