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Simeone le ganó el duelo a Bielsa y el Atlético de Madrid gritó campeón

El equipo del Cholo derrotó 3 a 0 al Athletic Bilbao del Loco y se coronó en la Europa League. Es el primer título del argentino en Europa, que desde su llegada a España enderezó el rumbo del Colchonero.

Por Redacción EG ·

09 de mayo de 2012
Imagen EL ATLETICO gritó campeón por cuarta vez en competencias europeas (FOTOS: AFP)
EL ATLETICO gritó campeón por cuarta vez en competencias europeas (FOTOS: AFP)
La palabra campeón es insuficiente. Sin más contenido que la apariencia de un éxito circunstancial, en este caso, no alcanza para describir al Atlético de Madrid. El equipo de Diego Simeone derrotó al Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa en la final de la Europa League. Consiguió su cuarto trofeo a nivel continental. Se convirtió en el más ganador de la nueva versión de la antigua Copa UEFA.Tuvo en Radamel Falcao, que convirtió los dos primeros goles, al mejor jugador y goleador del campeonato. En el brasileño Diego, que decoró el resultado con el tercero, al más asistidor. Demasiados apuntes seducen para reducir el éxito a la voluntad de los números. Pero detrás de la estadística asoman observaciones más interesantes y hasta perdurables.

Suárez y Gai contienen e inician los ataques con pases cortos y seguros. Adrián y Turan son punzantes por los costados y constantes para ocupar posiciones en el retroceso. Diego hace la pausa, el equilibrio, endereza el rumbo cuando su delicado botín lo considera necesario.Y Falcao concreta lo elaborado por sus compañeros. La fórmula se lee sencilla, pero detrás del rendimiento colectivo de este Atlético de Madrid hay una elaboración que explica la contundencia del 3-0 sobre un equipo con intenciones similares. Así se quedó con su cuarto trofeo europeo y quinto internacional. Desde la llegada del argentino, el Colchonero se expresa casi de memoria. Defiende de memoria, genera fútbol de memoria y ataca de memoria, con mucha gente pisando el área. Es una rutina de juego lo suficientemente elástica como para que la sorpresa sea también uno de sus agregados. Eduardo Salvio y Koke, que hoy ingresaron desde el banco en el segundo tiempo, se amoldan sin problemas a una geografía de ataque agresiva y con referencias bien marcadas.

El golazo de Falcao a los seis minutos de juego le allanó el camino al Atleti. El zapatazo del colombiano se clavó en el ángulo derecho de Iraizoz y provocó el estallido del banco de suplentes colchonero. La tranquilidad de uno y el nerviosismo de otro se tradujeron en calma y apuro respectivamente. El Tigre aumentó a los 34 y su equipo se fue al descanso con media copa en el bolsillo. Diego, cuando faltaban cinco para el final, decoró el resultado con un gol que es un manual de estilo sobre cómo debe manejarse un contraataque.

Bielsa es un obsesivo. Su Athletic de Bilbao se caracteriza por la posesión y la dinámica. Si en Bucarest los vascos no pudieron sacarle provecho a sus virtudes, la causa hay que buscarla en el mérito de su adversario. Porque Iker Muniain y Markel Susaeta fueron protagonistas durante el primer tiempo. Porque a Oscar de Marcos también le llegó la pelota como en partidos anteriores. Pero el Bilbao fue solo eso, insinuaciones que nunca prosperaron, tenencia vacía, un mediocampo despojado de su arma más letal, la verticalidad. Apenas un par de jugadas de riesgo llevaron los de Bielsa al arco del belga Thibaut Courtois.

Con Simeone, el Atlético maduró futbolísticamente. La defensa, apuntada por el pobre rendimiento hasta su arribo, se afianzó y fue clave para la remontada. Cuando el Cholo se calzó el buzo de entrenador el equipo estaba décimo en 17 partidos disputados. Era una de los más goleados de la Liga y merodeaba la mitad de la tabla con 19 puntos. A una jornada para el final de la competencia local, los de la capital española sueñan con clasificar a la próxima edición de la Champions League. Están quintos, a dos unidades del Málaga, último clasificado.

El envase, la estadística en crudo, condice en este caso con el contenido, el rendimiento y el carácter. El triunfo en Rumania no responde a una racha alentada por un par de buenos resultados. La continuidad de una idea de juego lo explica mejor.

Imagen SIMEONE, uno de los artífices del éxito. Símbolo Colchonero, es su tercer en el Atlético de Madrid: dos como jugador y este como entrenador.
SIMEONE, uno de los artífices del éxito. Símbolo Colchonero, es su tercer en el Atlético de Madrid: dos como jugador y este como entrenador.


Por Alfredo Merlo