Fútbol Internacional
Cristiano: del llanto a la alegría de su primer título con Portugal
A los 24 minutos se quedó sin final de Euro tras un choque con Payet que lo obligó a dejar el campo de juego. Alentó a sus compañeros desde el banco y terminó a la par del DT, Fernando Santos, dando indicaciones durante el tiempo suplementario. Coronado en la Champions y en la Euro, se perfila como el candidato número uno para quedarse con el Balón de Oro.
Por Redacción EG ·
10 de julio de 2016
Había dicho, en la previa de la final con Francia, que su selección iba a coronarse en el Stade de France por primera vez en la historia de la Eurocopa. A los 24 minutos del primer tiempo, el destino le mostró su peor cara: entre lágrimas, Cristiano Ronaldo debía abandonar el campo de juego. Su rodilla nunca pudo recuperarse tras una dura entrada de Dimitri Payet.
A partir de este momento, nadie creía en Portugal.
Lo miró desde el banco de suplentes, alentando a sus compañeros. Sufrió como un hincha más. Moviéndose en los límites difusos entre el show y el sentimiento, su zona predilecta. Ahí se quedó Cristiano una vez que su rodilla dijo basta. Las cámaras lo seguían a él como si fuese lo único relevante de la noche parisina.
En el campo de juego, sus compañeros se esforzaban por amoldarse a un esquema y a un partido sin su principal figura. El equipo de Fernando Santos recurrió a sus otros puntos altos: el arquero, Rui Patrício, Nani, Pepe y Eder, ese goleador que llegó desde el banco de los suplentes para darle a su país, al país de Cristiano, la primera Euro de su historia.
El delantero de Real Madrid supera así la dolorosa final de 2004. Portugal, en aquella edición de la Euro, fue el equipo anfitrión y perdió ante la humilde Grecia en el partido decisivo. Ronaldo tenía apenas 19 años y era una promesa del fútbol mundial.
A partir de este momento, nadie creía en Portugal.
Lo miró desde el banco de suplentes, alentando a sus compañeros. Sufrió como un hincha más. Moviéndose en los límites difusos entre el show y el sentimiento, su zona predilecta. Ahí se quedó Cristiano una vez que su rodilla dijo basta. Las cámaras lo seguían a él como si fuese lo único relevante de la noche parisina.
En el campo de juego, sus compañeros se esforzaban por amoldarse a un esquema y a un partido sin su principal figura. El equipo de Fernando Santos recurrió a sus otros puntos altos: el arquero, Rui Patrício, Nani, Pepe y Eder, ese goleador que llegó desde el banco de los suplentes para darle a su país, al país de Cristiano, la primera Euro de su historia.
El delantero de Real Madrid supera así la dolorosa final de 2004. Portugal, en aquella edición de la Euro, fue el equipo anfitrión y perdió ante la humilde Grecia en el partido decisivo. Ronaldo tenía apenas 19 años y era una promesa del fútbol mundial.
