LA INCREÍBLE HISTORIA DE RYAN MASON, EL IMPENSADO NUEVO ENTRENADOR DE TOTTENHAM

El fútbol está lleno de frases hechas y lugares comunes que se repiten para determinadas situaciones. Muchas veces cuando un entrenador está en la cuerda floja o un equipo no tiene margen para el error se dice que un partido es de vida o muerte. Ryan Mason lo vivió, pero en el sentido más literal de la expresión. Su historia rompió todos los manuales de fútbol. 

De un día para el otro su vida dio un giro inesperado. En enero de 2017, cuando jugaba para el Hull City, chocó su cabeza con la de Gary Cahill y cayó desvanecido. Rápidamente fue asistido, abandonó el campo en camilla con una bomba de oxígeno y fue trasladado a un hospital. El primer parte médico fue contundente: fractura de cráneo. En ese entonces, la pelota quedó a un lado y en adelante Mason lucho por sobrevivir. Dicen que si no lo operaban a tiempo no sobrevivía. Pasó 8 días internado y el resultado de la operación lo dejó con 14 placas de metal sujetadas por 28 tornillos y 45 grampas. 

Después de más de un año de rehabilitación, y una gran cicatriz en su cabeza como secuela física, cayó en la cuenta de que su carrera como futbolista había llegado a su fin. Solamente tenía 26 años. Hull City había pagado 15 millones de dólares por su pase, en lo que fue la contratación más cara en la historia del club. En 2018, Tottenham lo incorporó al fútbol formativo. En los Spurs había dejado una buen recuerdo en su paso entre 2008 y 2016. Pochettino lo dirigió. 

La reciente renuncia de Mourinho le dio la oportunidad de convertirse en el nuevo entrenador de Tottenham hasta el final de la temporada. A los 29 años quedó en los libros de historia de la Premier League al ser el entrenador más joven en dirigir un club. La lucha le dio su premio del otro lado de la línea de cal.

En su estreno contra Southampton, Tottenham se impuso 2-1 y la mano del entrenador ya se hizo notar: Gareth Bale, relegado por Mourinho y ex compañero mientras era futbolista, fue titular y marcó un gol.