¿Qué cambió entre el debut y las semifinales?

Recuperó a Biglia

Una lesión lo había marginado del primer partido. Martino apostó por Banega, pero el 10 del Sevilla se terminó diluyendo. Había arrancado bien y con el correr de los minutos perdió peso en el mediocampo. La labor de Biglia se resaltó con su ausencia y desde el partido contra Uruguay volvió a ser una pieza fundamental en el armado. Aporta equilibrio, ayuda a Mascherano, pero sobre todo es un generador incesante de espacios. No para de moverse y facilita la salida clara antes de que los habilidosos arranquen el juego de ataque. Un sacrificado que trabaja con la luz apagada para que el brillo se lo lleven los demás.

Ya no está virgen de tropiezos

La vuelta de Tevez fue toda una novedad para la Selección en la Copa América. Cómo administraría el entrenador a las figuras era una de las incógnitas a develar. Contra Paraguay, Martino lo hizo decididamente mal, pero ya aprendió la lección. Tentado con darle minutos a todos, desordenó el equipo, no pudo tener la pelota y terminó sufriendo el empate con Tevez e Higuaín en cancha. Nunca más repitió ese error. Para los jugadores, aquel empate fue un baño de humildad y les permitió caer en la cuenta de que no pertenecen a una Selección invencible. ¿Moraleja? El que se duerme en el fútbol, será boleta llámese Argentina, Messi, Mascherano o Di María.

Consolidó un sistema de juego

Se podrán criticar muchas cosas de Martino, pero el ADN es indiscutible. Protagonismo, posesión y una presión alta con todos los jugadores involucrados. La talla de los rivales no es un atenuante, al contrario: Uruguay y Colombia están entre las mejores selecciones del mundo. Argentina juega bien y aún tiene un as bajo la manga que es la efectividad de Messi, que probablemente aparecerá cuando más se lo necesite. Tal vez donde le falte es la confirmación en el número 9. Agüero es el goleador del equipo, a pesar de que lo sacaron en todos los partidos y no jugó contra el rival más débil. Si realmente se decidió por él, el Tata deberá duplicar el apoyo.

Consiguió seguridad defensiva

 

Garay y Otamendi conforman una dupla que aporta garantías. Llegaron casi sin conocerse y la actuación del ex Vélez con la camiseta de la Selección sembraba incertidumbre. Contra Paraguay no tuvieron un partido de mucho trabajo, pero recibieron dos goles. Mejoraron en el mano a mano, se afianzaron como dupla y se animaron a brindar siempre salida clara. Hoy ya no son los mismos como dupla. El destino les hizo un guiño y volverán a enfrentar a la albirroja para revertir esos dos goles que le golpearon el orgullo.

Encontró un lugar para Pastore

 

La intermitencia del ex Huracán y su puesto como enganche tradicional, nunca lo acercó a la Selección. Su última temporada en un excelente nivel con la camiseta del Paris Saint-Germain en una zona nueva y el 4-3-3 de Martino, le abrieron las puertas. No le fue fácil. Contra Paraguay fue el primer cambio por su inconsistencia y poco compromiso en la marca. Mejoró y se lo ve más cómodo. En algunos tramos contra Uruguay y Colombia se animó a conducir y tuvo asociaciones importantes con Messi. Si confirma su buen nivel –eso sí, siempre con lagunas, está en el combo del buen jugador que es-, esta noche podría ser clave y darle al equipo, esa cuota creativa que le faltó en el primer cruce vs. Paraguay.