Tenis

NOVAK DJOKOVIC, DE VACACIONES EN LAS MONTAÑAS DONDE SUFRIÓ LA GUERRA

El número uno del mundo descansa en Kopaonik, la zona en la que aprendió a jugar al tenis y que fue bombardeada durante la Guerra de los Balcanes.

Por Redacción EG ·

14 de diciembre de 2021

NOVAK DJOKOVIC finalizó el año, por séptima vez, en la cima del ranking mundial. Redondeó una temporada para el recuerdo, casi perfecta: ganó tres de los cuatro Grand Slams -perdió la final del US Open- y superó el récord de Pete Sampras en cantidad de años en la cúspide del listado de ATP.

Tendrá un 2022 con desafíos importantes, como desempatar la marca de 20 títulos grandes que comparte hoy con Roger Federer y Rafael Nadal. Pero ya habrá tiempo para eso. Por el momento Djokovic se mantiene alejado de la burbuja del circuito y descansa en el lugar que lo vio nacer como tenista: en Kopaonik, la zona en la que vio de cerca la guerra.

Djokovic sufrió de chico La Guerra de los Balcanes durante sus inicios en Kopaonik, una de las principales cadenas montañosas de Serbia, que tiene una pequeña zona al norte de Kosovo. En ese lugar sus padres Srdjan y Dijana le inculcaron la pasión por el esquí desde muy temprana edad, lo que explica la flexibilidad que hoy exhibe Djokovic en los tobillos, las rodillas y las articulaciones. Allí, a más de 1700 metros sobre el nivel del mar, también empuñó una raqueta por primera vez, a los 7 años. La velocidad de la pelota en la altura generó que fuera un jugador mucho más rápido, con sus reacciones y reflejos. Ese lugar, donde el número uno del mundo comenzó a forjar su leyenda, fue bombardeado en 1999 durante los ataques de la OTAN a Yugoslavia. El joven Djokovic tenía apenas 12 años. Décadas después, cuando ya era un tenista consagrado a nivel internacional, visitó el lugar donde permanece el frontón en el que aprendió a jugar.

"Me costó entender con seriedad la situación de mi país después de la guerra, sobre todo los problemas económicos y políticos. La gente sufre porque es un país marcado por la guerra. Por eso intento representar a Serbia de la mejor manera posible y demostrar que tiene muchas cosas positivas que ofrecer, no sólo negativas. Lo hago cuando juego la Copa Davis, pero también hablo de los valores reales y buenos que ofrece Serbia. La imagen es negativa desde hace más de 20 años y quiero cambiarla", explicó Djokovic alguna vez. Modificar el concepto que el mundo construyó sobre su país después de la guerra, como el mejor jugador de la historia de Los Balcanes, es uno de los grandes motores de su vida.