La Selección

Javier Pastore, el jugador número 12

Ante la ausencia de Lionel Messi, el cordobés ocupó su lugar y fue la figura en el triunfo contra Ecuador. El volante del PSG es el primer suplente para Gerardo Martino. Sólo resta que pueda superar sus propios baches y lograr la regularidad.

Por Redacción EG ·

01 de abril de 2015
Imagen El Flaco festeja su gol ante Ecuador. Fue el tanto del 2-1 con el que Argentina ganó su segundo amistoso de la gira por Estados Unidos.
El Flaco festeja su gol ante Ecuador. Fue el tanto del 2-1 con el que Argentina ganó su segundo amistoso de la gira por Estados Unidos.
Si bien los amistosos contra El Salvador y Ecuador fueron más para cumplir con los contratos internacionales que para sacar conclusiones de cara al futuro, Gerardo Martino aprovechó la ocasión para probar algunos jugadores y para confirmar la prestancia de otros. Dentro de este segundo lote ingresó Javier Pastore, la figura del Huracán del Apertura 2009 que ya hizo carrera en la Selección pero que aún no consiguió asentarse. Ahora, convertido en el recambio de las cartas ofensivas, tiene la posibilidad de ganarse definitivamente la titularidad, y el primer pasó lo dio ayer contra el equipo ecuatoriano.

A los 25 años es uno de los nombres fuertes del Paris Saint Germain de Zlatan Ibrahimovic y son varios los clubes que lo tienen entre ceja y ceja para el próximo mercado de pases. En los últimos días, a la competición por su pase, se sumó el Real Madrid.

Su maduración como futbolista en Le Championnat, que le permite ser más regular en su rendimiento, es un factor clave para entender a los pretendientes. La imagen más cercana que se tiene de Pastore en la Selección con cierta continuidad pertenece al periodo de Diego Maradona, que confió en él y lo incluyó en el plantel que afrontó el Mundial de Sudáfrica 2010. Su mal partido ante Alemania en el 0-4 que marcó la despedida lo condenó a la crítica.

En Francia, la confianza de los sucesivos entrenadores y la definición por una posición como mediapunta lo ayudó a crecer, y esta segunda primavera en la Selección lo encuentra mejor parado. Contra Ecuador jugó como enlace, en el centro neurálgico de la creación en el 4-2-3-1 del Tata, por detrás de Sergio Agüero y apoyado en Ángel Di María la derecha y Federico Mancuello a la izquierda. Sin Messi, debió asumirse como su reemplazo y no le pesó el mandato. Jugó suelto, comprometido con la creación y mostrándose protagonista. Incluso se animó a dar algunas indicaciones cuando Ecuador avanzaba en el terreno y en el resultado, y se dio el gusto de anotar el gol del triunfo.

Fue la figura excluyente de un 2-1 que dejó pocas conclusiones, pero la confirmación de que el Flaco Pastore está al pie del cañón para cumplir si lo necesitan. 

Por Matías Rodríguez