SERGIO AGÜERO: “CUANDO ME ENTERÉ DE LA MUERTE DE DIEGO PENSÉ QUE ERA MENTIRA, COMO TANTAS OTRAS VECES”
El ex delantero del Manchester City brindó una extensa entrevista al diario El país, donde hablo de todo: Maradona, Barcelona, Messi y su infancia. Repasamos los extractos más salientes.
Cómo vivió la muerte de Maradona y la preocupación por Benjamín
“Mal, muy mal. ¿Cómo lo podía vivir? Tenía partido de Champions ese día. Cuando me enteré, pensé que era mentira, como tantas otras veces. Pero como veía que cada vez lo decía más gente, le pregunté directamente a la mamá de Benjamín (el hijo de 12 años que tiene con Gianinna Maradona). Me acuerdo hasta de lo que le pregunté. “¿Es verdad o no?”, le escribí. Me contestó que sí”.
“Pensaba en mi hijo. En que lo tenía que llamar. Me preocupaba mucho cómo se iba a enterar de la noticia. Cuando pudimos hablar, ya lo sabía por un compañero de colegio. Diego y Benja se llevaban muy bien. Diego era un fenómeno con mi hijo. Y Benja lo amaba. Le pedí a mi hermana que lo fuera a buscar al colegio y que lo intentara distraer. Al día siguiente me escribió: “Papá, quiero ir a verlo”.
La relación con Pep Guardiola
“Nunca tuve problemas con Guardiola. Jamás discutí con él. Sí tuvimos que aclarar cosas. Cuando llegó, como no nos conocíamos, tuvimos una etapa un poco de tanteo. Los últimos tres años fueron fantásticos. Nada que decir".
El Barcelona y la partida de Messi
"Vamos a ser sinceros. ¿Qué jugador no quiere estar en el Barça? Yo te diría que a la mayoría de los futbolistas les gustaría vestir esta camiseta, por más que el Barça esté bien o mal. Llegué con la expectativa de jugar con Leo y de que se armara un buen equipo, que era lo que el club trataba de hacer. Cuando me llamaron pensé: Me da igual lo que me paguen. Me pongo bien y voy a ayudar al equipo en lo que más pueda”.
La salida de Leo
“Fue un momento de shock. Él estaba muy mal. Cuando me enteré no lo podía creer. Ese sábado lo fui a ver a su casa. Y, por mi personalidad, como no lo veía bien, intentaba hacer que se olvidara de lo que había pasado. Veía que estaba medio apagado y lo intentaba distraer. Le contaba de mi equipo de Esports y las cosas que estábamos haciendo”.
Su infancia, sus amigos y la vida en el barrio Los Eucaliptus
“Cuando pregunté por los chicos con los que me juntaba, uno estaba muerto, el otro preso, a otro lo buscaba la policía. Chicos de 15 años. Todavía mantengo contacto con algunos de mis amigos. Seguimos hablando, más de 20 años después”.
“Escucho a hablar a la gente de las villas y pienso que no tienen ni idea de lo que es. El que está ahí tiene otra vida. Está en su mundo.Hay como un sistema propio, con sus verdulerías, con sus carnicerías y con sus almacenes. Hay de todo. Y todo a un precio asequible para la gente de la villa. El problema es que es muy difícil progresar. Le pasó a mi viejo. Buscaba trabajo y muchas veces no se lo daban cuando decía el lugar en el que vivía. Y eso sigue pasando. Hay gente complicada, también. Claro. Pero también hay mucha, como mis viejos, que son gente de laburo, que quieren lo mejor para ellos y para su familia. Pero parece que quieren que nos quedemos siempre ahí. Que vivamos nuestra vida ahí”.
El talento como una herramienta de salida
“Tenés que tener talento, sí. Y suerte. Mucha suerte. Necesitás a alguien que te ayude. Yo tenía a mi viejo, que conocía una persona que trabajaba en Independiente. Y todos los años le iba a romper las pelotas para que me hicieran una prueba. Si no hubiese sido por él, no hubiese llegado. He hablado con otros chicos, como Carlos Tévez, y todos vivieron una situación similar.
El que vive en la villa tiene que ir a un colegio público. Voy a contar lo que me pasó a mí. No sé cómo es ahora. Cuando pasé a Independiente, el club me mandó a un colegio privado. Tenía 12 años. En el privado estaban haciendo divisiones de tres cifras y yo en el público hacía de una. Imagínese la diferencia. No estaba capacitado para estar ahí. Y me empecé a sentir mal. No me sentía cómodo ni libre. Quería volver a mi lugar, en el que la maestra me entendía. Es una lástima que eso pase. Es una lástima que se tenga que recurrir a colegios privados”.
La relación con su padre
“A mi viejo le pregunté por qué me rompía tanto las pelotas. Siempre me decía que jugaba mal. Hasta el día de hoy. Me contestó que lo hacía porque se daba cuenta de que yo tenía mucha calidad y que sacaba mucha diferencia. Quería meterme en la cabeza que me encantara el fútbol. Cada vez que me prohibía jugar, a mí más me gustaba jugar a la pelota, más quería ir a entrenar. Hoy cambió mucho todo. Antes, en mi época, había mucho respeto a los más grandes y al entrenador, obviamente. Si te decían algo, o te pegaban una patada, te la aguantabas.
Benjamín y el fútbol
“Juega bien. Pero si te gusta el fútbol tenés que tener otra mentalidad. El sacrificio es muy importante. La última vez que vino a verme me preguntó: “¿Nunca faltaste a un entrenamiento?”. Nunca, le contesté. Le cambió la cara. La mayoría de los jugadores que llegan es por la disciplina, por el respeto que muestran y porque son muy responsables. Me gustaría que Benja fuese futbolista, pero si no le gusta quiero que estudie. Que tenga la posibilidad que yo no pude tener”.
FOTO DE PORTADA: AFP