Memoria emotiva

Para ser Franco, inolvidable

Cuando el Bosque era un infierno, el bajito Niell puso dos cabezazos y dejo a Gimnasia en Primera. Un fiinal apto solo para corazones sanos.

Por Redacción EG ·

12 de julio de 2022

 

Todo lo que uno presupone de un partido definitorio con tanto en juego, pero con un plus de emoción sin muchos antecedentes se dio en el partido revancha entre Gimnasia y Atlético Rafaela. El equipo de Madelón había perdido 3-0 en la ciudad santafesina y necesitaba por lo menos esa diferencia para quedarse en Primera aprovechando la ventaja deportiva de ser local en el desquite y convertir por lo menos la misma cantidad de goles.

Avalado por un fervoroso aporte popular, Gimnasia salió dispuesto a cambiar la historia desde el primer minuto. Pero Rafaela tuvo la virtud de esperarlo sin nervios y buscando en el contraataque el arma lógica para no sólo defender lo conseguido en casa si no ampliarlo de ser posible. El planteo funcionó hasta bien avanzado el segundo tiempo con un 0-0 que estrujaba corazones en las tribuna locales y hacía crecer la ilusión en el sector ocupado por los entusiastas aunque minoritarios hinchas rafaelinos.

Sabiendo que la cosa comenzaba a complicarse más de la cuenta, que el nerviosismo adentro y afuera iba en crecimiento, Madelón se jugó todas las fichas. Primero metió al Pampa Sosa, un crédito de la casa que no había tenido muchas chances con el DT, y después hizo ingresar al bajito Franco Niell. Se fueron un volante y un defensor. El razonamiento del entrenador era lógico: ellos no atacan, y nosotros necesitamos goles. Apostemos por tipos que se la jueguen en el área. 

Pese a una carambola de las tantas que el fútbol (no el football que otros hacen como diría el aviso publicitario), Sosa fue importante para encender la llama de la ilusión propiciando por la izquierda un desborde que terminó en el gol del uruguayo Alonso, previo desacuerdo entre el flojo arquero que es Capogrosso (grande le queda el itálico apellido) y sus zagueros centrales. "Vamos que se puede", era el mensaje de tres cuartas partes del estadio y del banco tripero.

Expulsiones, simulaciones y lesiones, dieron el tiempo de alargue justo para que se escenificara el mayor dramatismo de un partido que será inolvidable. Dos jugadas casi calcadas desde la izquierda del ataque de Gimnasia por obra de Cuevas, culminaron con dos cabezazos de Niell, el segundo con una espectacular palomita. Explosión indescriptible en las tribunas y corazones al borde del infarto acompañaron la conquista del tercer tanto, el que aseguraba la permanencia del Lobo platense en la máxima categoría.

Increíble. En solo dos minutos, en una agonía tremenda, se pudo consolidar un trabajo que el cuerpo técnico y los jugadores de Gimnasia iniciaron hace mucho tiempo, desde el  certamen anterior, pagando el pato de dos temporadas precedentes muy flojas. Se habla y se hablará de milagro. Cada cual tiene derecho a manifestar su creencia. En este hito del equipo de Madelón tuvo que ver el sentido común, la estrategia para resolver una situación muy complicada y también el coraje de la mayoría de los protagonistas con camiseta azul y franja blanca.

Así, como sucede ininterrumpidamente desde 1984, Gimnasia sigue en Primera. Atlético Rafaela, de gran trabajo en el primer partido y buena parte del segundo, estuvo a punto de dar el gran batacazo, pero no pudo o tal vez no supo, porque pese a todo entre Primera y Primera B Nacional sigue habiendo diferencias, a veces demasidado grandes.  Y gracias a eso, el Lobo gritó hazaña y festejó como si se tratara de un campeonato, porque sabía que su eterno rival de La Plata, estaba esperando con la servilleta puesta y los tenedores en la mano para consumir el primer plato de un menú que espera sea banquete en Belo Horizonte, frente a Cruzeiro.     

 

Imagen Alivio y desahogo en Gimnasia tras la hazaña contra Atlético de Rafaela (FOTOBAIRES)
Alivio y desahogo en Gimnasia tras la hazaña contra Atlético de Rafaela (FOTOBAIRES)
 

Carlos Poggi

FOTO DE PORTADA. FOTOBAIRES