La agresión al arquero de Sevilla y su conexión con un caso argentino

Por los 16avos de final de la Europa League, PSV Eindhoven de los Países Bajos le ganó 2 a 0 a Sevilla, pero el resultado no le sirvió para clasificar a la próxima ronda debido a que en el partido de ida fueron derrotados por 3 a 0 en el Ramón Sánchez Pizjuan. 

Sin embargo, uno de los momentos de la jornada lo protagonizó el arquero del equipo sevillano, el serbio Marko Dmitrovic, quien cerca del final del encuentro, intentó ser agredido por un hincha del equipo local. El momento de tensión supo ser controlado por el arquero quien tumbó al agresor al césped, quien no logró golpearlo, hasta que llegaron miembros de la seguridad del estadio Philips, para ser detenido.

En declaraciones a los medios tras el partido, el arquero dijo: "Vino un aficionado y me empujó desde atrás. Estaba alocado y seguramente borracho, intentó pegarme y le tiré al suelo esperando a que viniera la seguridad", y luego agregó: "Me rozó un poco, de verdad tenía ganas de pegarle pero... si quiere que nos peleemos vamos a un evento de boxeo. Siempre hay algún aficionado o algún idiota que salta". 

   

 

Situaciones como las de Dmitrovic no son inéditas en el fútbol. El fútbol argentino registra un caso parecido, con la diferencia de que el arquero repartió golpes a su agresor. El momento ocurrió el 12 de noviembre de 1989 cuando por la 15ta fecha del Torneo de Primera División 89/90, que ganaría River Plate, jugaban en el estadio de Independiente, el local y Rosario Central. El juego se desarrollaba de manera normal hasta los 11 minutos del primer tiempo, momento en que Carlos Alejandro Izaguirre, hincha visitante, ingresó al césped para golpear a Sergio Bernabé Vargas, arquero del Rojo. La secuencia de imagenes de este insólito hecho tuvieron lugar en la tapa de la edición 3658 de El Gráfico. 

En él se advierte que Izaguirre ingresa a la cancha para agredir a Vargas quien lo esquiva. Rápido de reflejos, el arquero le dio una serie de golpes al agresor que lo hicieron trastabillar hasta el momento que la policía lo detuvo. En declaraciones a nuestra revista, Vargas dijo: "Supongo que este hombre estaba borracho o drogado, no creo que nadie en estado normal pueda intentar una locura semejante". 

   

 

Dos hechos curiosos acompañan esta anécdota: el primero, que mientras Vargas era agredido el encuentro se desarrollaba normalmente. El árbitro Juan Bava no advirtió lo que ocurría cerca suyo hasta que la policía ya había arrestado al hincha en el área chica. El segundo, que precisamente por no haber visto lo que estaba ocurriendo con Vargas, Juan Bava no expulsó al arquero de Independiente. 

 

 

 

Foto de portada: AFP