¡Habla memoria!

Detrás de estos colores hay una historia…

Amor por lo colores: EL GRAFICO investigó sobre las razones que llevaron a estos equipos a tener sus camisetas con estos colores, casi ninguno mantiene los que tuvo en sus orígenes.

Por Redacción EG ·

20 de febrero de 2019
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Entre aquella docena de hombres que fundaron el club había una respetable mayoría de hijos de italianos. Acaso, simplemente por eso, a la hora de elegir los colores no se oyeron demasiados peros tras la sugerencia de uno de ellos: "Podríamos llevar camisa a rayas verdes, blancas y rojas, ¿eh?" Y a partir de aquel 1° de enero de 1910 la bandera de Italia estuvo domingo a domingo pegada al pecho y espalda de los jugadores velezanos. Después, a poco de haber comenzado la guerra del 14, la importación quedó cerrada y las pomposas casacas de fabricación europea dejaron de arribar periódicamente a Buenos Aires. Por eso, al acabarse definitivamente el stock, Braulio Bayón ofreció unas que le habían encargado confeccionar los muchachos de un cuadro de rugby escolar y que tenía de clavo porque jamás se las retiraron. Y la oferta del tendero no pudo caer mejor: "¡Hasta tienen la V de Vélez...!" Ahora lo sabe: esas dos franjas azules que bajan desde los hombros y se juntan en el pecho —motivo que al principio también se repetía en la espalda— nada tuvieron que ver inicialmente con la letra distintiva que usted suponía,  y sólo responden a los caprichos de una gran casualidad...

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Imagen Christian Bassedas.
Christian Bassedas.


Sesenta y ocho años atrás, cuando ninguno de sus fundadores soñaba siquiera con el futuro que le esperaba a la institución, los boquenses no eran aún auriazules. Los primeros colores fueron el azul y el blanco, dispuestos en finas rayas verticales, y repetidos —aunque invertidos en su orden sobre el pequeño bolsillo de la izquierda. Algún tiempo más tarde, mientras varios de los primeros dirigentes recorrían despreocupadamente la ribera boquense, nacería la casaca que sigue acompañando hasta hoy "Usaremos los colores que lleve en su bandera el primer barco que pase frente a nosotros propuso don Juan Bricheto, padre de quien con el correr de los años sería gran figura de la entidad. Y el primer barco fue sueco. Y los suecos llevan el azul y el oro en su pabellón...

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Imagen Córdoba, Serna y Bermudez.
Córdoba, Serna y Bermudez.


Tampoco Ferro nació con sus actuales colores. Su primera camiseta fue enteramente blanca con una delgada franja roja, y posteriormente utilizó una borravino con mangas celestes, copiada al Aston Villa, de Inglaterra, a pedido de uno de sus fundadores. De todas maneras parece que ni una ni otra consiguió atraer demasiada suerte, y la idea de encontrar nuevos tonos preocupaba cada vez más a su gente. Por fin ese primer grupo de hombres que estaba íntimamente ligado al acontecer ferroviario de la época terminó por adoptar el verde que hoy sigue siendo bandera y símbolo de los de Caballito. Un verde de "vía libre", como ya figuraba en el catálogo de códigos ferroviarios de aquellos años y que fuera consultado expresamente para la elección definitiva...

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Imagen Ferro Carril Oeste. 1927.
Ferro Carril Oeste. 1927.


La realidad y la fantasía se han empeñado en aportar proporciones idénticas en la historia de los colores riverplatenses. La primera parece no tener dudas cuando sostiene: "Inicialmente, allá cuando el siglo veinte recién pegaba la vuelta, la camisa era toda blanca. Por eso la tarde que tuvimos que enfrentar a la cuarta de Villa Devoto a Salvarezza se le encendió la lamparita y salió corriendo en busca de una mercería. Ocurría que los dos cuadros tenían la misma camiseta y don Enrique Salvarezza decidió comprar unas cintas rojas y se las prendió con alfileres para que no hubiese confusión..." Pero la segunda no se rinde tan fácilmente: "Es cierto, en el arranque River tuvo camiseta totalmente blanca. Pero la banda roja nació durante un Carnaval de hace muchísimos años. Por las calles de la Boca desfilaba una carroza con muchachos del club y de pronto quisieron que nadie les confundiese el cuadro de sus amores. Como todos iban vestidos de blanco arrancaron las tiras rojas que decoraban el carro y se las sujetaron al pecho como mejor pudieron. Y les digo más: aquella comparsa se llamaba «Los muchachos del infierno»..." La otra, esa con fama de "mufosa" que tiene una fina rayita negra entre gruesos listones rojos y blancos, cuentan que vino después. Y sólo para ser utilizada cuando el equipo visitante obligaba a cambiar de colores...

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Imagen Juan Pablo Ángel.
Juan Pablo Ángel.


El 25 de mayo de 1907 los alumnos de la Escuela Abraham J. Luppi, colegio ubicado en el corazón de Nueva Pompeya, decidieron fundar un club. Le pusieron Verde Esperanza. ¿Los colores? Por supuesto: gran predominio del verde y un pequeño vivo blanco en el cuello y los puños. Con el correr del almanaque aquel pequeño clubcito se transformaría en Huracán —o en Uracán, porque el primer sello oficial del club fue confeccionado sin darle mayor importancia a la hache— y sus futbolistas pasarían a lucir camisa blanca con amplio cuello rojo. Recién en 1912, tras la hazaña aeronáutica al comando de su célebre globo aerostático, el legendario Jorge Newbery concedió permiso para usar el globito junto al corazón de los huracanenses. "Espero, —auguró— que quienes desde hoy lo luzcan cumplan grandes hazañas deportivas y tengan la misma suerte que he tenido yo." Tras el triplete de los años 1914, 15 y 16, donde el cuadro arrasó con los torneos amateurs de la Asociación, los directivos de Parque Patricios cursaron un telegrama a Newbery, por entonces en Mendoza. El texto era breve y conciso: "¡Hemos cumplido!" En cuanto a los globitos, cabe un homenaje: a la señorita Bellati, hermana de un crack de la época y paciente bordadora de todos los primeros.

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Imagen Miguel Ángel Brindisi y Carlos Babington.
Miguel Ángel Brindisi y Carlos Babington.


Atlanta es uno de los pocos clubes que nunca cambiaron de colores. Ocasionalmente recurrió a otros tonos, porque era local y porque alguien se olvidó los bolsones con la ropa a la hora de tomar el tren rumbo a Rosario... Pero los colores oficiales siempre fueron los mismos: el azul y el oro en rayas verticales. ¿Quién los propuso? Don Emilio Bolinches... ¿Dónde? En una casa de la calle Alsina al 1100... ¿Qué hacía allí? Bueno, don Emilio era uno de los presentes que trataba la creación de "un club de amigos", y dicen que dijo: "A mí me gusta el azul y oro, ¿alguno se opone?"... Y da la impresión que la mayoría estuvo plenamente de acuerdo, ¿no le parece?

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Imagen Juan Antonio Gómez Voglino.
Juan Antonio Gómez Voglino.


Tampoco Chacarita Juniors varió jamás sus colores. Desde 1906, año de su fundación, los funebreros fueron permanentemente fieles al rojo, al blanco y al negro. Pero la combinación nada tuvo que ver con el azar. Esta es su historia íntima: una barra de muchachos, disidentes de otro club que se llamaba Defensores de Chacarita, se reunía todos los días en un café de Jorge Newbery y Rivera (hoy Córdoba). Un día, por cuestiones habituales — ¿deberían tanto de cafés con leche?— debieron abandonar aquella esquina y se refugiaron en un comité socialista que estaba en Jorge Newbery y Alvarez Thomas, o sea una cuadra más allá... Entonces, en agradecimiento a la hospitalidad tributada por la gente del comité, agregaron el rojo —color del partido— a los tonos elegidos de antemano. Es decir: el negro, que simbolizaba el luto propio de la Chacarita, que, como quiera que sea, era el símbolo del barrio, y el blanco, que representaba la pureza de los ideales de aquellos primeros dirigentes...

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Imagen Ángel Bargas
Ángel Bargas


Año 1903. En la sala de espera de la estación Barracas Iglesia hay un grupo de muchachos. Pertenecen a dos clubes de la época: Barracas al Sur y Colorados Unidos del Sur. Todos, desde el primero al último, están de acuerdo en fusionarse y comenzar a tirar para un mismo lado. Hay coincidencia en la mayoría de los puntos tratados, salvo en dos: el nuevo nombre y los nuevos colores. De pronto Germán Vidaillac desenrolla sobre uno de los bancos la revista francesa que traía bajo el brazo. En la tapa está el Racing de Paris con su camiseta celeste y blanca. "¡Listo, le ponemos Racing y nos copiamos también sus colores!..." Si usted no es daltónico se habrá dado cuenta que la moción prosperó doblemente...

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Imagen Claudio López y Juan Ramón Fleita
Claudio López y Juan Ramón Fleita


Mucho antes de que Pavoni se decidiera por el entretejido, que Giachello hiciera delirar a la hinchada con el golazo que eliminó a San Lorenzo de la Copa o que el Mencho Balbuena comenzara esta curva ascendente que lo está llevando a ser el N° 1 de los punteros argentinos, Independiente ya existía en Avellaneda. En cambio, los que inicialmente no estaban bien definidos eran los colores que usarían sus jugadores. La primera camiseta fue blanca con un bolsillo azul. Y sobre ese bolsillo azul, tres letras también blancas: una I de Independiente, una F de Fútbol y una C de Club. El rojo nacería recién en 1907. Y aquí los motivos de la elección no pueden ser desentrañados con exactitud, aunque muchos sostengan que la adopción tuvo que ver pura y exclusivamente con las diabluras que ya hacían aquellos lejanos antecesores del Cuila Sastre, de Capote de la Mata y de Pepé Santoro...

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Imagen Rubén Pagnanini, Héctor Baley, Osvaldo Pérez, Carlos Fren, Hugo Villaverde, Enzo Trossero. Abajo: Antonio Alzamendi, Omar Larrosa, Norberto Daniel Outes, Ricardo Enrique Bochini, Alejandro Esteban Barberón.
Rubén Pagnanini, Héctor Baley, Osvaldo Pérez, Carlos Fren, Hugo Villaverde, Enzo Trossero. Abajo: Antonio Alzamendi, Omar Larrosa, Norberto Daniel Outes, Ricardo Enrique Bochini, Alejandro Esteban Barberón.


Colón de Santa Fe se ganó el rojo y el negro a fuerza de goles. La combinación le gustaba desde siempre, pero en las inmediaciones del club había otro equipo con los mismos tonos y hubo que decidir la posesión definitiva con un partido de fútbol, que los sabaleros ganaron por... ¡ocho a cero!...

Imagen Hugo Ibarra.
Hugo Ibarra.


San Lorenzo nació borravino con puños y cuellos blancos. Eran los tiempos de los Forzosos de Almagro, allá por 1908. Un año más tarde, tal vez cuando el padre Lorenzo Massa comenzó a tallar de verdad en la construcción de la entidad, vino el azul y grana famoso...

Imagen Paulo Silas.
Paulo Silas.


Grandes cuadros rojos y blancos. Así era la camiseta centralista cuando todavía los rosarinos estaban parados en la raya de su largada histórica. En 1904, a instancias de don Miguel Green, se rebautizaron en nombre y color: Rosario Central y auriazules...

Platense dio sus primeros pasos todo de rojo y negro. De repente, en 1905, un caballo del Stud Platense llamado Gay Simon se adjudicó un gran clásico de la época. Varios de sus dirigentes habían jugada talonarios enteros a sus patas y celebraron el acierto adoptando el blanco y marrón del jockey que lo montaba...

Imagen Daniel y Mario Killer.
Daniel y Mario Killer.


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Algún memorioso de ley podría aportar infinidad de datos a este salpicón de historias sueltas. Cualquier purista del color podría cuestionar el rojo o el verde que hemos repartido a izquierda y derecha. Todo es posible en este mundo de tonalidades que evocamos aquí. Las variantes, como en la paleta de cualquier pintor siempre serán infinitas…

 

Producción: JORGE RUPRECHT (1973)